La fiesta de 15 de Militantes del Clímax

Llegó a nuestros parlantes el tercer disco de la banda con más funk en sangre de nuestro país. La manada de Militantes del Climax presentó Nueva Sangre a sus hinchas de siempre en el mítico Teatro de Flores, un disco de casi cuarenta minutos en los que navegamos junto a ellos distintos oleajes de groove a cada track.

El ritual contó con los rasgos festivos de siempre, esos que los habitués conocemos y a los que el nuevo público sumado, perceptible en el público más joven que atendió a Flores, pudo sumarse sin problemas. La atmósfera afuera era la del carnaval de siempre. Birras en la vereda, reencuentros entre amigos, y una expectativa en ebullición hasta el último minuto. 

El show, como nos tienen acostumbrados, arreó a la audiencia entre la marea de las excelentes canciones que componen a la nueva placa. Momentos de contraste entre suaves vientos y potentes bajos de viga rítmica, solos de guitarra que proponían interesantes matices junto a los rapeos de El Auelo dando en el clavo. 

Entre la familiaridad de lo cotidiano en las letras del disco y la potencia instrumental de esta enorme banda funky, todas las especies de tracks de este último LP y algunos de los grandes clásicos de los Clímax parecieron inundar todos los rincones del teatro, desde el piso hasta el cielorraso. Moviéndose en medio de gotas de fernet que volaban y bombas de papelitos, la gente se entregó al baile, el pogo y el goce, tres estandartes que los Militantes del Clímax parecen levantar incansablemente hace 15 años.

Entre personajes que hipnotizan, una puesta en escena imponente y una abundancia de poesía que asalta, las influencias del funk y el soul se encuentran como ola contra las rocas con un espíritu rioplatense desgarrador: murga, tango y carnaval se conectan para brindarnos un nudo de magia y teatralidad que crea una plusvalía inigualable.

Otra característica clara que mantienen desde siempre pudo verse también en este disco: el funk puede ser todo lo que ellos quieren que sea. Puede ser ese 2×1 en flow y cadencia rapera de “TICKET” y “PARA QUE”, como puede ser también la instrumental a puro agite de “DIBU MARTÍNEZ”, e incluso la delicadeza que eriza la piel en “MANSIÓN CLÍMAX”. 

Puede tener compromiso con la actualidad, puede estar dedicado a las pasiones futboleras del sujeto argentino, puede proponer relatos fantásticos e intimidad romántica, puede servir para desconectarse de los problemas cotidianos o para tomar por los cuernos al toro de nuestras preocupaciones. 

Con Militantes del Clímax en El Teatro de Flores, para los militantes de los Militantes, aquellos hinchas del sasón groove, todo lo que existe por fuera de esas paredes se volvió irrelevante por un par de horas. Con Militantes del Clímax el funk es infinito, la fiesta no termina: ya sabemos, después de quince años, que solo queda pausada hasta el próximo encuentro.