Blues Motel
Banda en movimiento
Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro | Fotos:
Beto Landoni
29 de Junio, 2006
Días antes de su último show en La Trastienda, La Bitácora viajó a San Fernando para encontrarse con una de las bandas de mayor renombre en el rock and roll: Blues Motel. Pasado, presente y futuro de un conjunto que no baja el volumen y va p
Con casi 20 años dentro del rock, un número al que pocos aspiran en continuado, Blues Motel sigue desandando un camino alejado de los grandes números, fiel a sus principios y con más ganas que nunca. Hace dos semanas salió a la venta su “séptimo disco varón”, como definió Gaba en aquel show. Y restan para este año, en un proyecto de por sí ambicioso, dos más. Cuántas bandas pueden darse el lujo de concretar semejante sueño. En una charla distendida, Adrián Herrera, guitarrista y unos de los fundadores del conjunto, habló con La Bitacora y no se privó de nada: el nuevo disco, la independencia, sus comienzos, sus otras facetas. Una entrevista en crudo en la que el violero deja todas sus impreciones de una banda que Golpea y va por más.
Un proyecto ambicioso
-¿Cómo surgió este proyecto?
A fines del año pasado nos juntamos a ver qué hacíamos. Y comenzamos a planificar cuando no eran horas de planificar (risas). Nos fuimos para cualquier lado y terminó en esto. En realidad salió así esa noche. La idea anterior era sacar un disco en vivo. Pero después dijimos: “por qué no hacemos como Pearl Jam que grababa los shows y los subía”. Pero era un gasto que se nos iba de las manos. Salió de la nada.
-Flor de desafío...
Siempre las cosas que nos complicaron nos movieron más. Ya de movida hacer tres discos era un desafío importante. Había muchas cuestiones. Al principio quedó medio ahí. La aseguramos cuando hicimos un par de notas en el Gesell Rock… boqueamos que íbamos a hacer eso y ya está: “ahora lo tenemos que hacer”. Y salió. Por ahora, salvo que estamos atrasados, se va dando bien.
Golpea
-¿Qué es Golpea?
La idea de este disco era hacer algo más rabioso. Guitarras eléctricas, sin piano. No hay nada acústico. Debe ser el primer disco que hacemos que no hay armónicas. La diferencia se va a notar con el segundo, ahí van a ser bien opuestos. En un principio la idea es que iba a hacer muy cargado de cosas, pero una vez que estás en estudio sale. Llegamos con los temas sin terminar, estaba la base, pero muchas cosas, como la instrumentación, la fuimos haciendo en estudio. Una vez que estas ahí el tema te va pidiendo arreglos y cosas. A mí es lo que más me gusta, resolverlo ahí. Nunca me gustó ensayar todo un año para llegar al tema. Me aburren los temas si hago eso. Después no te da ni ganas de escuchar el disco, que es lo que me pasa con “Un tajo en la oreja” que, en parte, se grabó parecido a este. El otro día ensayábamos los temas y no me acordaba bien por dónde iban, y eso está bueno. Eso va a ser diferente con el segundo porque va a hacer acústico, no va a haber una guitarra, ni un teclado eléctrico. Se va a resolver con piano, con acústicas, con criolla, con armónicas. La idea fue separar las dos facetas de la banda, y al extremo.
-¿Por qué decidieron ponerle así?
Le pusimos Golpea desde el punto de vista que no era algo común lo que encarábamos. Tiene puntos en común con “Un tajo en la oreja” por la furia. Es un golpe porque era jugarnos otra vez más como cuando lo hicimos con un tajo. No es lo mismo, porque un tajo no lo esperaba nadie. Y ese fue el disco que nos sacó la mitad de la gente. Nosotros no lo vivimos como algo malo ya que el público que quedó desde ahí es el que consideramos de Blues Motel. No los que iban a ver los covers de los Stones. Es el que nos sigue por lo que tocamos, por lo que transmitimos, más allá de que si toquemos un cover de alguien.
