Jorge Araujo, el exbaterista de Divididos, presentará a finales de mayo su tercer álbum de estudio titulado Electro, carne y hueso. Lo nuevo del músico es una mezcla de sonidos acústicos, electros y amalgamados cuya composición y producción fue por separado. Una vez grabadas las partes instrumentales, vocales y enviadas las canciones, los tres productores a cargo del disco trabajaron de forma independiente en la estética sonora. “Tuve que delegar y confiar. Las tomas que quedaron, sobre todo las de guitarras y de las baterías tocadas por mí, fueron cortadas y pegadas. Los bajos los tocaron los productores”, contó Araujo.
El músico ha explicado que su nuevo álbum refleja lo que está viviendo actualmente, no es metafórico y tanto la letra como la música fue compuesta casi de forma simultánea. “Es un 95% realidad y un 5% figurativo”. Araujo tenía una lista de canciones pensadas para este disco y en un momento casi las pierde todas. “Este álbum arranca desde un pozo negro en el que estuve conmigo mismo, empecé a manejar ciertos aparatos tecnológicos y cuando me confié, terminé borrando nueve canciones y quedó solo una”, contó.
El primer single se titula “El impostor”, habla sobre la idea de pertenencia y la ruptura. “Están por venir” fue el segundo adelanto, y el ritmo, la armonía y la letra de esta canción evocan un carácter profético. Con aire de melancolía, Araujo compuso “Pepino”, una canción dedicada a su perro que lucha contra la hemofilia. “A veces sale el sol/Comienzo a buscarte en otra dirección/Y siempre mirarte como hoy/Te pienso como antes en una proyección/ Y siempre mirarte como hoy”.
Casi para el tramo final de este trabajo aparece “La Taza vacía”, con un ritmo más alegre, al mismo tiempo reflexivo y un poco de protesta. “Hoy no tengo ganas de bajar al papel mis ideas”, así comienza la primera estrofa, una especie de relato sobre el proceso creativo, el juego de la mente y la hoja en blanco. “La taza vacía/Me veo en el fondo/Su reflejo me hace develar letra a letra quien soy”.
La última canción de esta lista es la que le da nombre al disco, “Electro, carne y hueso”, es directamente música electrónica, pero con el mismo tono reflexivo en las letras que las anteriores composiciones. “Pasan las horas que el tiempo vino a buscar”, arrancan las breves estrofas ya que para la mitad de este registro y hasta el final es solo instrumental.
El arte de tapa estuvo a cargo de Mariano Otamendi y la presentación del disco será el 21 de mayo en Café Berlín donde Araujo espera realizar un concierto disruptivo e inmersivo. “Tengo ganas de armar un concierto donde haya mucho contraste, por un lado, con los invitados y con un piano de cola acústico. Y después situaciones electrónicas donde a través de los loops mostremos cosas que los músicos hayamos ejecutado previamente. Creo que ese contraste es el que me describe como artista. Porque lo que más me gusta hacer es ir de una punta a la otra”.