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Mudhoney: Grunge de culto en Colegiales

El conjunto estadounidense regresó a la Argentina luego de más de una década, en el marco de su gira latinoamericana, mediante una fecha en el Teatro Vorterix.

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Desde el 2014 que no se veía en estas tierras a Mudhoney haciendo de las suyas, frente a un cúmulo de privilegiados que asistieron al famoso predio de la avenida Federico Lacroze, para presenciar a una de las denominadas bandas de culto del movimiento grunge, gestado a fines de los años 80 en Estados Unidos.

La antesala fue preparada por los locales Poseidótica, quienes desplegaron todo su poder instrumental mientras los fans se ubicaban en posiciones estratégicas dentro del predio. Pronto se vio que había espacio de sobra en el teatro de Colegiales, aunque eso no fue impedimento para que los de Seattle disparen toda su energía y distorsión a una pequeña, pero efervescente base de seguidores.

La puesta en escena fue simple: cuatro tipos con sus instrumentos y un juego de luces. Muchas veces, menos es más, dicen, y en esta oportunidad fue así porque lo más importante fue la música desde el primer acorde, todo lo demás carecía de importancia. En parte, el movimiento grunge, que tuvo su mayor popularidad en el primer lustro de la década de 1990, era eso: simpleza, sin tanta pompa como poseían varias agrupaciones del rock en los ochenta.

“If I Think” fue el puntapié inicial para el devenir de la larga lista de canciones que sonarían como río sonoro a lo largo de la velada, casi sin parar. Un repaso por la extensa discografía del cuarteto es lo que trajeron para el público argentino, luego de una menuda espera. Era menester, entonces, un banquete.

Entre los pasos del convite estuvieron “Move Under” y “Almost Everything”, los dos provenientes de su más reciente trabajo de estudio al día de la fecha, Plastic Eternity (2023). El recorrido siguió con otros exponentes como “Get Into Yours”, del autotitulado y publicado en 1989, “Good Enough”, “This Gift” y la aclamada “Touch Me I’m Sick”, entre muchas más.

La concurrencia festejó cada tema que los estadounidenses ejecutaron desde el escenario, aunque sin demasiada interacción con la audiencia. Canción tras canción, casi sin dar respiro fue la orden de la noche, similar a un recital punk. Desde “Next Time” en adelante, Mark Arm colgó la guitarra para ocupar el rol exclusivo de cantante hasta los bises. 

No me miren a mí, él empieza este tema”, dijo el vocalista en tono irónico -en una de sus escasas intervenciones- mientras señalaba con el dedo al guitarrista Steve Turner, antes de empezar “One Bad Actor”, para luego terminar con la parte central del inabarcable setlist de la noche. Pero faltaba la tríada final antes de dejar con la panza llena a todos los presentes: “Here Comes Sickness”, estallido del público mediante, siguió “Beneath the Valley of the Underdog” y el postre, “In ‘n’ Out of Grace”.

Mudhoney con grunge de pura cepa trajo un torrente de música a este país luego de una larga espera. Sin importarles el mainstream, han superado ese nivel con un catálogo extensísimo y fans de hierro que siempre los recibirán con los brazos abiertos.

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