El cantautor y poeta español Marwán regresa a nuestro país en el marco de una gira latinoamericana en la que presenta su nuevo disco Canciones Para Una Urgencia, celebrando sus 20 años con la música. Los shows serán el 6 de septiembre en Rosario, el 7 en La Trastienda de Buenos Aires y el 8 en Córdoba. Considerado una de las principales voces de España, recientemente también compuso e interpretó la música de la exitosa serie Sueños de Libertad.
“Mezclé las canciones favoritas de mi historia con grandes invitados y logamos un álbum muy bonito”, asume el cantante, mientras deja ver sus ansias por volver a nuestro país, el cual no pisa desde 2018. “Teníamos todo cerrado para mayo de 2020 y todos sabemos lo que sucedió”.
―En este nuevo trabajo están presente grandes artistas que siempre admiraste.
―Me inspiró un poco Ismael Serrano cuando hizo su disco 20 aniversario hace unos años, pero yo no lo quería grabar en directo como él, sino en estudio, porque muchas canciones las grabé cuando aun no era muy conocido, allá por 2003, 2004, y sentía que a esas canciones les podía dar un buen lavado de cara. Y al ser aniversario se invita a los amigos, por lo que empecé a pensar de manera meticulosa qué artista podía ser mejor para cada canción, para que crecieran. Yo buscaba encarecidamente que los duetos mejoraran las canciones. Tenían que encajar estilísticamente. La canción que hice con Kevin Johansen, por ejemplo, era un country y después tomó un estilo a lo Simon & Garfunkel.
“El viejo boxeador” es el tema que Marwán regrabó con el cantautor nacido en Alaska, y es toda una declaración de principios de lo que piensa y siente dentro del mundo de la música. “La compuse con mi amigo Luis Ramiro, grandísimo autor de letras, después de muchas charlas acerca de la autenticidad, de por qué componemos, de la urgencia que tienen tantos artistas de encajar en un sistema para tener más éxito en lugar de tratar de que el sistema encaje en lo que uno hace. Yo siempre he perseguido hacer lo que yo amo y tratar de que la gente lo ame, y no al revés y buscar lo que la gente ama para encajar, eso me parece un gran error. Entonces habla de todo eso, la búsqueda de identidad como artistas y persona, y atreverse al salto al vacío”.
―Me gusta la frase “todos tienen miedo a la palabra cantautor”.
―Yo he sonado en algunas radiofórmula de España con mis canciones que quizás tenían un sonido un poquito más comercial, pero es muy difícil entrar en las radios. Parece que la gente le tiene miedo a la profundidad, parece que hay que hacer algo vacío para encajar en los gustos del público. Pero está comprobado que el público acaba amando aquello que escucha, entonces si les pusiéramos canciones de autor y las escucharan muchas veces, también las amarían. Entonces hay un gusto excesivo por el fast food, hay demasiadas hamburguesas musicales.
―¿Hay algunas letras que podemas rescatar en la actualidad dentro del mainstream?
―Yo creo que solo dentro los artistas anglosajones: el último disco de Taylor Swift, o Miley Cirus, tienen unas letras descomunales, incluso Justin Bieber. Realmente tienen letras meritorias, las de Taylor del último disco son realmente geniales, muy poéticas, yo quedé muy sorprendido. Pero en el mainstream en español no hay buenas letras, Jorge Drexler o Renée son muy exitosos con grandísimas letras, pero para mí no son mainstream. Acá en España Leiva o Fito & Fittipaldis, son mainstream acá, y tienen grandes letras, pero son contados.
―¿Por qué entonces se decidirá por unas cosas sobre otras?
―Puede parecer una conspiranoia, pero parece que los poderes fácticos quieren simpleza, que la gente no piense, que no llegue a lugares profundos de filosofía o poesía, y que solo se quede en la superficie de las emociones moviendo el culo. A uno a veces le da ganas de pensar eso, porque no tiene sentido. En el siglo pasado la ciencia principal era la sociología, una ciencia sobre la globalidad, y actualmente es la psicología, que es más del individuo. Esto responde mucho a estos tiempos de más individualismo, donde se tiende a la simplificación de todo, y también en el mensaje, las emociones, y cualquier reflexión que se pueda hacer. El sistema neoliberal de consumo en el que estamos hace que la gente no piense que estamos tan metidos ahí.
―En la música se suma la urgencia, donde el algoritmo pide que saques una canción todo el tiempo.
―El mercado se ha convertido en fast food, todas son canciones de usar y tirar, y gente como yo quedamos afuera, porque hacemos canciones que intentamos que perduren en el tiempo, son mensajes atemporales. Yo ahora he recuperado canciones que compuse hace 20 años, porque me sigo sintiendo identificado. Si escuchas una canción de Sabina de los ‘90 o de Serrat de los ’80, te siguen emocionando. Y bueno, ¿cómo se pelea entonces? Apostando por lo que uno ama. Siempre.