2 de 3
-¿Cómo va a ser el próximo disco?
Va a ser un disco acústico que va a tener un laburo diferente. Encima lo queremos grabar todos tocando juntos. Después del show de La Trastienda vamos a empezar a elegir los temas que van, y a ensayar. Nos pondremos a escuchar y a trabajar. Incluso la idea es que quede hasta la voz grabada en la toma. VA a salir en septiembre. El tema es que, por cómo queremos hacerlo, es más rápido. Lleva más ensayos, pero es más rápido a la hora de grabar por lo que no nos vamos a demorar como en Golpea
El disco en vivo
-¿Y el tercero?
En realidad no sabemos de qué se va a tratar. Puede que sea en vivo. Pero es algo que nunca quisimos hacer. El vivo es como que la banda que está con una compañía, tiene que cumplir ciertas cosas, como salir a tocar por el interior. Y después de un tiempo de esperar ver algo nuevo te sacan un disco en vivo. Y son cuatro años sin escuchar un tema nuevo.
-En otra entrevista me dijiste que las bandas sacaban disco en vivo cuando no tenían nada para hacer. Pero este no parece ser el caso...
Claro, siempre nos tiró más que cuando terminabas uno ya estabas componiendo para el otro. Es algo normal. No porque te fuerces sino porque es algo que te gusta y que sale. Además, los temas ya te quedaron viejos. La gente quizá no lo nota y no lo ve de la misma manera, pero para el músico ya es viejo. Por la letra, porque ya quizá pensás otra cosa; y por la música, porque quizá tocás de otra manera. Debemos ser la única banda que tiene 7 discos y no sacó uno en vivo. Al tercer disco todas lo sacan. Pero siempre nos gustó la parte estudio. Siempre nos gusto más la búsqueda del sonido particular y cambiar.
-¿Y cómo crees que suena Blues Motel en vivo?
Yo nunca escuché a Blues Motel en vivo como lo debe escuchar la gente ya que tiene que ver con la vivencia, la emoción, sentimientos que por ahí pegan de una manera y ya te van predisponiendo a que va a hacer mortal. Pero quizá escuchas la grabación y no está tan bueno. No es cierto que cuando grabás un disco en vivo transmitís el show tal cual. Hay grabaciones en vivo nuevas que no rescatan nada, como el disco Stripped de los Stones: está todo muy limpio. Nunca nos cerró mucho el tema del disco en vivo. Sabemos que es algo que en algún momento lo haremos. Era una de las variantes. O también que sea partes del segundo. O temas nuevos con las dos cosas. El tercero estaría fuera del concepto, ya que las facetas del conjunto se terminaron en estos dos discos.
Únicos
-Son concientes que para un pibe que recién empieza y no tiene el contacto con la discográfica esto es un estímulo importante...
Sí, qué se yo. Esto es algo que no se hizo nunca. Tuviste a Calamaro que ya tenía las canciones hechas y saco 5. Pero el hecho de decir “estoy un año grabando”, eso no lo hizo nadie. Nos pasó en el Gesell que cortaban el grabador y nos decían: “che contame como es eso”. Y después terminó girando para ese lado. Este año sigue complicado para tocar. En los lugares que lo hacemos habitualmente la entrada esta muy cara. Y al no rotar en las radios no podemos salir de gira. No tenés nada seguro. Lo que era un delirio terminó determinando el funcionamiento de la banda de este año. Si la gente este año nos va a ver poco en vivo por lo menos tiene tres discos para escuchar.
El camino hacia la búsqueda del sonido diferente
-¿Este es el disco que define a Blues Motel?
