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Pels: “‘Un perro verde’ es más indescifrable, pero conlleva el espíritu del grupo”

El fundador de la banda repasa la creación del flamante trabajo que publicaron en las plataformas digitales, previo a su presentación oficial en Artlab el próximo 14 de octubre.

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Pels es una banda que está en constante movimiento, tras casi dos décadas de trayectoria. Los viajes ahora se encuentran más presentes en los últimos años, no sólo porque sus integrantes se alejaron de la zona norte del Gran Buenos Aires, de donde son oriundos, sino porque que el grupo sufrió mutaciones y una reconfiguración que impactó de tal forma que cuando se escucha su producción discográfica, siempre pareciese que se tratara de una banda nueva.

Su sonido no se queda anclado en otro tiempo, sino más bien lo contrario: todo goza de una frescura que se renueva una y otra vez. La mezcla de géneros, los cambios en su formación, la búsqueda creativa inacabable, la pandemia, los viajes hacia afuera y hacia adentro. Sin embargo, no se trata de un grupo que suene como si estuviese en sus inicios permanentemente. La acumulación de experiencia es innegable porque la base permanece sólida.

Agustín “Tingo” Zucal conversó Revista El Bondi, quien junto a su hija Lola -voces, percusiones y arreglos-, su hijo Joaquín -guitarras y arreglos-, su hermano Ignacio, este último, su “socio”, tal como el cantante lo define, en teclados y Diego Collins -bajo- completan la formación actual. 

Sin embargo, en la grabación de la última criatura todavía quedaron los aportes de dos ex integrantes que dejaron el conjunto en tiempos pandémicos: Francisco Stuart Milne -guitarras eléctricas- y José Margas -batería-. Además, se sumó a Pablo Valle en los platos en los temas “Llevo un vino” y “Los sueños”. Este collage fue lo que quedó impreso en Un Perro Verde (2023), el trabajo que vio la luz el 25 de agosto pasado en las plataformas digitales.

Ilustra la historia de la banda”, describe Tingo Zucal a este medio respecto de este álbum y agrega: “Yo me enteré qué quería decir esa frase en una reunión con amigos y ahí entendí que se llamaba así a un periodista, pero la mantuve porque me pareció que representaba el espíritu de los Pels, que siempre fue esquivo de etiquetas y encasillamientos”, y agrega: “‘Un perro verde’ es más indescifrable que el resto de los otros discos, pero al mismo tiempo conlleva mucho el espíritu del grupo. Hay ciertas canciones de un estilo clásico muy nuestro y otras que no habíamos experimentado. Todo eso hace que, a nuestro juicio, le quede bastante bien”. 

La música imprime la sensación de estar en un viaje constante. “Empezamos a grabar en la primavera del 2020 y también a construir el lugar a donde me vine a vivir”, rememora, y amplía: “Fue loco porque mientras construía, íbamos y veníamos a Capital, eran viajes constantes, tanto para hacer la casa como para hacer algo relacionado con el disco, entonces, estoy muy signado por la Panamericana”, remata. 

El movimiento constante que detalla Tingo Zucal es una marca indeleble en el registro, que connota una dicotomía espacial entre el campo y la ciudad. “Así transcurre mi vida porque además, a este lugar se vino Diego (Collins), que es el bajista de la banda. Desde el año 2004 que estamos juntos, somos como los socios más antiguos en esto y ahora, también, es mi vecino”, reconoce y que esa condición realmente tiñe a la banda. “Me parece que hay canciones muy folk, quizás muy campestres y otras más nerviosas, que se prestan como para subirse al auto y escucharlas”, dice.

Pero no sólo los desplazamientos se perciben en el ambiente que crea la música o en las letras, sino también en el devenir que hizo que la agrupación mute conforme el paso del tiempo. La reinvención ocupa un lugar protagónico cuando los componentes se modifican. “Una vez que tuvimos eso, en esa época también nos ayudó Mariano di Cesare (El Príncipe Idiota), el baterista y el guitarrista, que también era el dueño del estudio, se fueron a vivir a otros países. Ahí nos quedamos con la mitad del disco grabado pero medio en bolas, sin saber cómo seguir”, rememora el guitarrista.

