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Enrique Campos

Enrique Campos: entre el tango y la identidad propia

Cronista: Maii Kisz | Fotos: Gentileza: Prensa

16 de Marzo, 2020

Enrique Campos: entre el tango y la identidad propia

El músico sacó, en 2019, su primer disco: Roto. Al tiempo que crece como artista, dice no estar pendiente del género y sueña con una sociedad cada vez más libre. Radiografía de un hombre en constante búsqueda.

Si algo prima en las palabras e ideas de Enrique Campos es la libertad. Estudió teatro, canto y escribe poesía. El tango llegó a su vida como propuesta de una de sus profesoras y se quedó por la profundidad de las poéticas letras y por el dramatismo con el cual se las puede interpretar en vivo. “Yo no componía, pero tampoco quería hacer covers. Mi intención era poder sumar algo propio desde lo artístico. Quería que me genere algo, no pararme ahí y solo cantar”, define el artista en conversación con Revista El Bondi. 

Su disco más reciente, Roto, salió en 2019 y trae 12 temas en los cuales Enrique deja claro que la definición del género no lo limita. El tango es la forma que encontró para expresarse pero es, también, un punto de partida para seguir creando. “Trato de no quedarme con lo establecido. No pensar que el tango es de determinada manera y la persona que canta tango es de otra manera porque tiene que ser así para siempre. Me gusta salirme de los límites que implican esas etiquetas para crear cosas nuevas”, define y agrega que ya está incursionando en otros géneros para poder mezclarlos y grabar. En esa unión de estilos, encuentra un espacio liberador. “No termino de ser un tanguero, tampoco un cumbiero ni un trapero. Es un lugar muy impune que está buenísimo”.

-Tu música es innovadora, ¿qué pasa con el público que te va a ver? 

-Generalmente, la gente a la que le gusta lo que hago no sabe mucho de tango o, por lo menos, no tiene una cercanía fuerte con este género. De hecho, a mi me pasa algo similar. Le tengo respeto, pero no me es cercano. No es que escucho un tango y me acuerdo de cuando era niño. Tengo cierta distancia que me permite pensar que, actualmente, lo que se puede hacer con el tango es reinterpretarlo. Sin desmerecer, claramente, pero cagándose un poquito en lo que se hacía en los 20´, 30´ o 40´. La gente de esa época lo hacía con todo el amor del mundo y, en ese momento, era actual. Pero yo no voy a poder cantar como se hacía en esos años. Sería un imitador. Yo soy gay, me pinto los ojos, hago algo casi performático, creo un personajito sobre el escenario y ese combo genera un híbrido que muchas veces no es lo que se espera. No soy el gay bien exagerado que hace tango, tampoco el tipo que hace tangos clásicos quietito frente al micrófono con un moño y esmoquin, mucho menos soy alguien medio hippon que está haciendo una especie de tango experimental. En definitiva, lo que hago es un híbrido rarísimo.         

-Todo eso se ve plasmado en la versión de "Indiferente" que grabaron para el video, que es diferente a la del disco. 

-Fue el primer tema que compuse en mi vida. Soy re cabulero y, no sé por qué, en el momento de hacer el disco me gustaba el número 12 y quería que esa sea la cantidad de canciones. Entonces, tenía un tema que iba a grabar con otro artista y, como ese proyecto se cayó, me puse a escribir obligadamente para que no queden 11. Fue medio rápido, pero me sirvió para desmitificar el escribir una canción. Era algo que, hasta ese momento, me parecía toda una ceremonia enorme.

Cuando la compuse, me salió con una estructura medio cumbiera. Pero, como el disco tenía un tinte tanguero, forzamos la versión para que sea en ese mismo tono. Ahora, cuando la tocamos en vivo, lo hacemos como cumbia. Así que lo que se escucha en el video salió natural. Es la verdadera naturaleza de la canción.   

-¿Y el video? 

-Fue divertido. El primer video que grabé fue “Luna Nueva” y lo hice con un amigo que trajo un equipo inmenso que se copó en sumarse. Era una rareza un videoclip para un tango. Era todo interesante y divertido, pero yo perdí un poco el control. Para “Indiferente” fue una grabación más chica y artesanal. Me junté con el director y lo armamos. La letra tiene una vuelta divertida e interesante de explorar porque es una especie de amenaza. Amenzar a alguien con serle indiferente es una ridiculez. Es como querer olvidarte de alguien a propósito. En el video buscamos el doble efecto de que el personaje se hace el canchero, pero por dentro está sufriendo. Y, como tiene un ritmo un poco latinoaméricano, sumamos esa energía que tiene que ver con el mundo regguetonero, sin olvidarnos de la parte romanticona, pero menos lumpen, venido un poquito a menos. Entonces, jugamos con esa idea: está vestido todo despilfarrado, pero al mismo tiempo se nota que no está bien. Nos gustaba esa dualidad.

-Pareciera haber una idea de sacar cosas de diferentes lugares para generar una identidad propia. 

-Es una búsqueda divertida e interesante que no termina nunca. Me gustan esas cosas caóticas que, después, cada persona que lo ve puede completar con sus propias vivencias. Me pasa mucho con la poesía, que hago y leo hace mucho, y da, a quienes leen cada texto, libertad para completar con su imaginación o sus vivencias. No obliga a sentir algo determinado. Y a mi me gusta eso: ser un poco ambiguo. Un poco lejano y aéreo. Que parezca tango, pero que no lo sea. Que parezca cumbia, pero que tampoco. Cuando se espera algo, ir para otro lado.

-Vos estudiabas música. ¿Te pasó de tener que estudiar bastante cosas clásicas y, después, decir: “bueno, ahora tomo todo esto y hago lo mío”?   

-Si. Estudié un montón, lo sigo haciendo y lo haré siempre. Es súper importante conocer bien las cosas, aprender y saber la historia. De dónde vienen las cosas y qué son. Entender, no solo la parte técnica del armado matemático de cada estilo de música, sino la filosofía, lo social y lo cultural. Todo eso es importante tenerlo a un costadito y, después, ser un filtro y transformar en otras cosas. No hay manera de generar cosas nuevas si no es mezclando y rearmando. Cuando termino una poesía o una canción no me pertenece más. Aunque yo haya pensado un orden para la lectura o para las canciones del disco. Al público hay que generarle el espacio para que, también, pueda jugar desde su lugar y completarlo, ponerle su 50% a la obra.

-¿Qué hay planeado en tu futuro?

-Con la nominación al Latin Grammy se nos abrieron mucho las puertas fuera de Argentina. Hicimos toda la presentación allá y empezamos a pensar este año en Estados Unidos y Latinoamérica. Tenemos una gira y, después, vuelvo para presentar el libro en junio y me voy, otra vez, para México, Nueva York y seguimos allá para grabar el segundo disco.

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