Cuando sacamos “Un tajo en la oreja” nos decían: “Loco, qué hicieron”. Otra de las cosas que nos llevó a hacer tres discos es que yo creo que todavía no hicimos el disco que yo pensaba hacer de Blues Motel. A todos los discos le falta algo para cerrarlo. “Malbec” es demasiado lindo, todos los temas podrían ser corte. El disco que nos gustaría hacer tendría que ser de temas que no te queden enseguida. Nosotros todavía no hicimos el disco igual, y creo que nunca lo haremos. Creo que lo más logrado es “Un tajo en la oreja”. Quizá por jugarla de zarpados hicimos algunas cosas de más, por ahí las mezclas, pero el disco está bueno. De “Malbec” para acá están mejores tocados, hay cosas de “Volumen 1” que escucho y no están bien tocadas.
-Pero es lo que más le gusta a la gente...
Igual a la gente la traicionamos todo el tiempo con los cambios. Y eso está bueno porque creo que el público que tenemos ahora sabe que lo podemos traicionar todo el tiempo. Y que todos los discos sean iguales sería una cagada. De “Malbec” hasta acá hay una línea evolutiva, sacando “Rescate Moebius”, que era un disco atemporal, el mejor es “Corazón de Buey”, por el sonido, por cómo está tocado. Sigue teniendo cosas que le cambiaría, como solos o sonido, o el largo del disco.
La independencia
-Hacer tres discos en un año con una compañía hubiera sido imposible. Pero de manera independiente tan bien es una jugada arriesgada...
Sí, pero al hacerlo de manera independiente lo que cambia es se tiene que vender más rápido. De todas maneras calculamos que se va a vender igual de rápido que otros discos. El tema es que cuando sabés que vas a hacer un tema dentro de un año y medio tenés tiempo, vas viendo como va. Ahora tenemos que estar encima y ver cuantos van. Porque lo que recuperemos de la inversión de cada disco es lo que nos va a ayudar a grabar el que sigue, pero teóricamente no debería haber problemas. Si bien algunos se lo bajaron, calculamos que hay gente que quiere el disco por fanático, o por apoyo.
-¿Les gustaría que llegue un compañía o así están bien?
Ahora nos manejamos tranquilos nosotros. Ojalá que mañana vengo uno y ponga plata para que sonemos en la radio. No hacemos temas para tocarle a 50 pibes. No hay banda que resista eso. Eso te lleva a que tengas que hacer otras cosas para mantenerte, y se te acortan los tiempos. A veces los pibes te dicen que eso es venderte. Yo me cago de la risa cuando van a Obras y se calientan porque hay algunos que cantan el tema que salió en la Hit. Pero le tendrían que agradecer, ya que por ellos están viendo a su banda en Obras. Si la banda mantiene su esencia está bien, si la banda es inteligente va mantener su postura. Nosotros no le diríamos no al apoyo de una compañía.
Las discográficas
-¿Estuvieron mal en firmar con DBN en sus comienzos?
Las compañías se rigen por la regalía. Tuvimos un acercamiento con alguien de Universal, pero mandan gente a Cemento y así ven como se labura. Saben que con el apoyo de ellos todo va. Nosotros llevábamos la misma gente que Viejas Locas cuando ellos firmaron con Polygram. Quizá la opción de DBN para sacar el disco no fue la mejor, y tendríamos que haber esperado. En ese momento era pasar a jugar en primera. No estaba la movida independiente, sino estabas en una compañía no sacabas un disco. Cuando una banda escribe una letra es que porque tiene algo que decir. No cerramos ninguna puerta. De “Malbec” para acá, que fue el primero independiente, no había ninguna compañía que nos asegurara algo mas que lo que podíamos hacer nosotros. Y ahora hacemos lo que queremos.
-¿Crees que con la movida que hay hoy, los dos primeros discos de Blues Motel podrían haber sido parte de toda esta movida grosa que hay en el rock actual?
Creo que con cualquiera de los discos de Blues Motel rotando en las radios la historia podría ser otra. La particularidad que se da ahora es que antes las bandas de rock sonaban en Rock and Pop, en la Fm Hit era Montaner, Aspen otro. Ahora los Jóvenes Pordioseros suenan en las tres. Hay un espectro más amplio. El rock como contra cultura ya fue, ahora está girando, está en la mesa de todos los días. Y eso es el anti rock and roll.
