21 hs puntuales, las luces del C Art Media se apagan. En el fondo, una pantalla imita un viejo cartel de neón, de esos formados por muchas lamparitas, con las palabras DAMIANO DAVID en mayúsculas bien grandes. Los gritos son ensordecedores. Con el sonido de los primeros acordes de “Born with a Broken Heart”, el recinto termina de estallar. La primera parte de su show será así, pura explosión y desenfreno. A estas alturas no hay dudas: el ex Måneskin cuenta con un repertorio propio que le permite llenar un setlist sin problemas, y cada una de sus canciones suena conocida para todos los presentes: “The First Time”, “Mysterious Girl” y “Voices” son parte de esta primera parte. Damiano se saca la camisa y la histeria se vuelve colectiva. “Qué calor”, dice entre risas, en un perfecto español, y elige hacer el primer cover de la noche: “Sex on Fire”, de Kings of Leon.
Segundo acto
El escenario se llena de una luz azul y, tras una zapada de su banda, el italiano confiesa: “Utilizo este momento en el escenario para explicar lo que tenía en mi mente cuando estaba produciendo el show. Lo he dividido en tres partes. Lo que hemos visto ahora representa los últimos 8/10 años de mi vida y de mi carrera. Yo estaba triste porque estaba viviendo la vida de otra persona. No era mi sueño, entonces no podía ser feliz”. Suena “Perfect Life” y sus palabras cobran sentido.
Miles de cartelitos con la frase “You’re the medicine” se alzan, el resto de los presentes acompaña con los brazos en alto, zigzagueando de un lado a otro, entre globos rojos con forma de corazón; es porque “Sick of Myself” se escucha en el venue, y ya no quedan duda, Damiano tiene a todos comiendo de su mano. En esta segunda parte, el aire se vuelve melancólico, más intimista, dando lugar a “Tangerine”, “Zombie Lady” y el segundo cover de la noche: “Nothing Breaks Like a Heart”, de Mark Ronson.
Tercer acto
Luego de un tercer cambio de ropa, siempre siguiendo el protocolo de camisa blanca y pantalones oscuros, Damiano se hace presente. FUNNY little FEARS (DREAMS) (2025) es un disco que lo presenta con un sonido más pop, más vulnerable y más íntimo. El cierre de su show refleja un poco de todo eso: “Angel”, “Tango” y “The First Time” son el combo perfecto para culminar la noche, aunque todavía quede un poco más.
Para los bises, empilchado en con una camiseta de Boca, la de “Riquelme”, según él, sentado al borde del escenario, ofrecerá una versión visceral de “Naked”. “Tengo que ser honesto, no tengo idea de lo que quiero hacer en el futuro, lo que quiero hacer con mi vida, con mi carrera”, entonces suena “Solitude” y el cierre es perfecto.
Damiano irradia un magnetismo que hipnotiza, imposible de ignorar, y a pesar de su salto a la fama como el carismático y seductor frontman de Måneskin, su show en solitario se enfoca principalmente en su nueva música. Tiene con que, y lo sabe hacer mas que bien. En esta faceta como solista, Damiano ha comenzado a trazar un camino propio que le queda como un traje a medida.