El miércoles se festejó el Día del Trabajador y Fonso asumió como Presidente de todos los argentinos. Al menos, la banda presidencial que le cruzaba el pecho al final del show así lo indicaba.
Pero la jornada arrancó ni bien el público entró a un Niceto Club embadurnado con la bandera argentina. Los presente además fueron agasajados con una escarapela, un panfleto con cierto aire de constructivismo soviético y folklore al palo a través de los parlantes.
El telón se abrió a las 21.30 horas con Fonso y las Paritarias vestidos de traje, haciendo sonar “No me Afecta” y “Enemigos de la Fantasía” entre cientos de panfletos que volaron desde los balcones. La banda se abocó a tocar un rock n’ roll crudo pero con ADN argentino. Las guitarras de Fonso y Piter Mazda funcionaron como una pared de sonido distorsionado, mientras desde los teclados Martín Luchina desplegó un groove notable.
A medida que iba pasando el repertorio, también fueron apareciendo los invitados que, sin ser anunciados, pasaron al frente y se acoplaron muy bien a la canción en cuestión, tal como lo hicieron el Príncipe Idiota en “Motín” y Daniel Melingo en “Entre las Paredes”.
Leandro Lopatín (productor del disco en cuestión) se apersonó para hacer un gran solo de guitarra en “Eso no es Amor”, pero fue Marilina Bertoldi la que se adueñó del escenario en “Salir del Confort”, con su personalidad arrolladora.
El show siguió con un acople rápidamente solucionado (“¡Despedido sin indemnización!”, gritó el cantante en un chiste bastante coyuntural), un trago de whisky para sobrecalentar una banda que ya estaba prendida fuego, un revoleo de australes y lluvia de soda al público.
Las influencias al Charly García de Filosofía Barata y Zapatos de Goma, y a Serú Girán son notorias en Las Paritarias. Las versiones de “No llores por mí Argentina” y “Demoliendo Hoteles” fueron prueba suficiente para mostrarlo. Finalmente, el Himno Nacional Argentino fue cantando de pie y con una mano en el corazón de todos los laburantes que se acercaron a Niceto. “Feliz día a todos los trabajadores”, se despidió Fonso con la banda presidencial cruzándole el pecho.
Mientras miles de laburantes marcharon para defender sus derechos (que corren mucho peligro en estos tiempos) y muchos otros optaron por comer un asado con amigos, en Niceto se celebró el Día del Trabajador con música bien nacional.