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Ángel Maulén: “Un castellano internacional”

El músico chileno fusiona indie pop, rock y electrónica en su álbum debut, que cuenta con colaboraciones de Kevin Johansen y artistas rioplatenses.

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El compositor chileno Ángel Maulén acaba de lanzar su primer álbum, Sin café, ni adiós, ni nada, un trabajo ecléctico que navega entre el indie pop, el rock y la electrónica, con letras que abordan la cotidianidad desde una mirada existencialista.

Grabado en Montevideo bajo la producción del uruguayo Juan Campodónico (Drexleres, Bajofondo), el disco cuenta con participaciones estelares de Kevin Johansen, Luciano Supervielle, Alejandro Terán y otros músicos de la escena rioplatense. “En el caso específico de Kevin Johansen, él llegó a hacer la colaboración al final del proceso, cuando el disco ya estaba prácticamente terminado. Sin embargo  él ha sido un artista que me ha influido fuertemente en mi vocación de hacer música, en mi amor por la música y las canciones. Vengo escuchándolo hace 25 años, desde Sur o no sur, y me parece que ha hecho un camino brillante en el sentido de estar siempre buscando nuevas vetas. Es un artista inquieto, y eso lo hace ser de verdad”.

Un sonido sin fronteras

Maulén describe el álbum como un proyecto difícil de definir: “Hay una identidad fuerte rioplatense, pero también una estética que viaja desde Chile. No es localista, es un castellano internacional“, explica. Las canciones —cortas y con estructuras pop— mezclan guiños ochentosos, folk, arreglos de cuerdas y hasta modulaciones armónicas “extravagantes”. Destacan los temas “Partir contigo” (con Johansen) y “Si tú te marchas” (con Campodónico), este último con un groove cercano al rock nacional argentino.  

La pandemia como catalizador

El disco nació en el encierro: “La pandemia me quitó excusas para no hacer música“, confiesa Maulén. Sin ser instrumentista, aprendió a grabar demos de manera obsesiva, explorando programas de edición. “Fue un viaje: como armar un puzzle sin saber la imagen final. Yo no estaba seguro de que la forma de hacer música iba a terminar siendo esta, que es la actual. Que iba a estar a cargo de mi propio proyecto musical, y de que se proyecto iba a abrirme espacios de viajes, de trabajar con artistas que admiro, de experiencias de vida tan ricas. No me hubiera atrevido en ese momento a soñar siquiera esto. Pero si entendí que en el contexto del encierro la única posibilidad de hacer música era empezar a hacer música solo. Y como yo no soy un instrumentista me quedó la opción de tener que hacer canciones. Sospechaba yo que igual estaba en mi esa posibilidad. Me gustaba mucho la música, pero también las letras de la música, y también la producción, las formas de grabación, distintos instrumentos y distintos aspectos de la canción.

Esa búsqueda derivó en un sonido melancólico, que él atribuye tanto al contexto como a su propia nostalgia vital.  

Campodónico: productor y guía espiritual

El rol del uruguayo fue clave: “Juan no solo produjo; fue un faro. Hablábamos de filosofía, historia y música. Me ayudó a encontrar mi voz. Juan fue realmente una luz, porque puso a disposición de este proyecto toda su experiencia y todo su talento, y también toda su cercanía, toda su humanidad. Él se sentó conmigo a explorar, a guiarme en la exploración que tenía que hacer dentro mío, en la búsqueda de estas canciones, de estos sonidos, de estos arreglos. Desde entender referentes, hasta conversar horas de la vida, de la existencia, de filosofía, de historia, de música por cierto, de todo”.

Se fue convirtiendo de a poco en un amigo muy cercano, los dos meses y medios aproximados que estuve en Montevideo en la etapa de producción del disco. Él era la persona con quien más compartí, estábamos todos los días trabajando juntos y logramos profundizar”, agradece Maulén. El proceso en Montevideo los unió tanto que hoy lo considera un amigo. 

El cantante continúa bien activo y acaba de lanzar un nuevo simple, “Tabú”, junto a BB Asul.

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