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Ciro y Los Persas celebraron su show 399 en un Movistar Arena colmado de fieles

Luego de la locura que fue el regreso de Los Piojos, Andrés Ciro Martínez volvió a tomar las riendas de su querida banda de garage en una noche cargada de emoción, compromiso social, y un setlist que equilibró pasado y presente ante las distintas generaciones de seguidores.

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“Este es el concierto número 399 de Ciro y Los Persas”, anunció Andrés Ciro Martínez, aludiendo a que el próximo show marcará el festejo de los 400. Luego de su regreso triunfal con Los Piojos se reencontró con su público en el Movistar Arena.

La noche comenzó con la presentación de Manu Martínez, hija de Ciro, mientras llega el público, realizando un set a la altura de la ocasión. Sus canciones dejaron entrever un aire familiar: acordes, climas y resonancias que remitían a una impronta conocida, aunque con identidad propia.

El show de Ciro y Los Persas estuvo atravesado por un fuerte compromiso social. Estuvieron presentes distintas organizaciones y fundaciones, como la Fundación Sí y comedores infantiles, y el acceso al recital incluía la posibilidad de colaborar con alimentos no perecederos. En un contexto de descontento por la situación que atraviesa el país, ese clima se vio reflejado en los cánticos de los fieles piojosos a lo largo de la noche.

Luego de habernos acostumbrado al regreso de Los Piojos, volver a escuchar en vivo las canciones de Ciro y Los Persas resultó diferente y movilizante, más aún teniendo en cuenta que la banda venía de presentarse en el Anfiteatro de Rosario. La vuelta de Los Persas revolvió sentimientos guardados durante casi un año: los temas tuvieron el mismo peso en el setlist que las canciones piojosas, logrando un equilibrio natural. El pasaje de “Barón Rojo” a “Llevatelo” fue una muestra clara de ello.

Canciones como “Al Atardecer” y “Unbekannt” se acomodaron a la perfección junto a “Vas a Bailar” y “Luz”, como si ambas etapas hubieran coexistido siempre en la misma línea temporal. Lo mismo ocurrió con “Ciudad Animal”, “Antes y Después”, “Como Alí” y “El Farolito”, que encendieron por completo al Movistar Arena. Todas las generaciones de seguidores corearon esos temas que marcaron historia, con muchas madres, padres e hijos cantando a la par.

Hubo también un momento especial para Lulo Isod, baterista histórico de Ciro y Los Persas, quien presentó en vivo su canción “Vio de Más”. Fue la primera vez que se lo vio cantando, ya que siempre se había mostrado reservado. En cuanto a la formación, se destacó la incorporación de Luli Bass, quien se alternó en el bajo con Broder Bastos, que en esos pasajes pasó a encargarse de la percusión.

El repertorio incluyó además las canciones nuevas “El Garca” y “Danza en las Sombras”, que fueron recibidas con entusiasmo por el público. No faltó el clásico amague de Ciro antes de interpretar “El Farolito”. El momento coincidió con la final del Torneo Clausura entre Racing y Estudiantes, lo que llevó a que varios asistentes siguieran ambos acontecimientos en simultáneo. Fiel a su estilo, el frontman volvió a jugar con el público, sugiriendo el cierre del show para luego continuar, esta vez leyendo una a una las banderas durante Astros, ya convertido en un nuevo clásico.

En un contexto marcado por un clima exterior poco favorable (afuera asomaba una tormenta), el Movistar Arena se vivió como un espacio de desconexión y reencuentro: con el público, con la familia y con aquellos fieles desde el ’87, como el propio Ciro lo expresó. Fue una noche para cantar, bailar y sacudir incluso a quienes observaban desde la platea. Un viaje al centro de la luna que cerró con brindis y la certeza de que, tras el reencuentro de Los Piojos, todavía hay Andrés Ciro para rato.

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