El Plan de la Mariposa: llegó la correntada al Movistar Arena

El Plan de la Mariposa tachó un ítem de la lista: agotar un Movistar Arena. Y lo hizo del mejor modo posible: sin olvidarse de las canciones de seis discos que los asentaron en la escena, presentaron su último álbum de estudio, Correntada (2024), la noche del sábado 14 de septiembre en un encuentro en el cual la ejecución estuvo a la altura de las expectativas.

Los oriundos de Necochea abrieron el setlist con “Serenata de una ruta larga”, parte de su más reciente lanzamiento, encendiendo a un público que ya estaba coreando desde que se abrieron las puertas del predio. El pogo fue cobrando forma, anticipando que la gente no asistió para quedarse quieta y ser tímida. No hubo palabras de la banda, no hicieron falta. Lo que siguió fueron los primeros acordes de “Romance con el desapego”, confirmando que el lenguaje preferido por todos, arriba y abajo del escenario, es la música.

En la que es, hasta la fecha, la presentación más grande de la banda, llegó el momento de rememorar “Túnel de la Vida” y “Un Mal Delito Entre Confiar o Morir”, material de Estado de Enlace (2020), canciones que nos acompañaron en el último tramo de un año pandémico.

Quizás aún queden restos de esas ganas contenidas durante el encierro, porque el agite incesante desde el inicio equiparó la energía de los hermanos Sebastián, Camila, Santiago, Máximo y Valentín Andersen, Andrés Nor y Julián Ropero, los responsables de convocarnos allí. Como ya bien lo dijeron ellos, “si viniera un tsunami, un estresazo, un aguijón, yo con vos lo canto, lo vuelvo canción”.

En este punto del show fue evidente que el público está más que familiarizado con Correntada, y que temas como “Es Por Ahí” o “Cuchillos y Escudos”, de ahora en más, forman parte del cancionero obligatorio, a la par de “Mi Jagger” y “Savia”. La presencia de Camila se volvió hipnótica moviéndose a lo largo y ancho de la escena, y el ambiente propuesto invitó a todos a bailar, nadie quería quedar fuera de la fiesta. Pero la noche recién empezaba y una interpretación íntima -de voz y teclado únicamente- de “Navegantes” sirvió de antesala para escuchar, en versión acústica, las canciones “Entrañas” y “Llega, Llega, Llega”. De los colores estridentes de la primera parte, el escenario se tornó naranja, matcheando la calidez de las guitarras y percusión con la entonación de un público que copó el sonido del Movistar Arena.

De la mano de Sebastián, se dieron a conocer las historias de “Lazinha”, “Gurucháin” y “El Ángel del 152”, retratos de personajes que se cruzaron en el camino de la banda. Una chica de Brasil, un músico del carajo y un chico que se animó a decir algo entre tanto silencio conformista. La inspiración brota de cualquier fuente que sepamos (y queramos) ver. “Somos manantial que eyacula. Hay tiempo para dar todo lo que haya que dar. Somos viento fuerte que viene del mar”, dicen, y el cantante regaló la interpretación de “Esquina de la Sombra”, surfeando sobre el mar de gente en un bote salvavidas que recorrió el campo de punta a punta.

Para el cierre de la presentación, Camila dedicó unas palabras que explicaron el sentido de “Abrázame”, siguiendo la línea de un repertorio que apela siempre a entender que las melodías bonitas de El Plan de la Mariposa acompañan letras aún más bonitas. “El Riesgo” fue la elegida para concluir un setlist de casi tres horas sin descansos, con la emoción de llenar uno de los venues más importantes del país, y la satisfacción de confirmar que cuentan con lo necesario para ir por más.

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