“El futuro llegó hace rato”, predijo Solari una vez. Así también parece entenderlo Ramiro García Morete, a.k.a.El Míster, líder de Las Armas Bs. As., que ya lleva más de 10 años sonando en la escena bonaerense.
En una entrevista con Revista el Bondi, el cantante nos habla de las relaciones atravesadas por la tecnología, de la muerte, la soledad, las nuevas formas de escuchar música y, claro, del futuro.
Su nuevo EP El Futuro vol. II (¡Oh!) contiene dos canciones: “Los Dogmas del Nuevo Milenio” y “Oh Oh Oh”. La presentación oficial del material será el domingo 5 de noviembre en el Salón Pueyrredón.
–Un factor común en las canciones de El Futuro vol. II (Oh!) es la crítica a una modernidad digitalizada. ¿Hay una decisión de recorrer un camino paralelo a las nuevas modas? – La idea de moda es muy amplia y no toda tendencia es negativa o pasajera. Lo que sí nos interesa es dialogar con la contemporaneidad, y el diálogo siempre implica interiorizarse pero sin someterse. Precisamente, lo que sí preocupa es la pérdida de autonomía ante tecnologías que ya no son prescriptivas, sino directamente disciplinantes, inclusive de los cuerpos. Todo esto no desde un estudio antropológico y político (que lo amerita), sino como materia prima para la creatividad. Quizá la mejor forma de confrontar es la acción creativa en sí, cuando ésta etapa fomenta las elecciones como templates preestablecidos. Pero insisto: no es una postura reaccionaria o termo, sino crítica en el sentido constructivo de la palabra.
– Mencionan que los dogmas del nuevo milenio los aprendieron usando el celular, al que definen como “dispositivo de castigos y premios”. ¿Qué castigos y premios ofrece? ¿Cuáles serían esos dogmas? – Muchas de nuestras canciones hablan del más complejo y básico de los asuntos: las relaciones. Sea el horizonte bonaerense, Europa medieval, una distopía cyborg (que ya es real) o este umbral histórico que vivimos efectivamente, son simples imaginarios para abordar esos tópicos recurrentes como también lo son la muerte, Dios, la soledad. En el caso del celular, es sabido su comportamiento de analytics, algoritmos y demás sistemas que fomentan la aprobación o desaprobación no solo de la tecnología al usuario. Lo hace desde nuestra configuración cognitiva, donde cada vez nos basamos más en la autoafirmación y, por ende, en la reprobación. La segmentación ya no solo se da en la publicidad prescriptiva, sino en cómo nos informamos, opinamos, relacionamos.
– En la canción “Pantalla” de su anterior EP, también criticaban el uso excesivo de las redes sociales o dispositivos electrónicos, ¿creen que el exceso de estas costumbres van en detrimento a la hora de crear arte? – Preferimos tomarlo como un desafío y no como un pataleo. Quizá lo que se modifica es la percepción más que la creación: cómo o hasta dónde llegan narrativas que no se ajusten a las lógicas que imperan. – ¿Qué uso le dan a las nuevas tecnologías y formas de comunicación? – El mismo que la mayoría de la humanidad. Si me voy de mambo (a esta altura de la nota, ya sentirán que sí) somos trashumamos. Por ende, somos tecnología.
– Aprovechando el nombre de ambos EP’s, ¿cuánto de su tiempo ocupan pensando en el futuro? ¿Cómo se lo imaginan? – Posiblemente, bastante. Pero nunca para descuidar el presente sino todo lo contrario. Creemos que la cultura (no solo desde el arte, sino lo que constituye a la humanidad desde sus comportamientos y símbolos) es preexistente a la política y a todo. Estar atento a ello te permite lecturas anticipadas o al menos previsoras de posibles escenarios. Y a decir verdad, el título de la saga tiene que ver con imaginar mil futuros posibles, que es nuestra forma de hacer que la idea de multiverso no se vuelva segmentación orientada, sino libertad y multiplicidad.
– Fueron bastante críticos de los algoritmos que las plataformas ofrecen a la hora de escuchar música. ¿Cuánto creen que afecta al público, y cuánto los afecta a ustedes a la hora de escuchar nuevas músicas? – Somos parte de todos esos consumos, problemas y posibles soluciones (si es que las hubiera o fueran necesarias). Lo que está claro es que el algoritmo no es un ente abstracto cual si fuera la voluntad de Schopenhauer, sino que responde al racionalismo digital operado por las corporaciones de siempre. – Hay un groove cuasi soulero en ambas canciones que tiene el EP, ¿Cómo buscaron el sonido que tiene? – Aunque no lo veamos, el soul siempre está. Desde el primer demo, el influjo de la música negra estuvo ahí. Puede que estos temas se orienten a un asunto más pop, pero no dejamos de responder a cierta urgencia y carnalidad que emerge desde un lugar genuino. Si bien no nacimos en Atlanta o Detroit, podemos asegurar que la provincia de Buenos Aires tiene ritmo, algoritmo y sustancia.