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Master of rock: Un beso de buenas noches

Más de treinta mil personas asistieron al festival que trajo a bandas legendarias y que fue testigo de la despedida definitiva de Kiss.

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Pura frescura. Así podemos resumir este encuentro pese a la veteranía de la mayoría de las bandas. Personas de todas las edades colmaban el festival, desde los de más de cuarenta hasta los más pequeños. El clima era de celebración. Masters of Rock es una variación sobre el histórico, es el festival que festeja a esas bandas de antaño que han marcado la escena. 

El festival comenzó con mucha energía. Bien temprano, por la tarde, los legendarios locales Horcas estuvieron a cargo de la apertura. Al rato le siguieron el power metal sinfónico de Avantasia, el duro rock metálico de Helloween, y los clásicos y eternos Deep Purple .

Entrando en la noche del viernes fue el turno de Scorpions, a quienes no se les veía por esta parte del mundo hace ya unos años. Sin embargo, a pesar del tiempo y la distancia, su cancionero se sigue manteniendo inoxidable. Iniciaron su show con “Gas in the Tank”. Lo demás fue un desenvaine de hits: desde “Coast to Coast” hasta “The Zoo” donde dejaban ver todo su característica fuerza.

Todos los aplausos llegaron por supuesto con “Wind of Change”, con la bandera de Ucrania en las pantallas acompañada por el símbolo de la paz dándole el toque de emotividad a la noche. Los grandes momentos siguieron con “Still Loving You” que fue acompañada por los celulares encendidos, levantados y en movimiento. Finalmente, el cierre con “Rock You Like a Hurricane” fue espectacular e inolvidable.

A las 22, con más de treinta mil personas en el enorme predio del Parque de la Ciudad, llegó el turno de Kiss. La noche se había colmado de caras pintadas y miles de remeras de la emblemática banda. La ansiedad era total. “¡Muy bien, Buenos Aires -dijo Paul Stanley en inglés- si ustedes quieren lo mejor, aquí tienen la mejor banda, ¡Kiss!”

Fue entonces que Gene Simmons, Paul Stanley, Tommy Thayer aparecieron parados en unas tarimas circulares que descendieron desde el techo del escenario y empezaron con “Detroit Rock City”. Ya en el primer tema comenzaron las ovaciones a lo que Paul respondió: “No sé mucho español, pero siento tu sentimiento”.

Siguió con “Shout it Loud” y a continuación vino “Deuce”. El desfile incesante de estribillos pegadizos no se detuvo nunca, salvo el momento para el respiro solos de bajo, guitarra y batería. La noche era una cátedra de hard rock y heavy metal. A continuación con “I Love It Loud” llegó el momento más psyco con Gene Simmons lanzando fuego.

Más tarde en total estado de gracia Stanley se tomó el tiempo de pedirle al público que cantaran juntos “Say Yeah”. También recordó que ésta era su duodécima vez en la Argentina, pero el “sentimiento era animal”. La gente respondió con un “Ooh yo soy kissero, es un sentimiento, no puedo parar…”

Tras el solo de batería de Eric Singer, Stanley amagó con bajar entre la gente. Sin embargo, se trasladó colgado desde las alturas hasta un mini escenario ubicado en el medio del predio donde cantó “Love Gun”. Luego todos se volvieron locos con “I Was Made for Lovin’ You”, emblemático tema si los hay.  Llegó el turno de “Beth”, “Do You Love Me” y “Rock and Roll All Nite” para seguir vibrando. Finalmente, para coronar todo y salir tarareando, sono “God gave rock and roll to you”, de Argent en la versión Kiss del ’91.

Así Kiss daba las buenas noches y se despedía de nuestro país por última vez. En un fin de fiesta a todo trapo, con baile, gritos y aplausos, Paul sentenció con un “Esta es la última vez que nos vemos”.  A más de uno se le escaparon las lágrimas, corriéndole la pintura negra y blanca de la cara. El amor por la banda es grande y lo seguirán amando luego esta noche inolvidable que quedará marcada en la memoria de todos. 

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