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System of a Down lo hizo de nuevo

El cuarteto armenio-estadounidense volvió a la Argentina tras una década con un show demoledor en el estadio Vélez Sarsfield, ante un público que agotó todas las localidades.

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Ciento veinte minutos exactos fueron los que System of a Down utilizó para disparar 32 canciones casi sin interrupciones, en el marco del “Wake up! South American Stadium Tour”, a 44 mil almas que colmaron el estadio de Liniers, en una fecha única que los trajo por tercera vez a nuestro país, después de 10 años.

La tarde del sábado caía, mientras el power trío local Mujer Cebra encendió los motores del escenario, con un breve repaso por los tracks más potentes de su discografía. Una hora más tarde, siguió el segundo soporte de la fecha: Ego Kill Talent, un grupo oriundo de San Pablo, Brasil, que mezclan rock alternativo con heavy metal. 

Con precisión matemática, a las 21 horas, el cuarteto estadounidense hizo su aparición en las tablas frente al rugido del público local que enloqueció desde el momento en el que se apagaron las luces del estadio, con gritos, saltos, mosh y brazos que se agitaban mientras iniciaba el “Attack”. 

A medida que Serj Tankian, Daron Malakian, Shavo Odadjian y John Dolmayan generaban un torbellino de temas que no dieron respiro a los asistentes, desde abajo se observaba a diferentes generaciones de fans que se congregaron en semejante fecha: desde quienes tuvieron la suerte de verlos en 2015 y/o en 2011, más varios jóvenes que, incluso, fue la primera vez en su vida que pudieron disfrutar de un concierto de estas naturaleza. 

En esta oportunidad, la agrupación aprovechó para repasar toda su discografía, con la característica crítica social: temáticas que abordan la guerra, la desigualdad, la opresión, entre otros. El torrente de temas abarcó de todo: “Aerials”, “B.Y.O.B.”, “Suite-Pee”, “Prison Song”, “Mr. Jack”, “Genocidal Humanoidz” y muchas más.

La arenga tanto de los presentes como de Malakian fue un ida y vuelta que se repitió varias veces, matizado con el famoso “olé olé” del público. Hasta el juego de luces del recital tuvo un rol que se combinó perfectamente con el poderoso sonido que emanaba del escenario, aunque el volumen de la voz del cantante estuvo un poco por debajo del resto de la instrumentación. Sin embargo, esto no fue impedimento para los fans locales que no pararon de hacer pogo en el discurrir del setlist.

Continuaron con el repaso de diferentes partes de su repertorio, como varios tracks de Steal This Album! (2002), Mezmerize (2005), Hypnotize (2005) y, por supuesto, del exitoso Toxicity (2001). Al finalizar el superclásico “Chop Suey!”, el guitarrista enganchó ese hitazo con “Careless Whisper” de George Michael, que fue el puente para llegar a “Lonely Day”, una prueba más de la capacidad del grupo para mezclar diversos géneros.

El tramo final tuvo a “Cigaro”, “Roulette” y se lo vio a Shavo Odadjian ponerse un poncho celeste y blanco que sirvió como un preludio para el pogo máximo, el cual se generó con “Toxicity”, para luego terminar la larguísima lista de temas con la infaltable “Sugar” a las 23 horas en punto.

System of a Down tardó diez años en volver a nuestro país y, en ese lapso, se sumaron muchos más fanáticos que pudieron vivir un espectáculo impresionante, con más de 30 temas que abarcaron toda su discografía y con una potencia sin precedentes. Una vez más, el conjunto estadounidense dejó una marca en la memoria de los presentes que jamás será borrada. 

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