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El Sable de Simón: “No podemos ocultar las ganas de tirar la casa por la ventana”

Tras un año que dio poca tregua, la banda platense seguirá presentando Simón dice, su más reciente trabajo discográfico, mientras continúan trabajando en su sucesor.

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El Sable de Simón se formó en La Plata en el año 2012, apostando fuerte por las letras elaboradas y melodías fuertes. Está compuesta por Pablo Barrenengo en voz y guitarra, Marcelo Sabbione en bajo, Fausto “Tano” Chini enbatería, Jey Di en saxo, Filipo “El Buho” Legarreta en teclado, José Moreno en la guitarra y coros, Gustavo Ridilenir en saxo alto y flauta traversa, y Facundo “Bomba” Gianccane en percusión a principios del 2021 editaron Simón dice, su cuarto disco y primer chapuzón en una experiencia conceptual, con la participación de Alejandro Dolina. A pesar de las sinuosas aguas de nuestra realidad pandémica, El sable de Simón se valió de videos de youtube y recitales para dar a conocer su creación singular, para encarar un 2022 a pleno.

-¿Consideran que, al menos entre los músicos, el encierro provocará un “baby boom” de álbumes dedicados de un modo u otro a la pandemia o sus efectos?
-No hay casi nada por fuera de la pandemia, es difícil hacer abstracción de eso. Es un filtro que tiñó toda la realidad marcando un antes y un después. La pandemia abrió otro tiempo. Tiempos que se aceleraron, se superpusieron, que nos dejaron manijas, en crisis, aburridos, cansados, con ganas de entrar en otra, sea cual sea. Nosotros en el disco trabajamos un tipo de crisis pandémica que no se reduce a la queja naif de no poder salir, sino que abre pregunta. Se trata de una pregunta que propone politizarse a nivel íntimo, subjetivo, como un modo de desmarcarse de dispositivos de adecuación social pacatos, acartonados, que ya no nos sirven. Las mutaciones que va atravesando Simón, el analizante, van un poco a cuenta de eso: ¿podemos ser un poco menos giles con nuestros afectos, elecciones y modos de vida después del cachetazo pandémico? No nos interesa hacer proselitismo de ningún modo de vida, pero si usar el arte como un modo de sostener esa pregunta.

-Tengo entendido que de cara a “Simón dice”, se hicieron de algo de equipo para poder trabajar con cierta autonomía ¿Cómo fue la logística de “Simón dice”?

-El Sable es una extraña familia de amigxs que sueña de forma megalómana. En nuestros discos anteriores no teníamos los conocimientos técnicos ni condiciones objetivas para grabar. Y nos dimos cuenta que la producción y grabación de nuestros propios discos nos daba una tremenda versatilidad e independencia para sistematizar ideas, armar maquetas e incluso componer. Pegamos un par de fierros de buena calidad que nos permitió hacer un trabajo de sonido más que decente, con la posterior mezcla y mastering de Santiago Ávila. Después armamos un estudio itinerante para sostener el proceso de grabación aun en los momentos más restrictivos de la pandemia. En todo esto, fue clave el laburo de Facundo Giancanne, uno de los nuestros, que se ocupó con paciencia budista de armar el rompecabezas sonoro. El desafío fue presentar un producto final que respete a las canciones en su singularidad, pero que sostenga ese continuo y esa sensación de metamorfosis anímica por la que te lleva la obra.

-En una entrevista publicada por Sofía Olivera en 1/3/21 en Rock.com.ar mencionaban unas devoluciones de Alejandro Dolina sobre el guion ¿Qué aportes hizo el Dolina al texto que terminó siendo el disco, además de su inconfundible locución?
-Dolina es una figurita difícil y aún más en pandemia. Siempre fue muy respetuoso del guion y la idea que le presentamos. Él se sumó desde ahí y nos hizo algunas preguntas más vinculadas con la enunciación de los textos que sobre los textos en sí. Nos preguntó si determinado texto tenía que ser interpretado como “cordero degollado” o de modo más solemne, por ejemplo. El resto, lo dice su voz. Dolina es como el Maradona de la locución. Todo lo que dice queda capturado por la investidura de su voz y los mundos que a partir de ella se generan.

-¿Mientras tanto están componiendo nuevo material?
-Ya estamos maqueteando ideas nuevas. Hay diez o doce canciones que piden pista pero que ahora se codean con la necesidad de salir al ruedo con la gira ‘Simón dice’. Estamos explorando estilos compositivos más económicos desde el punto de vista musical, en la misma línea lírica que nos caracteriza. Por suerte nos hemos ido desasnando de a poco con el uso de programas de grabación que hoy son muy accesibles para la producción musical y eso facilita el proceso compositivo a niveles impensados cinco o siete años atrás.

-¿Qué se traen entre manos para el 2022 entonces?
-La meta es tocar este año, al menos cuatro o cinco presentaciones bien ambientadas desde el punto de vista escénico. Ya estamos preparando los formatos del show para tocar en provincia de Buenos Aires y Córdoba, aunque restan detalles para poder compartirte. La idea para esta segunda parte del año es tocar, tocar y tocar. El formato va a reproducir ese intimismo que tiene Simón dice, aunque no podría ocultarte las ganas de tirar la casa por la ventana que tenemos después de tanto tiempo sin subir a los escenarios.

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