El cantante Guido Vene no solo vuelve a los escenarios, sino que lo hace con guitarra eléctrica en mano y al piano, liderando un cuarteto de rock cuidadosamente seleccionado. Influenciados por la escena Stone de los 90 y la elegancia de los músicos de los 70, la banda fusiona con maestría y precisión los sabores del rock, creando una auténtica esencia de estrellas del rock & roll argentino.
Gonzalo Cuchetti en el bajo, Adrián Bareiro en la batería y coros, y Nicolás Yudchak en la guitarra, lo acompañan en esta aventura. Juntos, como Banquete, banda que lleva apenas un año sobre los escenarios, presentan nuevo material que busca llenar el alma con el espíritu del verdadero Rock & Blues.
Durante la entrevista, Guido nos revela cómo se gestó este nuevo proyecto, sus expectativas para el futuro de la banda, y además, comparte su admiración por el legendario Luis Miguel.
―¿En qué momento decidiste que era momento de formar una nueva banda?
―La idea de formar una buena banda estuvo latente desde después de la separación de Támesis en 2019. Tuve siete intentos fallidos hasta que apareció Banquete, que llegó de manera orgánica, y también correspondiendo a diversos aditivos: amistad frecuente y cercana, shows compartidos en otros proyectos, gustos musicales y admiración.
―¿Cómo fue la selección de músicos que te acompañan en este proyecto?
―Como te comentaba anteriormente, hubo una simbiosis correspondida. En el año 2018, convoqué a los mismos compañeros para realizar un show tributo a Elmore James, sin saber que seis años después tendríamos este presente. Lo esencial de este grupo a la hora de conseguir quórum es un poco el espíritu del nombre de la banda: un espacio de disfrute, conversación, risas, compartir gustos en común y agasajo.
―¿Siempre tuviste muy en claro el estilo musical que iba a tener la banda?
―Si, desde un comienzo, tenía compuestas varias canciones que ya tenían un estilo definido. Con los muchachos en la sala de ensayo empezamos a definir el sonido de la banda. Esas canciones son las primeras que salieron y, ahora, Adrián Bareiro en batería canta también sus propios temas, y Gonzalo Cucchetti (bajo) está comenzando con lo propio. Me gusta la idea de incentivar a que mis compañeros compongan y canten sus temas también, me parece que es la manera de pluralizar y sentir que las historias que se cuentan son de todos. Amén de que son grandes cantantes, los dos cuentan con estilos diferentes al mío y eso le da cierto eclecticismo musical a la banda, sin perder la esencia estilística.
―¿A la hora de componer cuales son las situaciones que te inspiran?
―Me inspira lo cotidiano: historias callejeras, filosofía de barrio, las personalidades de la gente que me rodea, y algunas frases que digo o escucho en el día a día. A veces, las canciones vienen como un rayo y tengo que parar el auto o dejar todo lo que estoy haciendo y sentarme a escribir. Me acostumbré y acostumbré a mi familia a que es así y me respetan. Hace tiempo que sueño las canciones, y me levanto a mitad de la noche con frases y melodías, inclusive en idiomas que no hablo, como el portugués, o que desconozco también. Hay ideas fundamentales que hacen al desarrollo de las historias, y en la rima y la metáfora tratamos de encontrar la belleza. Tengo en claro que el mensaje tiene que penetrar en el público, pero no me interesa jugar ese juego, yo escribo y compongo por necesidad, no respondo a un sistema. No pretendo conformar a nadie… A nadie más que a mí y mis compañeros.
―¿Cómo te sentiste en los primeros shows de la banda?
―El primer show de la banda fue premeditado desde septiembre de 2022: debutamos el miércoles 15 de marzo de 2023, día en que cumplo años, y festejamos también el cumpleaños de Nico Yudchak (Guitarrista). A dos meses de tomar esa decisión, se anuncia el show y salen las entradas para recibir a The Black Crowes en Argentina, el 16 de marzo de 2023 en el Luna Park. Fueron días turbulentos, de alegría sin par y de muchos recuerdos. Fueron los mejores días de mi vida sin duda.
―Tengo entendido que el disco “Obra ilegal” se grabó en 14 horas. ¿Cómo fue ese proceso?
―Fue proceso que me tocó vivir varias veces, grabar con un presupuesto acotado: 5 horas Batería y bajo, 3 horas de guitarras rítmicas, 3 horas de acústicas y solos, y 3 horas de voces. Yo grabé las 4 principales en 35 minutos. “La solución” fue una toma única. Hicimos una preproducción que hizo que sepamos lo que teníamos que hacer en el estudio y nos adaptamos a un presupuesto. El resultado fue realmente muy bueno, creo que el sonido en estudio de la banda va a crecer directamente proporcional a cómo creció la banda desde ese entonces. Las próximas grabaciones serán notables.
―¿Cómo sigue la agenda de Banquete?
―El 19 de septiembre, en Lucille Teatro, tenemos un show junto a Atraco, una banda española que viene abrir el show de Ratones Paranoicos en Vélez Sarsfield y también estará esa noche Dara Luz y Siete abriles. Más tarde, el 1 de noviembre, junto a Citrones nos presentaremos en Strummer Bar. En el medio vamos a sacar un videoclip y tenemos la grabación de “Besos en plural”, en vivo en Makena, y de nuevo material.
―Para cerrar, ¿con qué jugador de fútbol te compararías y para cuando Banquete versionando a Luis Miguel?
―Que hermosa pregunta. En este caso no va a haber analogías. Creo que hoy soy un José Luís Calderón: experiencia, mucha clase, goleador, competitivo, temperamental, con humildad siempre tratando de pelear bien arriba. Y con respecto a la otra pregunta, tenés muy buena data mía porque soy un gran fanático de Luis Miguel. Se podría hacer algo con eso, me tiraste una buena. Veremos.