NTVG: "Luz es un disco ideal para tocar en vivo, con calor humano"

Miércoles. Abril ya dejó atrás la mitad de sus días. Pasan 30 minutos de las seis de la tarde y en Buenos Aires la temperatura es de 20°. Al otro lado del charco, Emiliano Brancciari y el tecladista Francisco Nasser prenden su cámara para charlar con periodistas que comparten su acento rioplatense, su amor por el mate y curiosidades varias, la mayoría relacionadas a Luz, décimo lanzamiento discográfico de No te va gustar, el próximo 7 de mayo.

“Pusimos la fecha arbitrariamente para poder ver una luz al final del túnel. No somos una banda que se haya acostumbrado al streaming, tenemos que encontrarnos sí o sí con la gente. Ojalá a fin de año pueda hacerse de una manera más natural y normal. Es un disco ideal para tocar en vivo, con calor humano”, confiesa su voz de mando, Brancciari, desde el estudio.

En sus 26 años de carrera, NTVG vivió experiencias de todo tipo. Desde presentaciones como cuarteto en escenarios montevideanos hasta espectáculos colmados en las calles porteñas, mutaciones en su formación y sonido, y la muerte de quien fuera su tecladista durante siete años, Marcel Curuchet. Pero incluso en un abanico de vivencias tan amplio, sin que ellos mismos lo sospecharan, siquiera, había lugar para algo más.

“Cambió todo alrededor; lo que no cambió fue la esencia de la banda. Encontramos el motor en lo artístico, después viene todo lo demás. El fuego siempre está en superarnos artísticamente”, sintetiza el también guitarrista.

Si bien el confinamiento no modificó los planes de grabación, sí generó un álbum con ciertas particularidades: “Hubo mucho tiempo de trabajo de preproducción. En octubre fuimos a una estancia en José Ignacio, muy cerca de la playa. Estuvimos casi 20 días, alejados un poco de la capital, en un clima divino, pensando todo el día en el disco. Fue un proceso súper lindo”, señala Francisco.

A dicha postal, que desentona con su entorno, se le suma una más: ninguna canción de Luz le canta a la pandemia. “No queremos ser nosotros quienes les recuerden este momento más adelante”, dice, entre risas, Emiliano. De igual manera, rescata la imposibilidad de ver a alguien como uno de los tópicos del repertorio, aunque agrega que puede aplicarse “a cualquier momento de la vida”.

JUVENTUD, DIVINO TESORO 

“Nosotros crecimos escuchando Sumo, Divididos. Cuando empezamos, tocábamos temas suyos. Es una admiración de hace muchos años”, explica Emiliano, al ser consultado por la convocatoria a uno de los héroes de su adolescencia: Ricardo Mollo.

Convencido de que las canciones “piden” artistas y estilos determinados, Brancciari lo contactó para la grabación de “Austro”, track número nueve de Luz.

En su anécdota compiten el costado profesional y el fanático: “Él viajaba a Uruguay por temas familiares. Al llegar, tenía que cumplir cuarentena. Cuando terminó, se vino al estudio a pasar todo el día con nosotros. Fue un ‘Mollo day’”.

Pero así como NTVG posa sus ojos en quienes despertaron y despiertan pasiones hace más de tres décadas, la curiosidad los lleva a hurgar entre figuras representativas de lxs más jóvenes.

“Siempre estamos atentos a las nuevas generaciones. Más allá de los géneros, el rock está en la juventud. El rock está ahí. Son ellos los que dicen de otra manera, los que rompen los preconceptos, los que desafían... el fuego siempre está ahí”, considera, a propósito de la colaboración que el grupo hizo con la cantante Nicki Nicole, referenta del trap local que a sus 20 años logró un reconocimiento que transgrede los límites de Argentina.

NTVG ve rock en todas partes. No discrimina ni minimiza: “El rock, como género, ya sabemos lo que es, pero la creatividad de los veintialgo es única. Tratamos de entenderlo y de disfrutarlo”, sentencian.

VI LUZ Y ENTRÉ

“Para nosotros fue la salvación de nuestra psiquis, fue luminoso”. El resumen de Emiliano Brancciari es preciso y honesto. Es, además, una foto de lo que ocurre puertas afuera del estudio que le rodea. El 2020 deterioró la salud mental de muchas personas y, a su vez, logró captar la atención sobre su importancia en más de una ocasión.

NTVG no teme hablar desde las sombras, de aquello que nos molesta o no nos enorgullece: “Somos una banda que, en general, transita por la oscuridad y, en ese sentido, Luz es un álbum bastante arriba”, señala Francisco Nasser.

Tras un año tormentoso, el nombre parece un verdadero acierto. Pero las metáforas de los uruguayos no culminan ahí. Tampoco sus metas.

¿Qué planea una banda que lo ha logrado –casi- todo? Emiliano Brancciari dispara: “El objetivo es tocar en vivo. Volvimos a tener esa zanahoria adelante que, por ahora, está lejísimos”, dice con picardía, mientras que con sus gestos da forma a una verdura invisible próxima a sus ojos, que apenas lleva la delantera, como esperando a ser capturada.