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David Lebón en el Movistar Arena: En la calle de la sensación

El Ruso hizo un increíble repaso por canciones propias y otras ajenas- aunque no tanto- con unos invitados de lujo que se lucieron en una noche inolvidable.

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La previa del show de David Lebón vino con una noticia triste: la partida de Javier Martínez, el legendario baterista, cantante y compositor de Manal, una de las bandas pioneras del rock nacional. Fue el comentario recurrente de los presentes antes del ingreso y en la espera al comienzo del concierto. Hay como una especie de vacío cada vez que muere uno de esos próceres de la música. 

Pasadas las 21 David y su banda salieron a escena ante un Movistar colmado. En los primeros minutos hubo un percance con el sonido, pero eso no detuvo al Ruso que lo dio todo en ese escenario en el que tocaba como solista por primera vez, aunque ya le había echado un vistazo el año pasado cuando subió como invitado de Divididos

“Cuánto tiempo más llevará” y “En la vereda del sol” fueron algunas del comienzo. También incluyó “Esperando nacer” que se la dedicó a su pareja Pato Oviedo, a sus hijos y nietos. 

El primer invitado de la noche fue el guitarrista Alambre González con quién interpretó “Copado por el diablo” y “Mundo agradable”, ante una gran ovación del público que hasta el momento aplaudía lo justo y necesario. Para “Frecuencia modulada” y “Encuentro con el diablo” la invitada fue Luz Gaggi y su gran voz blusera que encajó perfecto en ese set Serugirandero.

“Te quiero, Ruso”, le gritaron desde el público mientras le cambiaban las guitarras. “Yo también, los quiero muchísimo con toda mi alma. No tengo palabras”, dijo Lebón visiblemente emocionado. Pidió disculpas muchas veces por sus nervios (¡Cómo no perdonarlo!) y habló en varias ocasiones de la muerte y el amor como parte de la vida. 

A mitad del show hubo un momento muy especial que el Ruso le dedicó a Charly García. “Quiero hacer una parte muy importante para mi hermano, un amigo del alma, que es el señor Carlos García”. Presentó a Carmelo un chico de 9 años que se sentó al piano y a su padre, el guitarrista Palmo Addario, mientras que el Ruso tomó los palillos y se fue a la batería. Juntos hicieron de forma instrumental “Peperina” y “Pubis angelical”. Claro que hubo una ovación y muchas caras emocionadas, incluso de los protagonistas. 

El set García continuó con la presencia de Nico Sorín, Gabriel Pedernera y Hernán Jacinto para hacer “No soy un extraño”. Pero la coronación de este momento fue al sonar los primeros acordes de “Desarma y sangra” y el violín de Alex Musatov, que realmente se lució toda la noche. El guitarrista Luis Salinas y el baterista Cristian Judurcha subieron para acompañar en “Layla” de Eric Clapton. en una gran versión unplugged.

El último invitado de la noche -“que sabe tocar muy bien a Hendrix”, dijo el guitarrista Dhani Ferrón- fue Baltasar Comotto que tuvo un gran momento con “Despiértate nena” y la icónica “Noche de perros”. (NdR: Esta periodista afirma que ese tema es más oscuro que “Viernes 3AM”, pero no estamos preparados para esta discusión 😛 )

El final era imaginado y esperado: “Seminare” y “Nos veremos otra vez” con un estadio repleto de linternas de celulares y algunas lágrimas que corrían por las mejillas de los presentes. 

David Lebón pasó por el Movistar y se lució en las casi tres horas de show con amor y generosidad hacia su público. Con Serú Girán, Pappo´s Blues, Color Humano, Pescado Rabioso, Polifemo y una carrera solista más que consolidada, el Ruso puede estar tranquilo en que la herencia es más que grande e invaluable y marcó una huella imborrable en la historia del rock.

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