El flamante Nocturna (2022) fue la excusa perfecta para una nueva visita de la compositora chilena Javiera Mena en este lado de la cordillera, la cual primero tuvo una escala en la ciudad de Córdoba, y continuó al día siguiente en el clásico reducto porteño Niceto Club -a sala totalmente llena-, convirtiendo la ola de calor en una de música.
Mientras el tórrido domingo languidecía, la velada empezó con el soporte local de Fransia, para continuar poco tiempo después con el show de la trasandina. El público llenó el espacio a tope y mostró su algarabía cuando Mena apareció desde las profundidades del escenario.
El puntapié inicial, tal como en su novísimo disco, lo dio con “La isla de Lesbos”, seguida por un rescate de su segunda placa, “Luz de piedra de luna”, a medida que el público bailaba y agitaba para aumentar más la temperatura. “Gracias por estar aquí con este calor”, le dijo a su séquito de fans para continuar con “Debilidad”, otra de su más reciente trabajo.
Recuerdos de Otra Era (2014) los trajo “La joya”, para continuar con un popurrí de canciones de diferentes etapas de su carrera, tal como “Esquemas juveniles”, en versión acústica -de su debut homónimo- y más muestras de su último LP, entre las que se destacó una versión de “Me gustas tú”, acompañada sólo de una guitarra acústica y de una flauta traversa, mientras la entonó sentada en el borde de las tablas, como si estuviese en el living de la casa de alguien.
El electro pop que caracteriza a la obra de la chilena se intercaló con secciones introspectivas, como cuando interpretó sola en las teclas “Sol de invierno” y el clásico cover de Mecano, “Mujer contra mujer”, la cual dedicó “a todas las lesbianas de Buenos Aires”.
Hacia el final de la corta, pero contundente lista, se encontraron “Peligrosa” y “Espada”, una de las varias canciones que rescató de su exitosa placa del año 2014. La sala no paró de bailar y de festejar la visita de la cantautora a estas pampas, luego de un largo período, a lo que la cantautora respondió: “esto es muy espectacular para mí, es como sacarse el premio del verano”.
Javiera Mena volvió al ruedo de las giras luego del encierro mundial ya conocido, con material recién sacado del horno y mostrando, una vez más, que su búsqueda estética se encuentra siempre hacia adelante. Su sólida trayectoria no eclipsa sus exploraciones artísticas ni se queda anclada en el tiempo: el placer, la lujuria, la música, la fiesta, y el baile, todo confluye en esa fiesta nocturna que parece no tener fin y que Mena parece comandar con placer.