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CJ Ramone

C.J. Ramone: "De no ser por la Marina, nunca hubiera sido un Ramone"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Prensa

08 de Septiembre, 2019

C.J. Ramone: "De no ser por la Marina, nunca hubiera sido un Ramone"

Terapia punk, ¡One, two, three, four!

-¿Christopher Ward? 

-Sí…

-Tiene una llamada.

Desde la prisión militar, Christopher atendió esperando escuchar en el speaker el llanto de su madre, pero sin embargo lo sorprendió la voz seca de Johnny Ramone que le decía que había entrado a la banda de la cual era fanático. “Amigo, estoy preso” fue la respuesta del joven, que veía cómo peligraba su sueño de adolescente. “No importa, cuando salgas te estaremos esperando”, lo tranquilizó el guitarrista.  

Chris todavía guarda en sus retinas cómo el barbero de la prisión miraba con una sonrisa sádica su corte mohicano, antes de hacerlo desaparecer, como el inicio de las cinco semanas más largas en la vida del que pronto se convertiría en C.J. Ramone. Mientras se imaginaba arriba del escenario junto a sus ídolos, ocupando nada menos que el lugar de Dee Dee Ramone, quien ya no soportaba más los problemas personales que se vivían en el seno del grupo. 

Unos meses antes, C.J. había ido a la audición de los Ramones con la sola idea de zapar, de hecho no había tocado un tema de ellos en años. En el viaje en colectivo escuchó “I Wanna Be Sedated” mil veces, recordando la tonalidad para poder reproducirla, y paró en una tienda musical para comprar púas ya que él tocaba con los dedos. En la Marina había forjado esa actitud de que nada lo podía intimidar, clave para lograr el puesto. 

Después de que lo soltaran de la cárcel, tuvo enfrente dos verdaderos desafíos. El primero, tocar en el ensayo a “velocidad vivo”, donde Johnny lo encaró diciéndole “¿Qué pasa no podés hacerlo?”, y el bajista respondió “Sí, claro que puedo, vos me tenés que avisar que lo aprenda a esa velocidad y listo”; y el segundo, después de aprenderse 40 canciones en cinco semanas, tocar el 30 de septiembre de 1989 en Leicester su primer show con los Ramones.

Los roles para este fanático habían cambiado: “Mi primer concierto viendo a los Ramones fue uno bien salvaje, pero lo que más recuerdo es lo bien que me sentí, su energía y la forma en que el público se movía fue hermoso. Cuando salí estaba como drogado.”, confiesa C.J. desde el estudio. Pero ahora la cadena de mandos y de responsabilidades eran otras y el debut se haría cuesta arriba: “En mi primer show como Ramones me escupieron todo el tiempo, para el final del concierto estaba todo cubierto de saliva y vaya saber uno qué más. Fui golpeado por botas, monedas, botellas, cualquier cosa que la gente tuviese cerca volaba hacia mi”, recuerda C.J. que tenía la imposible tarea de reemplazar al querido bajista original Dee Dee.

Su ingresó coincidió con el punto más bajo de los Ramones, pero su energía y su entusiasmo juvenil ayudaron a impulsar la carrera del grupo una vez más a lo que llegaría a ser su etapa más exitosa hasta el inevitable final. A casi 30 años de su debut con la banda que cambió el punk y con disco nuevo bajo el brazo -The Holly Spell (2019)-  el cual define como “el más maduro, divertido y positivo de su carrera”, Revista el Bondi repasa en esta entrevista la cambiante historia de C.J.

-Cuando eras un adolescente en Queens, N.Y., tu esencia era la de un metalero de ley que escuchaba Black Sabbath y Manowar, ¿cómo surgió esa conexión con el punk?

-Obviamente, ¡por los Ramones! simplemente fue así, ellos eran ese tipo de bandas que les gusta mucho a la gente del metal. Los Ramones, AC/DC y Motörhead son esa clase de grupos que atravesaban los estilos y les gustaba a todo el mundo.

