Bikini Kill, máximo exponente del movimiento Riot Grrrl, hizo su debut en Argentina en el escenario del Complejo Art Media del barrio porteño de Chacarita. De la mano de Kathleen Hanna y compañía llegaron a nuestro país para hacer lo que mejor saben, poner a su público a gritar, cantar y reivindicar las banderas en contra del establishment.
Barbi Recanati fue la encargada de abrir la noche. Con toda su personalidad y una increíble banda que la acompañó, los temas “Que no” y “Teoría Espacial” hicieron vibrar el lugar. Además de brillar, Barbi se tomó el tiempo de dedicarle “Frágil” al presidente de la nación, Javier Milei, a lo que el público respondió rápidamente con “Y ya lo vee y ya lo vee el que no salta voto a Milei”. Cuando sonó “A la luz” el complejo se volvió a encender y así Barbi se despidió bajo una lluvia de aplausos.
Cerca de las 21.30, el público se impacientaba y Barbi volvió a subir al escenario. Pero no para cantar, sino para leer el manifiesto que acompaña a la banda estadounidense desde sus inicios. “Todas las chicas al frente, sí, pero también personas trans, queer, de género fluido, no binario: si sentís que perteneces al frente, hacelo”, leyó en voz alta Recanati y continuo: “Si sos un varón cis muy alto, muy hetero y muy rico, por favor pensá en cuánto espacio estás ocupando y hace lugar para que las personas a tu alrededor vean y se muevan libremente”.
Desde el escenario sus palabras fueron festejadas y acatadas por quienes se sintieron aludidxs. Fue entonces que el trío punk feminista y empoderador de Bikini Kill subió al escenario haciendo estallar el recito con “New radio”. A continuación, fue el turno de “This Is Not A Test”, “Don’t Need You” y “Jigsaw Youth”.
Bikini Kill siempre trajo de la mano de su punk un mensaje político asociado al feminismo y al rechazo a la cultura de la misoginia. Con una Kathelee Hanna vestida de verde y violeta en clara alusión a los colores simbólicos que se utilizan en las movilizaciones feministas, las canciones se cruzaban con gritos por parte del público con consignas que hacían alusión al 8M. Momento que quedó retratado cuando Kathlee tomó una bandera que le arrojaron desde el escenario, la cual decía: Machismo = Fascismo.
Durante el transcurso del show, fueron intercambiando roles, Kathleen siendo bajista, Kathi pasando a la batería y el rol de frontwoman bajo la voz de Tobi, interpretando canciones como “Distinct Complicity”, “Hamster Baby” y “Tell Me So”. Al finalizar cada canción, se podía escuchar con fuerza la emoción que existía en el público, que cada tanto respondía con un cántico: “Olee, olee, olee, Bii kii nii kiiil”.
A ratos Kathleen le hablaba al público: “Nunca imaginé que algún día iba a tocar en Argentina” dijo entusiasmada. Entonces fue el turno de “Carnival”, “Resist Psychic Death”, “Capri Pants”, “I Like Fucking” y “Outta Me”. Así, Bikini Kill daba todo ante sus fans llenos de éxtasis con temas como “Demi Rep” y “Reject All American”. Con las pibas al frente cada vez que se armaba el pogo el recinto parecía que iba a caer.
Después de interpretar “Suck My Left One”, la banda bajó del escenario. Los gritos no demoraron, con prácticamente nadie moviéndose de su lugar en la espera por una tanda extra. Entonces volvieron para un último golpe con los dos más grandes clásicos de la historia de la banda punk feminista: “Double Dare Ya” y el ya himno “Rebel Girl”.
Bikini Kill dejó a varios cientos de personas con sonrisas por haber cumplido un sueño, por haberse encontrado con esas voces rupturistas de los años noventa en una hora y media de rock y adrenalina. Y, además, luego del reciente 8M, el “Todas las chicas al frente” como reza su manifiesto sigue igual de vigente y empoderador que en sus comienzos.