Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Guillermina

Una forma de vida

Cronista: Gentileza: Pablo Gabriel Krause | Fotos: Beto Landoni

29 de Mayo, 2006

Una forma de vida

Guillermina trabaja doble turno por estos días. Su último disco, Ardeimperios, los llevó a Cemento y el domingo hacen su primer Teatro de Flores. Además, están dándole forma a su próxima placa, la tercera de la banda.

Oriundos de Haedo, que por estos días pareciera ser un verdadero “semillero de bandas de rock”, Guillermina llega a El Teatro de Flores con dos discos bajo el brazo, y un tercero en camino. Compartieron escenario con bandas tan disímiles como La Renga, Árbol y Bersuit, lo que da una idea de la diversidad de sonido por la que transita su propuesta. Gabriel, Santiago y Juan (guitarrista, baterista y bajista), nos cuentan un poco de qué se trata.

¿Cómo definirían el sonido de Guillermina?

Gaby: Yo creo que es muy versátil. Hay temas que van desde lo que quiere expresar la letra. Donde necesitas rabia le ponés toda la bronca de las guitarras y la banda en sí, pero cuando querés expresar otras cosas necesitas otras sutilezas. Es rock, con distintos matices.
Juan: Tenemos una gran mezcla de influencias, y creo que eso termina repercutiendo en las composiciones.

Además del sonido, en la página (www.guillerminarock.com.ar) se puede apreciar una estética conceptual, aparecen muchas imágenes sobre la Guerra de Irak, El Eternauta, Madres de Plaza de Mayo…

Juan: Sí, de hecho el disco “Ardeimperios” se basó mucho en ese contexto. La época de la guerra por el petróleo, la invasión a Irak.
Santiago: Cuando se gestó el disco, la guerra estaba en pleno apogeo, nadie sabía qué iba pasar, y el disco salió para ese lado. Tanto el arte de tapa, las canciones, las letras. Tiene un concepto que habla de eso. La dictadura, los monopolios. Es un disco muy contestatario.
Gaby: Nadie se refiere a “Imperio” en cuanto a reyes y monarcas, sino al imperio económico de hoy por hoy, y gira alrededor de ese concepto del poder, “El Imperio del Dinero”.
Santiago: Es una forma de decir lo que molesta.

Y ahora están grabando el próximo…

Juan: Sí, es todo un desafío. Porque “Ardeimperios” es un disco que nos gustó mucho y tuvo bastante movida. Ahora hay que superar eso y es un desafío que estamos ansiosos por enfrentar.
Gaby: Hay una ansiedad del público también, que quiere escuchar cosas nuevas. Más teniendo en cuenta que en Julio van a hacer dos años del último disco. Igual, para una banda independiente, y haciendo las cosas a pulmón, dos años tampoco es tanto tiempo.

Justamente… ¿Cómo llegan al Teatro siendo una banda independiente?

Santiago: Laburando…
Gaby: Para seguir tocando en lugares de la convocatoria que veniamos manejando, preferimos tirarnos a un Teatro. Además está a la altura de las circunstancias en cuanto a sonido, la gente lo conoce. Cumple con todas las características. Igualmente es compartido, por un tema obvio de convocatoria del lugar.
Santiago: Es un paso más, como en su momento lo fue Cemento y nos arriesgamos. Siempre es un paso más, hay que jugarse y darlo. También tuvimos la suerte de estar girando por todo el país el año pasado y estuvo buenísimo.

Con el primer disco hicieron El Mocambo de Haedo. Ardeimperios los llevó a Cemento y ahora a El Teatro ¿De acá para adelante?

Gaby: A mi me encantaría que sigamos juntos, y viajar por todo el país, como estuvimos haciendo el año pasado. Poder llegar a todas las provincias. Es como viajar con amigos todo el tiempo. Si bien es un sacrificio enorme, porque uno tiene que dejar laburos, parejas, y no se cuántas cosas, el compartirlo con tus amistades hace que sea distinto. No es como cuando viajas con un grupo de trabajo…
Santiago: En realidad sí, te estás yendo con un grupo de trabajo, pero hay tan buena predisposición de todos para que las cosas salgan bien, que no te importa. No importa si tenés que dormir en una carpa, cagarte de frío, comer fideos, que más que fideos son una masa con una cebolla clavada porque se nos terminó el gas… no te importa. Estás contento y lo disfrutás, pero al mismo tiempo te da la pauta de que le estás poniendo muchísima garra. Hoy en día lo tomamos como una forma de vida. Yo siempre digo que estar en la banda es como estar de novios, pero entre siete u ocho al mismo tiempo.
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