No Te Va Gustar: Tengo con quien quedarme a festejar

“¡Por fin, buenas noches, Buenos Aires!”, grita un Emiliano Brancciari vestido de gala en el medio de “A las nueve”, una de las primeras canciones (tras el inicio con las viejísimas “Dejame bailar” y “Nada para ver”) de la postergadísima celebración por los 30 años de No Te Va Gustar en Vélez. “Han pasado un montón de cosas que en algún momento explicaremos”, cuenta el cantante en el primer parate, e intenta dejar atrás los malos tragos para quedarse a festejar en una noche que será bien larga en inolvidable. “La más larga de todas”, advierte, y no se va a equivocar.

Las idas y vueltas que rodearon a esta noche tuvieron de todo: partido de fútbol que obligó a correr la fecha original; fuego cruzado entre banda, productora y club; dos postergaciones luego por alerta meteorológica por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; mucha gente enojada teniendo que devolver las entradas; y el fantasma de aquellas palabras en las que la banda hace años resaltaba lo difícil que era tocar en un Estadio de Fútbol en este país. Esta vez parece que realmente será la última.

Pero estamos de festejo. Desde el minuto cero la banda suena a la perfección y así será toda la noche. Los recuerdos deambulan por toda la discografía, la gente canta con “Verte reír”, poguea con “Más mejor” y baila con “Comodín”. “¿Cómo se llama nuestro tercer disco?”, pregunta Brancciari y el trombonista Denis Ramos responde, ¡pero mal! Entre risas, las canciones también traen nostalgias: “vamos a hacer una canción de amor”, augura antes de “La única voz”, escrita para su mamá; y “No te imaginás”, de las más nuevitas, emociona con la dedicatoria a hijes y familiares de los integrantes.

“Esta canción se basa en una historia que ocurrió acá cerca, en Floresta, en el año 2001”, explica una vez más, y cuenta cuando Maxi, Adrián y Cristian fueron masacrados por “El oficial” en plenos días de la gran crisis. El tono político y social se replica desde el escenario cuando suena “No te quiero acá”, dedicada en su momento al expresidente uruguayo Jorge Batlle, pero que parece escrita recién para el actual primer mandatario de nuestro país. La banda canta “por unos pesos querés empezar una guerra y no importa contra quien” y al instante Brancciari agrega: “¡qué justo!”. Cerrará el tridente más tarde “Los villanos”, y en el final de cada una de estas canciones se escucharán cánticos como “La patria no se vende” o “El que no salta votó a Milei”. La división, por supuesto, se siente en el estadio: la mitad ni canta ni salta. Así estamos.

Todo Liniers salta con “El camino” y “Cómo brillaba tu alma”, con la familia Núñez (“desde el Barrio Sur de Montevideo, la familia más musical del Uruguay”) como invitados derrochando energía con sus tambores. Hay tiempo luego para dos invitados estelares: Nahuel Pennisi emociona hasta las lágrimas en una exquisita versión de “De nada sirve” en medio de un bloque acústico que también tuvo a “Memorias del olvido” y “No necesito nada”; Pato Sardelli de Airbag rockea con su voz y su guitarra en “Ese maldito momento” y la rompe toda.

“Todavía falta un montón”, advierte la banda, y el sprint final es una catarata de clásicos imbatibles: “Clara”, “Prendido fuego” (espectacular juego de luces), “Al vació”, “Chau”, “Tan lejos” o “Fuera de control”. Descomunal. Entre medio hay tiempo para un homenaje al actor Claudio Rissi, recientemente fallecido, quien fue protagonista del videoclip de “Venganza”.

Después de casi tres horas y más de treinta canciones nos damos por fin un respiro. ¡Y todavía falta más! No Te Va Gustar vuelve a escena y comienza con su segmento A la carta. ¿Qué canciones queremos escuchar? Todos empezamos a tirar alguna. ¿“Niño”, “Sin pena ni gloria”, “Tenés que saltar”, “Tu defecto es el mío”, “Josefina”, “El error”, “Nada fue en vano”, “La rama”, “Ya entendí”, “Paranoia” o “Te quiero más”? Bueno, mejor que suene un poquito de cada una.

Nos acordamos de que es miércoles, o mejor dicho, ya es jueves. Mañana hay que trabajar, o estudiar, o ambas. Pero no nos vamos a ir sin cantar “Te voy a llevar” y “No era cierto”, por supuesto. Es el final que todo el mundo espera y así se disfruta. El escenario emana felicidad, el público también. Después de tantas piedras en el camino, lamentando toda la gente que no pudo ser parte del show, la banda uruguaya pudo, por fin, quedarse a festejar. Y el festejo estuvo a la altura de lo que puede dar esta banda que, a lo largo de 30 años, pasito a pasito y sin saltearse ningún escalón, siempre se encargó de hacer las cosas de la mejor manera posible, siempre dando algo más, innovando, apostando y ganando. Así entonces, más allá de los duros problemas que tuvo la previa de esta celebración, No Te Va Gustar hoy es una de las bandas más grandes y que mejor hace las cosas en estos lares desde hace un largo tiempo. Y, además claro, tiene temazos.