El nuevo álbum de Marwán trae además un libro completísimo, con mucha información acerca de las canciones protagonistas, emparentándose tal vez a esa faceta escrita en la que el artista ya editó varios libros de poesía. “La realidad es que leyendo biografías de sabina donde develaba secretos de alguna canción, o un blog en el que Silvio Rodríguez contaba como compuso ‘Ojalá’ o ‘Unicornio azul’, me pareció fascinante contar mi historia y que mis seguidores pudieran conocer lo que había detrás de cada canción, porque yo con esos artistas disfrutaba mucho”.
―Algunos artistas prefieren no contar sus historias de canciones.
―Yo tengo bastante obsesión por la claridad, me ha interesado siempre un poquito menos esa poesía de tanta interpretación, lo que no le quita valor, pero yo siempre he sido un poeta bastante diáfano con mis canciones.
―¿Cuándo empezaste a querer saber lo que contaban tus artistas favoritos?
―En mi adolescencia, a los 16 escuchaba Silvio, Serrat, que ponían mis padres, y luego a todos, Drexler, Sabina, Aute. En ese momento comienzo a componer porque encuentro un género con el que me siento absolutamente identificado. Yo cantaba con amigos heavy, rock, Beatles, pero ahí sentí como un mandato, era lo que yo realmente era. A mi me costaba mucho expresarme y de repente encontré el recipiente perfecto en esas canciones para expresar esa emocionalidad tan grande que tenía y no sabia como manejar. Por eso el disco también se llama de esta forma, porque era una persona que tenia la urgencia de expresar un mundo interno que se me hacia inmanejable y le di forma a través de mis canciones.
―¿Cómo recordás esos primeros pasos en la composición?
―Miro hacia allá y veo la inocencia de aquellos tiempos, pero a la vez veo una cosa con la que me congratulo y le daría gracias a ese chico de 18 años si lo tuviese adelante, y es que sigo percibiendo el mismo tipo de canciones que percibía, canciones profundas que nos cuenten cosas que nos representan, esa búsqueda sigue intacta.
Marwán también fue incursionando en canciones a pedido, para películas o series. “Pensábamos que el amor era una fiesta”, por ejemplo, fue escrita para un documental sobre terapias de pareja, y no habla tan bien del amor como podría parecer: “La canción es bastante cabrona, habla de las ingratitudes del amor, que son muchas. Es verdad que el amor es lo mejor, pero las relaciones, que son el reflejo social del amor, son muy ingratas. No es un paseo de rosas”. La música para la serie española Sueños de libertad, fue una de sus últimas composiciones, y a diferencia de la otra, en la que confiesa que salió de un tirón, en este caso buscó diferentes ideas hasta llegar al productor final.
En este 2024 también encontramos “Nana urgente para Palestina”, donde sus raíces y su historia salen a la luz en lo que son sus canciones, algo también que había expresado en uno de sus primeros discos hace 20 años. “No puedo hacer una canción de paz si no me puedo ni mover”, escuchamos y Marwán nos cuenta cómo la compuso: “Nace una noche de octubre del año pasado a raíz de la masacre brutal que se estaba dando en Gaza, con esa tristeza de venir de una familia de refugiados palestinos y conocer toda esa historia de la colonización, el apartheid, la ocupación, las injusticias y las masacres cometidas contra los palestinos. De ahí salió este tema, otro que salió como un tirón”.
―Sentís que la mayor herramienta desde tu lugar es comunicar constantemente a través de tus canciones o tus declaraciones?
―Hay un sistema que persigue una deshumanización de los palestinos tratando de representarlos como si fueran el mal encarnado, porque Israel representa en gran parte los intereses de occidente, es una nación creada para servir a los intereses de occidente, aunque se vistió de “vamos a crear una nación en el lugar de las escrituras sagradas para que después del holocausto los judíos del mundo pudieran encontrar su lugar de paz”. Pero hasta los judíos han sido engañados con eso, porque en realidad es un servidor, una base más de occidente, respondiendo intereses geopolíticos. Si criticas a Arabia Saudita, Siria o Irak no está habiendo islamofobia, pero si criticas a Israel siempre hay antisemitismo. No es real, es el interés para tratar de tapar que es una nación que actualmente practica genocidio, desde su fundación practica el apartheid, la ausencia de derechos contra los palestinos que están oprimidos. ¿Cómo se lucha contra esto? Tratando de contar la verdad, la historia, enseñando documentos, rompiendo las falacias, las fake news que se inventan constantemente para servir a los intereses de occidente.