El rock masificado
-¿Por qué el rock hoy está hasta en la sopa?
Calculo que entró en la industria. Las compañías lo vieron. Eso puede ser por el perfil de cada banda. Hoy seguís viendo bandas buenísimas que nunca van a llegar a nada. Y banditas de pibes que recién empiezan y llenan lugares por una cuestión de herencia. Lo que pasó con Los Redondos que lo agarraron Los Piojos, después los Callejeros, ahora El Bordo. Viene por ahí. Cuando El Bordo toque 4 veces al año los pibes irán a ver otras bandas.
La partida de Andrés
-¿Cómo se sintieron grabando este disco sin el aporte de Andrés?
Cada cosa que podía haber sido para atrás nos terminó fortaleciendo. Por lo menos te saca de una rutina, y siempre hacer algo nuevo te da una inyección de pilas para delante. Y era algo que podía pasar. Nos seguimos viendo como amigos. En realidad en todo nuestro entorno no hablemos de la banda. Había una amistad de muchos años que van mas allá de Blues Motel. Para nosotros siempre lo más importante fue la amistad. Cuando Andrés entró era un principiante, pero estábamos muy en sintonía. Lo que pasó con el es que nunca en la vida se imaginó que iba a estar en una banda, que iba a grabar discos. Era algo como un pasatiempo, en cambio para nosotros era algo de toda la vida. En su momento fue “uy que cagada”, pero por las cosas que nos perdíamos de compartir con él. Pero lo compensamos con verlo. Y lo mas lógico fue incluir al Perro ya que era uno más. Siempre fue parte de la banda, lo único que no salía en la foto. Lo mismo con Nacho, que desde hace tiempo es asistente, y escuchamos las mismas cosas.
Las baladas
-Las baladas rock, ¿son su fuerte?
Sí, lo tenemos claro, pero no somos una banda de baladas. La gente lo pide y le gusta. Es algo que sale naturalmente. No es que nos falta e inventamos. Para este disco que viene tenemos alrededor de 30 temas y las baladas están. Las bandas que nos gustan están llenas de medios tiempos. No es algo ajeno a nosotros.
Su faceta reggae
-¿Por qué comenzaron a explotar su lado reggae en los últimos discos?
Hubo todo un tema con eso, porque justo lo íbamos hacer cuando el reggae estaba a full y parecía que nos queríamos subir. Y nosotros siempre hicimos reggae a nuestro modo. También nos gustaban los Stones y Zeppelín donde hay mucho reggae. En nuestros primeros recitales de 10 temas, 2 eran reggaes. Y no buscábamos ser puristas del reggae. En el segundo disco los incluimos juntos, para que no pasen desapercibidos.
Las comparaciones
-Los jode que los tilden de...
Dicen que nos parecemos a los Black Crowes…podría ser por el hecho que combinamos guitarras abiertas, pero con un sonido más podrido. En la gacetilla de la compañía del primer disco nos definían como: “con la energía de los Stones y la fuerza de los Black Crowes”. En realidad, y salvando las distancias, las dos bandas estaban haciendo un revisionismo de una época, incluso desde la ropa. Y nosotros nos vestíamos parecidos, venía por ese lado, a parte que nos guste. Es más, en este momento estoy escuchando un disco de Chris Robinson (vocalista de Black Crowes) que si me voy a una isla me lo llevo.
La convivencia después de tantos años
-¿Se siguen bancando después de tantos años?
Ya te conoces tanto que sabés cuando callarte, cuando hablar, ya sabés qué piensa cada uno. Ese tipo de cosas es muy importante aunque en realidad aprendimos más a callarnos (risas). Es como un matrimonio, te conocés y sabés que te conviene dejar pasar y que no. Somos cinco tipos tan distintos…es un parto.
Lo que viene
-¿Este es el año de Blues Motel?
