Treinta años pasaron desde la primera vez que Bad Religion visitó estas tierras australes, cuando se presentaron en el mítico Estadio Obras Sanitarias. Este 2023 marca también la décima fecha que el grupo brinda en nuestro país tras su última visita en tiempos pre pandémicos, allá por el 2019. Lejos de hacer una cronología de cada una de estas fiestas de punk rock, la clave es que el espíritu y la energía siguen intactos.
En esta oportunidad la banda comandada por Greg Graffin aterrizó en el Microestadio del Club Atlético Ferrocarril Oeste para el deleite de sus fans argentinos, noche que contó con la apertura local de Expulsados, a medida que la cerveza intentaba ser un aliciente para bajar la temperatura dentro del recinto.
La defensa del punk rock irrumpió, justamente con “The Defense”, mientras la masa se acomodaba e invadía las plateas vacías a los costados del campo para estar más cerca del grupo californiano. Y como todo recital de estas características, un torrente de canciones explotaban desde el escenario, en un devenir casi ininterrumpido de acordes, distorsión, golpes a los platos y parches, más la inconfundible voz del mencionado frontman, que calaron profundo en cada una de las almas allí presentes.
El aguante sempiterno estuvo a la orden del día -o de la noche-, mientras el espectro de canciones abarcaba varios hitos tales como “Against the Grain”, “Past is Dead”, “Los Angeles is Burning”, entre varios otros que mostraron de la vasta discografía del conjunto.
No faltaron agradecimientos de la banda hacia los y las fans locales, cánticos prolongados dedicados a la agrupación, lo cual fue retribuido con otro set de poderosas canciones tales como “Delirium of Disorder”, “No Control”, el infaltable “Recipe for Hate” -la cual tituló su famosa placa de 1993-, entre otras.
Además de una tonelada de clásicos de su carrera, también sumaron algunas muestras de su último trabajo de estudio al día de la fecha: como “Candidate” y “My Sanity”, ambas publicadas en Age of Unreason (2019). Otro hit que no podía faltar fue “Sorrow” y cerraron el tramo principal después de 24 canciones con un rescate de su debut “Fuck Armageddon…This is Hell”. Hubo dos bises: “Generator” y “American Jesus”, para despedirse del aguante local en un estadio en el que transpiraron hasta las paredes.
Tras veintiséis canciones es evidente que la energía de Bad Religion sigue intacta con más de cuatro décadas de trayectoria. La misma es retribuida con un entusiasmo inquebrantable de los fans argentinos, un verdadero sentimiento que suma a nuevas generaciones. El grupo estadounidense jugará de local siempre que visiten nuestro país.