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Nación Urbana: cónclave de audiencias hip hop en Obras

La última edición del festival congregó más de una decena de shows diversos de ámbito hip hop y fue una celebración del crecimiento del género en Argentina y España.

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La larga jornada de algarabía rapera que fue el Festival Nación Urbana en Obras fue el sitio de encuentro de muchísimos seguidores de artistas variados y de estilos diversos. El público fue acumulándose hora a hora, desde un principio alternando los potentes shows en el histórico y legendario escenario del lugar con recreos al aire libre entre los espectáculos.

Con la imponente presencia escénica de Soui Uno fue que oficialmente se dio comienzo a la edición 2023 de este festival que continúa tejiendo lazos entre artistas de ambos lados del Atlántico. La tarea de abrir un festival de tantas horas y tantos artistas de diferentes rincones del enorme terreno que es el género hip hop fue llevada a cabo por la argentina con la altura y el repertorio boombapero al que nos tiene acostumbrados, particularmente resaltando el crecimiento en cuanto a la elección de instrumentales y la soltura de su pluma que viene desarrollando hace ya un tiempo.

Lo que la sucedió fue la adrenalina, el estilo filoso y las rimas bilingües entre el catalán y el español de la rapera Santa Salut, que muy bien acompañada en escena bañó Obras de sus híbridos musicales que hacen contacto con diferentes avenidas de la música electrónica y que emplean cuerdas rockeras. La multitud rebosaba de energía ya a esta altura del día, y más estalló tras las palabras de cariño de la rapera hacia la Argentina, mencionando la libertad de ser quienes somos y de poder reafirmar nuestras identidades tanto de género como de pertenencia a culturas específicas.

El drill argento y una certera aura que hasta parece mixturar trap y funk-brasilero en la percusión llegó de la mano del siguiente espectáculo, Akim 88. Desde Malaver hasta el estadio Obras, tras tener sus inicios en el freestyle competitivo de Zona Norte del Área Metropolitana de Buenos Aires, Akim hizo rebotar a la masa de personas que iba disfrutando cada vez más del diverso menú estilístico de la jornada en Avenida del Libertador.

Este artista combinó de forma fantástica con quien le siguió en aquellas tablas, un artista que fue quizás la revelación más elevada de la noche: Milo J. Logró con su R&B y su espíritu más chill envolver al estadio en un momento de atención prácticamente plena al escenario. La voz de Milo conquistó los oídos de los espectadores, tan distantes sus preferencias y estilos, reunidos aquel martes de febrero. El público quedó ciertamente encandilado y su nombre fue uno de los que más se escuchó, rodeado de halagos y ganadas reverencias, en los intervalos en los que este festival permitió que, show tras show, su público digiriera lo que acababa de ver y oír.

Sofía Gabbana se hizo dueña del escenario a continuación. La talentosa y joven artista tiene una presentación algo hipnotizante en vivo, combinando su precoisa voz con un flow que no deja ir ni un golpe de las instrumentales y que porta un contenido cotidiano y cercano. Jefa en el escenario, nos brindó algunos de sus mayores éxitos y navegó entre los diferentes terrenos que sabe manipular en su repertorio como si fuera natural, dejando tras su show un sentimiento de fiesta concretada.

Pero cuánta fiesta faltaba también. Lucho SSJ se puso al hombro al público más fanático del trap que estaba más que presente aquel día, y subió las energías de la gente haciendo vibrar a la gente que vociferaba muchos de sus temas. Más tarde, de la mano de ni más ni menos que El Doctor, el estadio Obras gozó sin pudor al ritmo de la celebración que fue su espectáculo.

Sin lugar a dudas, El Doctor era uno de los artistas más esperados de la noche, y el único en su estilo en el lineup de este festival. Echó nafta la fiesta que Lucho SSJ a.k.a. Luchito acababa de encender y de la mano de sus bailarinas y su equipo dejó su huella imborrable en esta edición del Nación Urbana.

Sin lugar a dudas la transición que más evidenció la diversidad que reinó aquel día, tanto en públicos como en artistas y sus imaginerías, fue la que pasó del crunk y trap-drill de El Doctor al boombap de la dupla abanderada del underground argentino Kamada.

“Levante la mano toda la gente que nunca vio a Kamada en vivo” dijeron sobre el escenario. Una gran parte del evento alzó sus brazos. El contraste era claro desde el punto de vista del público al caminar por la extensión del estadio Obras, dentro y fuera. Posiblemente en parte prejuzgando a partir de la vestimenta, además de las muchas remeras de distintos artistas presentes, podía verse que este evento estaba funcionando de cónclave y reunión de públicos que pertenecen -para quienes no conocen del género- al mismo mundo, pero que en verdad pocas veces tienen contacto directo.

La convivencia fue todo un éxito. Oyentes de trap, drill, boombap en todas sus diferenciales variantes, LoFi, R&B y más disfrutando visiblemente de artistas que nunca habían visto en vivo, nunca habían pensado disfrutar, o incluso nunca habían escuchado en su vida.

Kamada, al igual que la mayoría de los artistas de la fecha, logró tener un control increíble sobre la masa de gente convocada, particularmente a partir de sus habituales pases-gol lingüísticos y musicales, pero también por tener una consciencia de este choque de públicos distintos. Muchas personas se fueron con un pie adentro de los círculos de públicos de artistas que antes no conocían, y Kamada no fue excepción si no uno de los casos eminentes de la regla.

Cráneo y Lasser eran de los que más público había convocado aquel día al barrio de Núñez, con su contagiosa y relajada energía que trajeron desde otro hemisferio pero que conecta muy bien con lo latinoamericano, especialmente a la hora de desplegarla en vivo. Entre adelantos de lo que se viene en sus carreras y la performance de hits ya indiscutidos, fueron otro contraste importante con quien subió al escenario tras ellos, con un estilo ciertamente lejano y con la fuerza rimbombante de sus rimas.

Estamos hablando de Ronpe 99, que está transitando un momento álgido de agenda y avisó de antemano que el show iba a acortarse por estar transitando un mal momento de salud. Podía notarse en su voz al hablar aquella condición, pero no en su ánimo ni actitud. Explícitamente hablando de la importancia de apreciar el valor de las entradas que pagó el público, decidió dejarlo todo sobre el escenario, aunque sea en una setlist más brece. Irguiendo sus rimas resonantes, su boombap que no pide permiso, y una energía que pisa más que fuerte en cualquier ámbito, el público, enardecido y agradecido, dio rienda suelta a pogos y disfrute.

El cierre de la noche estuvo a cargo de la dupla Bardero$, compuesto por los muy conocidos Homer el Mero Mero y C.R.O., que coronaron con su innegable estilo y la alegría de su enorme público esta jornada en la que realmente resaltó cada show por separado como una colección de gemas bien elegidas para una jornada de tantas horas en Obras Sanitarias.

La plural y variopinta multitud que atendió pudo disfrutar de un festival en el que en un mismo escenario los estilos se cruzaban, se contrastaban, hasta disputaban sentido común en distintos sentidos. Y esta multitud, también, supo abrazar los estilos que le eran ajenos, y sin duda la mayoría de las personas presentes se retiraron de la edición 2023 del Festival Nación Urbana con una pequeña lista de pendientes para escuchar en sus casas y nuevas simpatías imprevistas hacia artistas que no formaban parte de sus playlists.

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