No sé. La unica manera de pegarla es caer en una compañía. Nostros pensamos eso con “Un tajo...”, que ibamos a sumar gente, y la gente se fue a la mierda, y la gente de otro palo no nos dio bola porque ya estabamos en una bolsa de cierto estilo de música. Fue un traspié. No nos quedamos con eso. Lo bueno de este año es cumplir. No creo que vaya a pasar algo con una compañía. En este momento lo que queremos hacer es mantener la banda en movimiento y no desaparecer. Pero nunca sabes para dónde se puede disparar.
Un proyecto ambicioso
-¿Cómo surgió este proyecto?
A fines del año pasado nos juntamos a ver qué hacíamos. Y comenzamos a planificar cuando no eran horas de planificar (risas). Nos fuimos para cualquier lado y terminó en esto. En realidad salió así esa noche. La idea anterior era sacar un disco en vivo. Pero después dijimos: “por qué no hacemos como Pearl Jam que grababa los shows y los subía”. Pero era un gasto que se nos iba de las manos. Salió de la nada.
-Flor de desafío...
Siempre las cosas que nos complicaron nos movieron más. Ya de movida hacer tres discos era un desafío importante. Había muchas cuestiones. Al principio quedó medio ahí. La aseguramos cuando hicimos un par de notas en el Gesell Rock… boqueamos que íbamos a hacer eso y ya está: “ahora lo tenemos que hacer”. Y salió. Por ahora, salvo que estamos atrasados, se va dando bien.
Golpea
-¿Qué es Golpea?
La idea de este disco era hacer algo más rabioso. Guitarras eléctricas, sin piano. No hay nada acústico. Debe ser el primer disco que hacemos que no hay armónicas. La diferencia se va a notar con el segundo, ahí van a ser bien opuestos. En un principio la idea es que iba a hacer muy cargado de cosas, pero una vez que estás en estudio sale. Llegamos con los temas sin terminar, estaba la base, pero muchas cosas, como la instrumentación, la fuimos haciendo en estudio. Una vez que estas ahí el tema te va pidiendo arreglos y cosas. A mí es lo que más me gusta, resolverlo ahí. Nunca me gustó ensayar todo un año para llegar al tema. Me aburren los temas si hago eso. Después no te da ni ganas de escuchar el disco, que es lo que me pasa con “Un tajo en la oreja” que, en parte, se grabó parecido a este. El otro día ensayábamos los temas y no me acordaba bien por dónde iban, y eso está bueno. Eso va a ser diferente con el segundo porque va a hacer acústico, no va a haber una guitarra, ni un teclado eléctrico. Se va a resolver con piano, con acústicas, con criolla, con armónicas. La idea fue separar las dos facetas de la banda, y al extremo.
-¿Por qué decidieron ponerle así?
Le pusimos Golpea desde el punto de vista que no era algo común lo que encarábamos. Tiene puntos en común con “Un tajo en la oreja” por la furia. Es un golpe porque era jugarnos otra vez más como cuando lo hicimos con un tajo. No es lo mismo, porque un tajo no lo esperaba nadie. Y ese fue el disco que nos sacó la mitad de la gente. Nosotros no lo vivimos como algo malo ya que el público que quedó desde ahí es el que consideramos de Blues Motel. No los que iban a ver los covers de los Stones. Es el que nos sigue por lo que tocamos, por lo que transmitimos, más allá de que si toquemos un cover de alguien.
2 de 3
-¿Cómo va a ser el próximo disco?
Va a ser un disco acústico que va a tener un laburo diferente. Encima lo queremos grabar todos tocando juntos. Después del show de La Trastienda vamos a empezar a elegir los temas que van, y a ensayar. Nos pondremos a escuchar y a trabajar. Incluso la idea es que quede hasta la voz grabada en la toma. VA a salir en septiembre. El tema es que, por cómo queremos hacerlo, es más rápido. Lleva más ensayos, pero es más rápido a la hora de grabar por lo que no nos vamos a demorar como en Golpea
El disco en vivo
-¿Y el tercero?
