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Tigre Ulli

Luli Zamtlejfer: "Me costó asimilar el crecimiento de Las Ligas Menores "

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

19 de Mayo, 2020

Luli Zamtlejfer: "Me costó asimilar el crecimiento de Las Ligas Menores "

Tras alejarse del grupo que co-fundó en 2012, la bajista armó Tigre Ulli y sacó un disco con guiños al indie estadounidense de los 90. "La crisis me ayudó a componer", afirma.

María LuliZamtlejfer nunca soñó con tener una banda. Tampoco con pegarla, sacar discos, agotar Niceto, tocar en Coachella, girar por Chile, España y México. Mucho menos con ser popular. Pero pasó. Y pasó muy rápido: “Desde afuera puede que no se haya notado tanto, pero fue todo muy vertiginoso”, reconoce hoy la ex bajista de Las Ligas Menores, el grupo que fundó en 2012 y del cual se retiró, con el anillo de campeonato, en 2019.

-¿Cómo fue el momento en el que se lo comunicaste a tus compañeros?
-Triste, doloroso, pero sigue todo bien. 

-¿Se lo esperaban?
-Sí, aunque no es lo mismo suponerlo a que te lo digan.

-¿Por qué te fuiste?
-Pasó de ser un juego, divertido y con cero presión, a algo mucho más profesional. No era la idea. O por lo menos no lo era al principio. El crecimiento se dio de forma precipitada. Y me costó asimilarlo, más que a los chicos, que se lo tomaron muy en serio. Eso los ayudó un montón para seguir el ritmo de giras y fechas. Los motivó. Y yo tenía que decidir, porque no quería complicar la expansión de un proyecto que me encanta y que todavía siento propio.

-¿Cuál era la idea post alejamiento?
-Dedicarme de lleno a la arquitectura. Estudié en la UBA y tengo mi estudio con Nina (Carrara, tecladista de Las Ligas). Es una profesión bastante demandante, que me apasiona. Pero era la fantasía inicial... 

-¿Y cómo fue el después?
-Bastante duro. 

-Pero si fue tu decisión.
-Por eso, pensé que iba a estar todo bien, que sería un alivio. Y descubrí que no, que nada es tan lineal como parece. Me encontraba muy angustiada. Pasaba del enojo a la angustia, y de la angustia al enojo.

 -¿Te arrepentiste en algún momento?
-Un montón de veces. Creía que me había equivocado y tomado la peor decisión, pero visto a la distancia fue un proceso que al final resultó necesario, más allá de lo malo. Me llevó a cuestionar muchas cosas que daba por seguras.



Alejada de la vorágine que demanda un conjunto en franco ascenso, encontró amparo en una santísima trinidad: ocio, rutina laboral y música. Aunque no puso canciones triste para sentirse mejor, sí invirtió horas componiendo las que, sin saberlo, formarían parte del reciente Tigre Ulli (2020). “Al principio las hacía sólo para mí, y rápido, casi una por día. Las letras empezaron a gustarme. Tenían coherencia con lo que siempre había escrito, pero las sentía distintas, como si fuesen la foto de otro momento”.

Con guiños al indie estadounidense de los 90, el disco también publicado bajo el seudónimo oriental remite a uno de Las Ligas Menores (más al primero que al segundo). Parece inevitable: ambas partes crecieron con Pavement, Pixies, Galaxie 500 y Luna. Zamtlejfer, de hecho, versiona libremente a Tobin Sprout, ex Guided by Voices, en “Bestia de las almas”. Aclara ella: “Quedó otro tema. No había forma de hacer una traducción literal”.

Tigre Ulli es un quiebre. Un punto de inflexión. Un tour de force melancólico. Una purga sentimental que surge de la incomodidad. La mejor manera que encontró para mutear pensamientos y mitigar la angustia de una separación que no fue tal. Es un proyecto de transición, un álbum de contrapuntos que habla de superar la barrera de los 30 años y que se construyó sobre la base de melodías luminosas, pero que se cimentó a partir de letras autobiográficas y un tanto nostálgicas.

¿Se puede crear desde la felicidad? ¿O la felicidad se vive? “A mí, por lo menos, la crisis me ayudó a escribir de nuevo, algo que me estaba costando bastante”, responde ella y por si acaso sostiene que sus canciones “son catárticas”, historias mínimas y responsablemente afectivas (“Especial T”) en las que puede homenajear a Mariana Enríquez (“Las cosas que encontramos en el fuego”) y hasta reflexionar acerca de su pasado con el quinteto (“Fotos y videos”).

No tenía ni idea si alguien lo escucharía, o qué podía llegar a pasar. Todo se dio sobre la marcha. Igual, eso no quita que esté contenta y sorprendida con la repercusión, trascendió el círculo de amigos y afectos”, admite Luli (¿o su doppelgänger artístico?), demostrando así que bajar no siempre es lo peor: “Me fui del grupo pensando que lo mío era únicamente la profesión universitaria. Cuando en realidad se trataba de mandatos, de una mochila que debía quitarme. Y fue lo mejor que me pudo haber pasado, porque al final del día confirmé que también quería dedicarme a la música”.

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