No existen dudas de la destreza instrumental única que tienen los Black Crowes: ni el retraso en la llegada de sus equipos (que quedaron en Brasil y los obligaron a improvisar con instrumentos prestados, como el bajo de Viticus), impidió que la noche se torne en una celebración a puro rock y blues.
La excusa de su visita fue la celebración de los treinta y pico de años que cumplió Shake Your Money Maker, el cual sonó completo y respetando el orden de los temas. Pero la gran diferencia radicó en la capacidad de los de Atlanta, en tocar un disco completo y que suene absolutamente diferente al original pero sin perder su esencia. Esa es su virtud, porque supieron hacer cada uno de los temas en versiones maravillosas, cargadas de una energía única. Parte de eso es consecuencia de esta nueva formación, donde los hermanos Robinson, que recompusieron su relación allá por 2019, saben acompañarse de músicos que dan con la talla de sus composiciones y las interpretan como si las hubiesen gestado ellos mismos.
Es más que evidente que la presencia de Chris Robinson en el escenario es puro magnetismo, en la sangre lleva la genética de un frontman que parece sacado de una fábrica de superhéroes musicales. Baila, improvisa y se luce de principio a fin. Es el ying de su hermano Rich, que en su rol de yang, complementa toda esa energía con precisión y una habilidad instrumental para dominar las seis cuerdas de manera indiscutible. La banda se completa con Sven Pipien en el bajo, el único miembro histórico del grupo (1997) y se sostiene en la maestría local de Nico Bereciartua, que interpreta con su guitarra solos que parece que hubiese tocado toda su vida. Si bien su incorporación a la banda es reciente, Bereciartua ya había colaborado con Rich Robinson en una gira anterior, allá por 2017, que lo trajo en plan solista a nuestras tierras.
La velada rockanrollera comenzó con “Twice As Hard” y casi sin respiro “Jealous again” hizo sobresaltar a todos. “Sister Luck” fue la pausa necesaria para tanta energía, con sus armonías bluseras y los gritos desgarrados de Chris en su estribillo. La primer mitad del show ofreció cada uno de los temas de Shake Your Money Maker, destacandose las baladas “Seeing Things” y “She Talks to Angels” y con momentos más arriba de la mano de “Hard to Handle” y “Struttin’ Blues”. Terminada la primera parte, el show viró hacia otros discos, donde las canciones de The Southern Harmony and Musical Companionsonaron con gran aceptación: “Wiser Time” con un solo de piano necesario, “Thorn in My Pride” con armónica incluida y “Remedy” que a estas alturas en un himno de la banda, donde las voces de las coristas Mackenzie Adams y Lesley Grant supieron hacer lo propio. El cierre fue a todo o nada, con “Rocks Off” de los Rolling Stones, que fue festejado y bailado por la patria rockera local, un cierre sin dudas, a la medida de una banda, que sabe lo hace y lo transmite con cada acorde de su música.