En realidad no sabemos de qué se va a tratar. Puede que sea en vivo. Pero es algo que nunca quisimos hacer. El vivo es como que la banda que está con una compañía, tiene que cumplir ciertas cosas, como salir a tocar por el interior. Y después de un tiempo de esperar ver algo nuevo te sacan un disco en vivo. Y son cuatro años sin escuchar un tema nuevo.
-En otra entrevista me dijiste que las bandas sacaban disco en vivo cuando no tenían nada para hacer. Pero este no parece ser el caso...
Claro, siempre nos tiró más que cuando terminabas uno ya estabas componiendo para el otro. Es algo normal. No porque te fuerces sino porque es algo que te gusta y que sale. Además, los temas ya te quedaron viejos. La gente quizá no lo nota y no lo ve de la misma manera, pero para el músico ya es viejo. Por la letra, porque ya quizá pensás otra cosa; y por la música, porque quizá tocás de otra manera. Debemos ser la única banda que tiene 7 discos y no sacó uno en vivo. Al tercer disco todas lo sacan. Pero siempre nos gustó la parte estudio. Siempre nos gusto más la búsqueda del sonido particular y cambiar.
-¿Y cómo crees que suena Blues Motel en vivo?
Yo nunca escuché a Blues Motel en vivo como lo debe escuchar la gente ya que tiene que ver con la vivencia, la emoción, sentimientos que por ahí pegan de una manera y ya te van predisponiendo a que va a hacer mortal. Pero quizá escuchas la grabación y no está tan bueno. No es cierto que cuando grabás un disco en vivo transmitís el show tal cual. Hay grabaciones en vivo nuevas que no rescatan nada, como el disco Stripped de los Stones: está todo muy limpio. Nunca nos cerró mucho el tema del disco en vivo. Sabemos que es algo que en algún momento lo haremos. Era una de las variantes. O también que sea partes del segundo. O temas nuevos con las dos cosas. El tercero estaría fuera del concepto, ya que las facetas del conjunto se terminaron en estos dos discos.
Únicos
-Son concientes que para un pibe que recién empieza y no tiene el contacto con la discográfica esto es un estímulo importante...
Sí, qué se yo. Esto es algo que no se hizo nunca. Tuviste a Calamaro que ya tenía las canciones hechas y saco 5. Pero el hecho de decir “estoy un año grabando”, eso no lo hizo nadie. Nos pasó en el Gesell que cortaban el grabador y nos decían: “che contame como es eso”. Y después terminó girando para ese lado. Este año sigue complicado para tocar. En los lugares que lo hacemos habitualmente la entrada esta muy cara. Y al no rotar en las radios no podemos salir de gira. No tenés nada seguro. Lo que era un delirio terminó determinando el funcionamiento de la banda de este año. Si la gente este año nos va a ver poco en vivo por lo menos tiene tres discos para escuchar.
El camino hacia la búsqueda del sonido diferente
-¿Este es el disco que define a Blues Motel?
Cuando sacamos “Un tajo en la oreja” nos decían: “Loco, qué hicieron”. Otra de las cosas que nos llevó a hacer tres discos es que yo creo que todavía no hicimos el disco que yo pensaba hacer de Blues Motel. A todos los discos le falta algo para cerrarlo. “Malbec” es demasiado lindo, todos los temas podrían ser corte. El disco que nos gustaría hacer tendría que ser de temas que no te queden enseguida. Nosotros todavía no hicimos el disco igual, y creo que nunca lo haremos. Creo que lo más logrado es “Un tajo en la oreja”. Quizá por jugarla de zarpados hicimos algunas cosas de más, por ahí las mezclas, pero el disco está bueno. De “Malbec” para acá están mejores tocados, hay cosas de “Volumen 1” que escucho y no están bien tocadas.
-Pero es lo que más le gusta a la gente...