-Johnny te dejó incluir el tema “Spider Man” en Adiós Amigos, ¿cómo era tu relación con los superhéroes en esos años?

-Cuando era chico leía muchos cómics y Spider Man siempre fue mi favorito. Así que cuando tuvimos la oferta de estar en el Saturday Morning Cartoons Record, le pregunté a Johnny si yo podía elegir la canción. Me dio el okey y de ahí me fui a mi casa y empecé a transformarla en un tema punk. Y cuando estábamos eligiendo los temas para el disco él mismo sugirió incluirla.

-¿Qué recordás de esa charla que tuviste con Johnny apenas entraste a la banda, donde te leyó las reglas para estar en los Ramones (nada de fiesta, alcohol, drogas o esnifar pegamento)?

-Sí, eran reglas muy estrictas. En el primer ensayo ya me había dejado en claro lo que esperaba de mí. Nada de escabiar antes de los shows, tampoco drogas, además de ser puntual y no hacer quilombo. Ahora entiendo por qué duraron tanto tiempo, ellos seguían esos puntos y les servía para enfocarse.

-¿Cómo fue posible unificar el hecho de haber sido un marine con la ideología del punk?

-De donde yo vengo, el punk significa hacer cosas a tu manera. No había una ideología o un uniforme adjunto. El Cuerpo de Marines de los Estados Unidos me propinó la disciplina y la motivación para vivir mi vida y ser productivo. De no ser por la Marina, nunca hubiera sido un Ramone.

-Después de tantos años ¿cómo ves la escena del punk hoy en día, creés que sigue viva?

-Definitivamente, no es tan fácil verla porque no es tan popular, pero está. Pero mientras haya adolescentes enojados y frustrados va a seguir existiendo.

-Hablando con Campino de Die Toten Hosen, nos contaba sobre el lado triste que tuvo el último show de los Ramones en la Argentina, donde Joey tenía que bajarse del escenario para recibir tratamiento médico, ¿qué recordás de esa noche?

-Esa noche la banda estaba lista para retirarse, Joey estuvo peleando con su enfermedad por mucho tiempo y había llegado el tiempo. La verdad es que fue muy duro y muy triste tener que ver a mis ídolos partir, pero miro hacia atrás y sé que fue un experiencia increíble.

-¿Con quién tenías más afinidad viendo que al final Joey y Johnny estaban peleados? 

-Joey era más como mi amigo, íbamos a shows y escuchábamos discos juntos. Hablábamos sobre cosas que eran muy importantes para nosotros y nos cagabamos de risa. Johnny era más como mi mentor, como mi maestro. Él me enseñó no sólo sobre el negocio de la música, sino sobre la vida en general, ya que los dos teníamos el mismo origen. Ambos eran igual de importantes para mí y los extraño un montón.

-Viéndolo desde adentro ¿creés que los Ramones tuvieron el respeto que merecieron cuando estaban vivos?

-De los fans y de otros músicos contemporáneos sí, desde la industria no. Ellos fueron ignorados por la mayor parte de sus 22 años de carrera. No tuvieron el soporte de nadie, ellos se subía a la van y lo hacía a su manera, por eso fueron la primera banda que inspiró el “Hazlo tú mismo”.

-Hablando de músicos contemporáneos, ¿qué te genera que gente de otros géneros como Lemmy de Mötorhead les haya escrito un tema, o que Marty Friedman y Metallica cuenten de su influencia directa?

-Es increíble, como te decía antes, los Ramones fueron una banda crossover y eso es una de las cosas por las cuales eran tan únicos.

-En tu última visita tocaste con Richie Ramone celebrando los 30 años del primer Obras de Ramones en Argentina pero Marky declaró que él es el único que continúa con el legado de los Ramones, ¿hay algún problema de fondo?

 -Tenés que ir a preguntarle a Marky, porque directamente no tenemos contacto.

 

 























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