Nos hicieron esperar tres décadas, pero finalmente llegaron: la banda de Gaz Coombes, Mick Quinn, Danny Goffey y Rob Coombes tocó en Argentina para celebrar los 30 años de I Should Coco (1995), su álbum debut que tocaron en su totalidad en el Complejo C Art Media.
Cuesta recordar semejante congregación de camperas Adidas, zapatillas Topper, camisetas de fútbol y flequillos mal cortados como la que hubo el viernes pasado (para hacer la comparativa con el público de Oasis habrá que esperar solo un poco más).
En una acertadísima decisión de producción, los encargados de abrir la noche fueron los Turf. Un Joaquín Levinton visiblemente extasiado admitió haberle “choreado” a los de Oxford a la hora de componer “Casanova”, aquel hitazo incluido en Una Pila de Vida (1997).
Para que la experiencia noventosa sea más completa, invitaron a Sharly Gramuglia de DDT para hacer “Dandy Rock Club” antes de que “Pasos al Costado” transforme el Complejo C en un tablón del Estadio de River Plate. Sobre el final, a “Yo no me quiero casar, ¿y Ud.?” le agregaron unos fraseos de “Alright” para completar el círculo con sus primos ingleses.
Supergrass arrancó en quinta con las canciones de I Should Coco en el mismo orden que en el disco. Así, “I’d like to know”, “Caught by the Fuzz” y “Mansize Rooster” fue la trifecta que encendió ese lugar al que, según ellos, “va la gente rara”.
Con una sonrisa socarrona, Gaz Coombes adelantó que quizás conocían el track cuatro antes de que arranque el teclado de “Alright”, esa canción legendaria con ADN 100% britpop, que bien ganado tuvo su lugar en Radio Aspen. Los cincuentones volvieron a sentirse jóvenes y libres una vez más.
El pulso rockero de “Lose It” y la atmósfera beatlesca “She’s so Loose” solo podían ser llevados adelante por Danny Goffey, una verdadera locomotora de la batería, apoyado por el eclecticismo del bajista Mick Quinn. Rob Coombes, hermano mayor de Gaz, se permitió unos acompañamientos desde su moog que aportaron actualidad a canciones editadas tres décadas atrás. El cuarteto navega del rock más crudo a canciones con tintes de psicodelia británica.
El disco se completó en los dos primeros tercios de un show al que todavía le quedaban varios hits por delante: sonaron clasicazos como “Richard III” de In it For the Money (1997) y “St. Petersburg” de Road to Rouen (2005).
La hermosa “Moving” fue de las más festejadas por la audiencia mientras que “Pumping on your Stereo” generó un pogo gigante que hermanó a britpoperos y rollingas (hermandad que perdurará hasta la inminente llegada de Primal Scream en el Music Wins 2025).
Supergrass tardó 30 años en venir a Buenos Aires pero todo valió la pena. Nos hizo sentir a los extraños como normales, nos dijeron que todo iba a estar bien, y nos hicieron sentir jóvenes y libres de nuevo.