Igual a la gente la traicionamos todo el tiempo con los cambios. Y eso está bueno porque creo que el público que tenemos ahora sabe que lo podemos traicionar todo el tiempo. Y que todos los discos sean iguales sería una cagada. De “Malbec” hasta acá hay una línea evolutiva, sacando “Rescate Moebius”, que era un disco atemporal, el mejor es “Corazón de Buey”, por el sonido, por cómo está tocado. Sigue teniendo cosas que le cambiaría, como solos o sonido, o el largo del disco.
La independencia
-Hacer tres discos en un año con una compañía hubiera sido imposible. Pero de manera independiente tan bien es una jugada arriesgada...
Sí, pero al hacerlo de manera independiente lo que cambia es se tiene que vender más rápido. De todas maneras calculamos que se va a vender igual de rápido que otros discos. El tema es que cuando sabés que vas a hacer un tema dentro de un año y medio tenés tiempo, vas viendo como va. Ahora tenemos que estar encima y ver cuantos van. Porque lo que recuperemos de la inversión de cada disco es lo que nos va a ayudar a grabar el que sigue, pero teóricamente no debería haber problemas. Si bien algunos se lo bajaron, calculamos que hay gente que quiere el disco por fanático, o por apoyo.
-¿Les gustaría que llegue un compañía o así están bien?
Ahora nos manejamos tranquilos nosotros. Ojalá que mañana vengo uno y ponga plata para que sonemos en la radio. No hacemos temas para tocarle a 50 pibes. No hay banda que resista eso. Eso te lleva a que tengas que hacer otras cosas para mantenerte, y se te acortan los tiempos. A veces los pibes te dicen que eso es venderte. Yo me cago de la risa cuando van a Obras y se calientan porque hay algunos que cantan el tema que salió en la Hit. Pero le tendrían que agradecer, ya que por ellos están viendo a su banda en Obras. Si la banda mantiene su esencia está bien, si la banda es inteligente va mantener su postura. Nosotros no le diríamos no al apoyo de una compañía.
Las discográficas
-¿Estuvieron mal en firmar con DBN en sus comienzos?
Las compañías se rigen por la regalía. Tuvimos un acercamiento con alguien de Universal, pero mandan gente a Cemento y así ven como se labura. Saben que con el apoyo de ellos todo va. Nosotros llevábamos la misma gente que Viejas Locas cuando ellos firmaron con Polygram. Quizá la opción de DBN para sacar el disco no fue la mejor, y tendríamos que haber esperado. En ese momento era pasar a jugar en primera. No estaba la movida independiente, sino estabas en una compañía no sacabas un disco. Cuando una banda escribe una letra es que porque tiene algo que decir. No cerramos ninguna puerta. De “Malbec” para acá, que fue el primero independiente, no había ninguna compañía que nos asegurara algo mas que lo que podíamos hacer nosotros. Y ahora hacemos lo que queremos.
-¿Crees que con la movida que hay hoy, los dos primeros discos de Blues Motel podrían haber sido parte de toda esta movida grosa que hay en el rock actual?
Creo que con cualquiera de los discos de Blues Motel rotando en las radios la historia podría ser otra. La particularidad que se da ahora es que antes las bandas de rock sonaban en Rock and Pop, en la Fm Hit era Montaner, Aspen otro. Ahora los Jóvenes Pordioseros suenan en las tres. Hay un espectro más amplio. El rock como contra cultura ya fue, ahora está girando, está en la mesa de todos los días. Y eso es el anti rock and roll.
El rock masificado
-¿Por qué el rock hoy está hasta en la sopa?
Calculo que entró en la industria. Las compañías lo vieron. Eso puede ser por el perfil de cada banda. Hoy seguís viendo bandas buenísimas que nunca van a llegar a nada. Y banditas de pibes que recién empiezan y llenan lugares por una cuestión de herencia. Lo que pasó con Los Redondos que lo agarraron Los Piojos, después los Callejeros, ahora El Bordo. Viene por ahí. Cuando El Bordo toque 4 veces al año los pibes irán a ver otras bandas.