Poco tiempo antes de que dos integrantes históricos del grupo se vayan, empezó la metamorfosis de Pels, según lo que señala su líder: “También se daba, en los años previos al 2020, que se subían mis dos hijxs en los shows, por ejemplo, Loli a cantar y Joaqui a tocar la guitarra, por lo que siento que todo se fue dando casi naturalmente. La situación que empezó como casi como un divertimento, de pronto supuso pensar seriamente el mezclar dos mundos muy diferentes, la familia y la banda: “Me pareció que había que esperar un poco y estar seguros para tomar esa decisión, y así fue”, y justifica: “Por eso, tardamos un poco en resucitar las cosas, cuando hicimos ‘Encuentro en el chino’, esa canción que publicamos en la pandemia. En ese momento, se desencadenó sola la iniciativa. Hoy en día somos como una banda familiar, porque están ellos dos y mi hermano Nacho, hay cuatro con el mismo apellido”.

Todo queda en familia, dicen. Esto no impide que la dinámica de trabajo del proyecto fluya con naturalidad. “Con Nacho, hace muchos años que laburamos juntos, después con Joaqui y con Loli la verdad que se siente bárbaro porque ellos son amantes de la banda, además tienen una energía nueva respecto de la nuestra, o una ambición diferente”, describe Tingo y agrega: “ahora ya me cayó la ficha, estoy orgulloso de lo que logré con los Pels, amo la banda y hay futuro, pero las ambiciones son claramente otras”.

Esas ambiciones que cambian, en parte por madurez, por otra parte por la renovación de los componentes del grupo, es obvio que impacta en los sonidos y en las letras. Cada trabajo de Pels tiene la cualidad de parecer una banda nueva, el flamante registro no suena como una continuación de sus antecesores, el EP El Sol Naciente (2022) o el larga duración Destellos del Futuro (2018), la frescura se encuentra a la orden del día. “Nosotros en una época hacíamos el chiste de que hace 20 años que somos una banda nueva. Porque siempre somos bien recibidos, gusta la música que hacemos”, reconoce el frontman, “pero nuestra onda expansiva es muy chica y los estilos mezclados que usamos, hacen que cada vez que nos descubre alguien haya esta sensación de novedad”, dice.

La situación actual de la banda, según expresa el tecladista, la encuentra “en su mejor momento” por todos estos cambios y debido a que en esta oportunidad contaron con la experiencia inédita de tener el soporte de un sello discográfico -Geiser-: “Eso nos permitió poder trabajar con prensa, así como hacer las cosas un poco más profesionalmente y, lógicamente, trae otros resultados”, reconoce. Para el futuro, adelanta que habrá mucha música y experimentación: “Estamos empezando a ensayar con una orquesta de 12 músicos, con un director que los dirige e imaginamos que el año próximo seguramente nos metamos en un estudio bien grande a grabar”.

Debe ser un flash.

-Absolutamente. Uno compuso una canción de tres acordes medio borracho un día de semana en su casa y, de pronto, se encuentra con 12 jóvenes leyendo partituras, haciendo las melodías que a uno se le ocurrió y eso es impagable.

Ahora, llega el turno de presentación oficial de este novísimo trabajo en Artlab, aunque el compositor confiesa que al principio pensaron en incluir a la orquesta, pero observaron que por problemas técnicos, tamaña empresa no hubiese sido posible realizar, por lo que estará presente sólo una parte. “Aún así el show va a ser impresionante, la noche va a ser compartida con El Príncipe Idiota, un lujo”, adelanta.

¿Qué sigue después?

-Tenemos más fechas en La Plata. Vamos a hacer otra en noviembre con la orquesta completa en un bosquecito en Escobar. La agenda se va llenando de a poquito.

Sábado 14 de octubre a las 20hs, en Artlab. Roseti 93, CABA.

Si te gusto la nota, no te olvides de invitarnos un CAFECITO.

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