Sin dudas fue un domingo de Thrash en el Teatro Flores. Un público metalero de diferentes edades supo disfrutar de principio a fin.
La tarde comenzó con Lázaro, nueva propuesta creada por Jorge Moreno tras la disolución de Serpentor, acompañado por músicos de otras agrupaciones de la escena como Metralla y Mortífera, entre otros. La banda presentó su primer trabajo, ”Morir y Resucitar”, frente a una sala casi llena y fiel a la escena local.
El segundo round estuvo a cargo de Tungsteno, y el público lo sabía. Bastaron solo segundos para que el grupo conectara su eufórica energía con la gente. Recorrieron parte del material de sus tres discos en un show intenso y contundente.
Con la sala llena, era cuestión de tiempo para el tercer round. Poco antes de las 21:30, las luces se apagaron y se escuchaba a los músicos hablar detrás del telón.
Exodus fue una verdadera explosión thrash de principio a fin. El dedo de Rob Dukes señalaba una sola cosa: ”circle pit”, y el público respondió todo el show. No hubo un solo tema donde alguien estuviera quieto. Tal como se había anunciado, el grupo repasó ”Bonded by Blood”, su álbum debut, a 40 años de su lanzamiento. Hubo incluso un homenaje al fallecido Paul Baloff con ”Deliver Us to Evil”. Otros temas destacados fueron ”Deathamphetamine”, ”Fabulous Disaster”, ”Blacklist”, ”Brain Dead” e ”Impaler”. Tom Hunting fue ovacionado por su energía tras la batería, algo realmente impresionante.
En los bises sonó ”The Toxic Waltz”, con fragmentos de ”Raining Blood” y ”Motorbreath”. Y así como ”Strike of the Beast’‘ cierra su álbum, también fue la encargada de cerrar la noche, con Lee Altus invitando a una chica del público a tomar su guitarra.
Fue una fiesta thrash donde no faltó nada: velocidad, agresión, pogo, mosh y circle pit.