La partida de Andrés
-¿Cómo se sintieron grabando este disco sin el aporte de Andrés?
Cada cosa que podía haber sido para atrás nos terminó fortaleciendo. Por lo menos te saca de una rutina, y siempre hacer algo nuevo te da una inyección de pilas para delante. Y era algo que podía pasar. Nos seguimos viendo como amigos. En realidad en todo nuestro entorno no hablemos de la banda. Había una amistad de muchos años que van mas allá de Blues Motel. Para nosotros siempre lo más importante fue la amistad. Cuando Andrés entró era un principiante, pero estábamos muy en sintonía. Lo que pasó con el es que nunca en la vida se imaginó que iba a estar en una banda, que iba a grabar discos. Era algo como un pasatiempo, en cambio para nosotros era algo de toda la vida. En su momento fue “uy que cagada”, pero por las cosas que nos perdíamos de compartir con él. Pero lo compensamos con verlo. Y lo mas lógico fue incluir al Perro ya que era uno más. Siempre fue parte de la banda, lo único que no salía en la foto. Lo mismo con Nacho, que desde hace tiempo es asistente, y escuchamos las mismas cosas.
Las baladas
-Las baladas rock, ¿son su fuerte?
Sí, lo tenemos claro, pero no somos una banda de baladas. La gente lo pide y le gusta. Es algo que sale naturalmente. No es que nos falta e inventamos. Para este disco que viene tenemos alrededor de 30 temas y las baladas están. Las bandas que nos gustan están llenas de medios tiempos. No es algo ajeno a nosotros.
Su faceta reggae
-¿Por qué comenzaron a explotar su lado reggae en los últimos discos?
Hubo todo un tema con eso, porque justo lo íbamos hacer cuando el reggae estaba a full y parecía que nos queríamos subir. Y nosotros siempre hicimos reggae a nuestro modo. También nos gustaban los Stones y Zeppelín donde hay mucho reggae. En nuestros primeros recitales de 10 temas, 2 eran reggaes. Y no buscábamos ser puristas del reggae. En el segundo disco los incluimos juntos, para que no pasen desapercibidos.
Las comparaciones
-Los jode que los tilden de...
Dicen que nos parecemos a los Black Crowes…podría ser por el hecho que combinamos guitarras abiertas, pero con un sonido más podrido. En la gacetilla de la compañía del primer disco nos definían como: “con la energía de los Stones y la fuerza de los Black Crowes”. En realidad, y salvando las distancias, las dos bandas estaban haciendo un revisionismo de una época, incluso desde la ropa. Y nosotros nos vestíamos parecidos, venía por ese lado, a parte que nos guste. Es más, en este momento estoy escuchando un disco de Chris Robinson (vocalista de Black Crowes) que si me voy a una isla me lo llevo.
La convivencia después de tantos años
-¿Se siguen bancando después de tantos años?
Ya te conoces tanto que sabés cuando callarte, cuando hablar, ya sabés qué piensa cada uno. Ese tipo de cosas es muy importante aunque en realidad aprendimos más a callarnos (risas). Es como un matrimonio, te conocés y sabés que te conviene dejar pasar y que no. Somos cinco tipos tan distintos…es un parto.
Lo que viene
-¿Este es el año de Blues Motel?
No sé. La unica manera de pegarla es caer en una compañía. Nostros pensamos eso con “Un tajo...”, que ibamos a sumar gente, y la gente se fue a la mierda, y la gente de otro palo no nos dio bola porque ya estabamos en una bolsa de cierto estilo de música. Fue un traspié. No nos quedamos con eso. Lo bueno de este año es cumplir. No creo que vaya a pasar algo con una compañía. En este momento lo que queremos hacer es mantener la banda en movimiento y no desaparecer. Pero nunca sabes para dónde se puede disparar.