Segundo Juan es una banda nacida y radicada en Chañar Ladeado, un pueblo de la provincia de Santa Fe donde la mayoría de la gente tiene trabajos relacionados al campo. La tranquilidad reina en sus pocas calles, mientras algunos bares pueden ser testigos de presentaciones ocasionales de la banda, la cual prefiere viajar y compartir su música por todo el país. Así será este sábado 25 de noviembre cuando se presenten en Distrito Federal (Honduras 5608, CABA).
“Estamos en un pueblo a 400 km. de Buenos Aires y nos encanta ir a la gran ciudad a tocar”, asegura el cantante y compositor Santiago Bounafe, mientras nos cuenta su cotidianeidad: “Estamos muy cerca entre los tres integrantes de la banda, la sala de ensayo que a su vez también es nuestro estudio, queda a una cuadra y media de casa. Cuando vamos a Buenos Aires generalmente llegamos y volvemos el mismo día, hemos tocado en grandes lugares como La Trastienda o Lucille, y siempre fuimos recibidos de la mejor manera”.
―No es un impedimento entonces vivir en un pueblo para ustedes.
―Para nada, nos encanta viajar y tocar, y cada viaje nos regala una aventura. Además, hoy en día todo se puede difundir digitalmente estés donde estés.
―Algo de crítica a estos avances tecnológicos de todas formas se puede ver en su nueva canción, “Ciudad digital”. ¿Desde donde nació el tema? ¿Cómo creen que impacta hoy en la gente está actualidad cada vez más automatizada?
―Siempre se toma desde el lado musical, pero es un poco lo que se plantea es eso de cuando te dan ciertos consejos para que tu banda tenga éxito, todo tiene que ser inmediato, el estribillo tiene que llegar rápido porque si no vas a aburrir, si tenés Tik Tok tenés que exponerte rápido porque si no te cambian, todo muy automatizado y descartable. Un poco la idea del tema nació desde esa base, de cómo se corrompe la relajación del artista en hacer algo que le gusta para poder llegar a masas, a mucha gente le funciona, pero nosotros siempre preferimos gastar plata para hacer música, antes que hacer música para ganar plata. Todo esto automatizado puede impactar en el estrés, estar en una competencia constantemente porque parece que si no te mostrás todo el tiempo no existís. Lo veo en amigos, en influencers, y es estresante tener que estar filmando todo el tiempo cosas que son irrelevantes, pero cada uno elige. Y además es un trabajo duro, filmar lo que comes, donde vas, mostrar que tenés una familia perfecta. Yo no lo podría soportar.
Santiago tiene tres hijos y trabaja también en cuestiones relacionadas al campo, sin embargo, la música ocupa un lugar preponderante: “Yo tengo mi familia, tres hijos, el laburo, pero la música es todo, para los tres integrantes. Respiramos música, es en el único momento cuando estamos con la banda en el que escapamos un poco de la realidad, por eso trato de administrar los tiempos, porque el tiempo que me ocupa la banda es sagrado, no se toca. No es fácil, cada vez se hace mas difícil, pero hasta ahora nunca le dijimos que no a nada”.
La charla vira hacia la situación actual del rock y de todo su sistema, y Santiago expone que siempre fueron pocas las oportunidades para los artistas nuevos: “La única oportunidad con la música es pasarla bien, si bien uno aspira a llegar a más gente”. También reconoce que “a veces las grandes radios, las grandes corporaciones del rock se quejan de que no hay rock nuevo, que está muriendo, pero no es así, está donde tiene que estar, es como un vino muy fino que no lo toma cualquier gil”. Allí surgen nombres de artistas que escuchan como El Mató a un Policía Motorizado, Las Ligas Menores o Usted Señálemelo. “Tal vez a las personas del viejo rock, de la generación pasada, le cuesta mucho escuchar eso. Y en la juventud hay público, más pequeño, pero hay. Hasta que las grandes corporaciones de rock no empiecen a darle oportunidad a bandas más nuevas todo es difícil, poro es cuando hay pibes que arrancan yo siempre trato de decirles que traten de transar lo menos posibles, porque a lo mejor te prometen un montón de cosas y después no es tan así y te llevás un chasco. Lo mejor es lo orgánico, tocar en vivo, que además es lo más lindo”.
―¿Creés que puede haber una solución a esto?
―Estaría bueno que exista un espacio para bandas que están arrancando y que no haya tanto acomodo. Se juega con la ilusión de los artistas, creo que viene por ahí la mano. Y que haya más buena onda y compañerismo entre las bandas, porque eso existe muy poco, pero a su vez esa es la única manera.
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