Más de diez años pasaron de aquel mítico show de Massacre en el Teatro Gran Rex, cuando tocaron más de tres horas. Una década después, el show del viernes sobre el mismo teatro de la calle Corrientes no llegó a esa duración pero dejó momentos que los fans no olvidarán fácilmente.
Riesgo Rex se llama el show con el que la banda se presentó y Walas lleva toda una vida de enfrentar desafíos. El cantante apareció con un tapado blanco y negro, haciendo honor a su mote de diva del rock para entonar las primeras estrofas de “La Nave”, emprendiendo así un viaje interplanetario por 26 canciones.
La lista de temas fue pensada exclusivamente para un público sentado que lejos estuvo de subirse al escenario para tirarse nuevamente como suelen hacer en La Trastienda (este año Massacre llegó a 100 recitales en San Telmo). Para eso contaron con la colaboración de Javier Casalla -quien el fin de semana anterior participó del encuentro de Divididos con La Renga en Vélez- y su cuarteto de cuerdas.
Así pasaron clásicos como “La Octava Maravilla”, “Te Leo al Revés”, en la que Massacre asegura ser compra, venta y canje, más a una versión de “Muerte al Faraón” con una coda final de “Heroes” de David Bowie. También aprovecharon para adelantar canciones de su próximo disco Nueve, como “La Cita”, que narra una anécdota del cantante con Adrián Dárgelos, y “Ella Va”.
Quien quiera definir a Massacre solo como una banda punk, se estaría quedando corto. La banda navega las constelaciones del glam-punk-rock-psicodélico-galáctico. Bueno, puede que nos hayamos ido un poco al carajo, pero vamos a atribuírselo al efecto de las imágenes que acompañaron el show, que fueron por demás lisérgicas.
En el momento más sentido del recital, Walas abrió su corazón acompañado solamente por Casalla en violín y la pianista Ayelén Secches, con quienes salieron hermosas versiones de “El Deseo” y “Tanto Amor”.
Un incendiario solo de guitarra de Pablo “El Tordo” Mondello en “1984” abrió paso a la recta final, que hizo que el cantante, -ya vestido con su clásica camisa a rayas y bermudas-, se siente en las escalinatas que dan al pulman para contemplar a su propia banda durante “Heredarán la Tierra”.
Los bises quedaron a puro hit con la tríada “La Reina de Marte”, “Plan B: Anhelo de Satisfacción” y “Mi Mami no lo hará”, interpretadas por el quinteto original.
Massacre tocó en el Gran Rex por segunda vez en sus 35 años de carrera. La primera fue maratónica desde su duración, la segunda memorable desde su puesta en escena y posterior ejecución.