El sábado, el colectivo 39 nos llevó hasta un festival donde la música, artes plásticas y visuales convergieron. Aquel bondi marrón y cremita quedó estacionado al costado del Complejo C Art Media en Chacarita . La formación funcionó como un mostrador para que varios DJ’s se turnen para brindar sus respectivos sets.
Cuando seguimos de largo y llegamos hasta el fondo del complejo, nos topamos con el escenario principal con un claro y luminoso cartel: MUTANTE.
Nicolás Mateo fue el encargado de inaugurarlo. Aunque no paró de repetir “¡Ay, qué triste estoy!”, el cantautor dejó felices a sus “pichones” con su compacto repertorio.
Para Melanie Williams & El Cabloide la vibra cambió completamente. El conjunto llevó su jazz-rock progresivo más cerca de lo que fue Spinetta-Jade, aunque no fue al Flaco al que versionaron sino a fue a Charly García en “Necesito tu Amor”. Melanie pasa del teclado a la guitarra, y va corriendo a la batería para interpretar varios temas desde ahí. Realmente una banda con mil matices.
Los Besos ofrecieron los estribillos más pegadizos que se pudieron escuchar en todo el festival. ¿Hits? No faltaron, “La Cascada de tu Pelo Enredado” y “Copia Viva”. ¿Temas nuevos? También, “En la Arena”. Paula Trama derrochó carisma e impuso su voz. Bien merecida tiene la bandera gigante que le acercaron desde la multitud.
Daniel Melero, en cambio, pateó el tablero. Ya nos tiene acostumbrados a no estar acostumbrados a lo que hace. Siempre innovador, pionero e imprevisible. El ex Los Encargados subió a la tarima con un teclado y un sintetizador y, acompañado de un guitarrista, le puso oscuridad a un galpón que no era precisamente el predio más luminoso con un set inmersivo. El recital de Melero hipnotizó a muchos pero no faltaron lo que largaron algún que otro bostezo.
De nuevo en el bondi, Manolo Lamothe y Matzorama la rompieron con sus DJ’s sets. Pero cuando apareció Tomás Rebord (!!!) la locura fue total. Cientos de fanáticos deliraron al ver como el periodista-abogado-influencer-líder de masas armó un tracklist que navegó desde la BSO de Star Wars hasta Shakira mientras las pantallas mostraban imágenes de ¡Vladimir Putin! Un delirio místico que solo Rebord pudo profundizar.
La gente siguió recorriendo el lugar para comprar alguna tira cómica de Gustavo Sala, ver los extravagantes looks que algunxs llevaron con mucho estilo, y hasta sentarse en el piso para dibujar con modelos recreando situaciones en vivo.
El mejor show del festival lo dio Lucy Patané. No estamos diciendo que todo lo anterior haya estado mal, ni cerca. Sino que la guitarrista llevó el espectáculo a otro nivel. Patané de a poco se va despidiendo de En Toneles (¡qué discazo!) y presenta “Nevada” como nuevo single. Como una verdadera guitar-hero, Patané distorsiona cada cuerda que toca, salta, posta, corre con la viola a cuestas y eso hace cebar más al público. “Cinturón” (“Cinturonga” como la llama ella) marcó el fin de un show que dejó el escenario prendido fuego.
El headliner del festival, aunque todas las bandas se repartieron el mismo tiempo, fueron los ya consolidadísimos Mi Amigo Invencible. La banda de Mariano di Césare se aleja de a poco de Dutsiland (2019) mientras prepara un nuevo disco y afronta éste presente con mucho amor propio.
Presentando una big-band que incluyó trío de vientos, “Loco Trópico” “Nuestra Noche y “Batalla Gigante” son solo algunas canciones que pasaron. Hasta se dieron el lujo de pasear por sus influencias. “Noches de Ciencia Ficción” la mezclaron en un medley con “Flaca” de Andrés Calamaro y “El Fantasma de Canterville” de Sui Generis. Mientras Di Cesare tiraba unos prohibidos durante “Freelance”, el sintetizador dibujaba algunos pasajes de “Eiti Leda” de Serú GIrán, transformándose en la última canción que sonó en el Complejo C Art Media.
¿Diversidad Cultural? Check. ¿Una curaduría variada? Check. ¿Buena música? Check. ¿Opciones artísticas interesantes? Check. El Festival Mutante terminó su primera edición con varios ítems a favor.