La noche pegajosa no fue impedimento para la enorme cantidad de personas que llenó el local de la calle Niceto Vega en pos de presenciar el debut en estas tierras de Sleaford Mods, quienes trajeron su minimalismo-electro-post punk de las clases trabajadoras inglesas, donde la palabra fue la estrella a lo largo de la noche.
Con la introducción local de K4 se anticipó una velada épica, que contó además con la invitación de Dillom para tirar rimas y setear las cabezas en lo que vendría después, mientras un rejunte fans de edades variopintas intentaba ocupar hasta el último rincón vacío y así poder disfrutar del show.
El vocalista Jason Williamson y su secuaz, Andrew Fearn, hicieron su ingreso oficial a las tablas de un Niceto estallado de fans y músicos de bandas locales, quienes quedaron extasiados desde los primeros versos que los oriundos de Nottingham lanzaron casi como en un estado de trance, a partir de “UK Grim”, la que bautiza la placa homónima y más reciente, publicada en 2023.
De a ratos, la botella de agua del vocalista servía como un elemento más de la puesta en escena, que se completaba con un ventilador, una mesa alta donde se apoyaba la computadora en la que su compañero de aventuras programaba las pistas, para luego deambular saltando de un lado al otro del escenario.
Las canciones fluían como una catarata, a través de diversos puntos de la ya extensa discografía del conjunto y así sonaron: “Kebab Spider”, “Jolly Fucker”, “Air Conditioning”, “Smash Each Other Up”, entre muchas otras, las cuales hicieron que desde el campo se festeje cada track con un mix de baile, arengas, saltos, mosh, cuerpos que se dejaban llevar por el poder de los versos y las pistas.
“¿Están disfrutando?”, preguntaba Williamson a la enorme concurrencia que copó el lugar, en sus pocas intervenciones con el público. Era evidente que la base de fans estaba en clímax, a la vez que la fiesta poseía un peculiar maridaje con canciones en las que desarrollan temas que poseen una fuerte carga de crítica social, particularmente a la sociedad británica actual, como también de situaciones que vive la clase trabajadora, no sólo en ese país, sino en todo el globo.
El único cover que realizó el grupo, “West End Girls” -original de Pet Shop Boys-, y transformó el lugar en un boliche trash. En ese momento en que la noche se volvió ubicua, la fiesta parecía no tener fin y generando la idea de que todo lo que ocurría fuera del recinto no tenía lugar, rompiendo la idea de espacio-tiempo.
“Jobseeker” y “Tweet Tweet Tweet” fueron las canciones que cerraron la lista de veintiséis tracks que arrollaron a una multitud que se la pasó de fiesta, y que generó una evidente sonrisa en el rostro de los dos ingleses que agradecieron tal impresionante recibimiento, y que seguramente no se lo hubiesen esperado jamás.
Sleaford Mods plantó un hito con su minimalismo en el cual tan solo dos tipos con una computadora y una voz rasposa, hicieron que un predio como Niceto Club terminase completamente lleno, con una propuesta que mezcla el arte, la experimentación y que utilizan el poder de las palabras, a pesar de la obvia diferencia de idioma, para expresar múltiples emociones que atraviesa el ser humano enmarcado en la sociedad. Su próxima visita queda garantizada.