La banda de Mataderos volvió a tocar en Capital Federal después de 8 años. El del sábado fue el primero de 3 de los shows que dará en el Estadio de Huracán, el Palacio Tomás Adolfo Ducó. Los otros serán el martes 1 y sábado 5 de julio.
La fría noche del sábado 28 de junio, dentro del estadio fue amenizada por mucho rock de los 70, mientras el Ducó se iba poblando de a poco. Las luces se apagaron a las 21 horas. “Buena ruta hermano” y “Buena pipa” fueron las dos primeras canciones en sonar en Parque Patricios.
“Buenas noches Capital, amigas y amigos, después de tanto tiempo volvimos a la Capital, un abrazo a los que apoyaron la vuelta de La Renga y a las autoridades que se sentaron a hablar y tuvimos una linda charla” fueron las primeras palabras de Chizzo Napoli.
Luego la noche siguió con algunos clásicos: “A tu lado”, “Tripa y corazón”, “A la carga mi rocanrol” y “El twist del pibe”. El frío no influyó en nada en el ánimo de la gente que no paró de saltar y cantar cada canción.
Fue un show de algo más de dos horas, donde La Renga desplegó todo su arsenal de clásico y algunas canciones nuevas, como “Motoralmaisangre” y “Corazón fugitivo”. Antes de tocar “Ese lugar de ninguna parte”, Chizzo dijo: “Vamos a hacer una de las últimas canciones”, después se corrigió: El gran Willy Quiroga (Vox Dei) me dijo que nunca diga, la última canción, que se dice: un tema nuevo” y siguieron con “Cuándo vendrán” y “Bien alto”.
La canción “San Miguel” fue dedicada para Miguel “Keko” Ramírez fallecido en el Estadio Único de La Plata en 2011, tras ser alcanzado por una bengala. Se escucharon otros temas como “El circo romano”, “Dementes en el espacio”, “La furia de la bestia rock” y “Poder”, que no las tocaban en vivo desde el 2017.
“Es una época muy zarpada. Mucha crueldad. No sé qué pasa. Nos tratamos para el orto. Hay colegas que te insultan por redes sociales. Que me lo digan en la cara. No sé qué está pasando. Hay que dejar de darle de comer a ese monstruo que crece” comentó Chizzo, en clara alusión a Miguel Vilanova, Botafogo, quien hace unos días habló muy mal de él por las RRSS, luego de la participación del cantante de La Renga en un homenaje a Pappo.
“Un lentito para agarrarse de las manos” dijo Napoli para presentar “El cielo del desengaño”, promediando la velada donde no faltaron temas como “Hay un tirano que es para vos”, “Voy a bailar a la nave del olvido”, “En el baldío” y “La banquina de algún lado”, seguidas de un clásico de clásico: “El juicio del ganso”.
El Tete se movió con su bajo por todo el escenario, como es de costumbre y como ya nos tiene acostumbrados, incluso bajando para tocar bien pegadito a sus fans. Y qué decir del Tanque detrás de esa gigantesca batería de dos cuerpos, dándole a los parches y al bombo para que retumben en tu pecho.
Recién cuando se cumplieron dos horas de concierto la banda abandonó el escenario pero antes sonaron: “El rey de la triste felicidad”, “Psilocybe mexicana”, “El viento que todo empuja” y “La razón que te demora”. Para el final quedaron las mismas de siempre: “El rebelde”, “Oscuro diamante”, “El final es en donde partí” y “Hablando de la libertad”.
Así culminaba la primera de los 3 shows de La Renga en su casa, la cancha de Huracán. Los mismos de siempre lo hicieron de nuevo, dieron un show impecable de principio a fin, en una noche donde algo del sentimiento de toda esa gente que no se conoce, pero al mismo tiempo están sintiendo cosas distintas cuando suena una canción de La Renga, y se unen de una manera inexplicable.
La Renga es una banda cuya música nació para ser tocada en vivo, canciones cantadas con las venas hinchadas, canciones que remiten a algún momento de la vida. El rock nunca está de moda, pero siempre va a existir, son esas cosas que perduran en el tiempo. Como esa fruta madura que al comerla te queda ese sabor en tu boca todo el día. Eso fue La Renga el sábado por la noche. Música y sabor que perduran.