Miniaturas de un Pavote: "Contamos historias que nos atraviesan"

Facundo Piris, Guillermo Ceñal y Tomás Grandinetti son tres amigos que desde la secundaria se juntan a hacer música. Desde aquel momento, hubo varios y diversos proyectos que devinieron en el actual y, por ahora, definitivo: Miniaturas de un Pavote. Así se convirtieron en bajista, guitarrista y cantante respectivamente, de una banda que crece hace más de cuatro años. El grupo lo completan Gonzalo Franco con otra guitarra y Juan Ignacio Stanley en batería.

“El quiebre se da cuando decidimos encarar la música como un proyecto serio y adaptar eso que hacen por naturaleza a las nuevas formas de distribución”, cuenta Tomás, quién reconoce además en la música un estilo de vida. De ahí en adelante sacaron un EP, luego un disco y ahora "Siempre Compañero", un tema que grabaron junto a Manu Quieto y que que retrata profundamente de la realidad en frases como la que compara, metafóricamente, la General Paz con el Muro de Berlín. Habla de irse lejos de las oficinas, de los shows, los diarios y la policía. Siempre compañero es un tema que se convierte, por ahora, en un material por sí solo.

-¿Por qué lanzarlo ahora?

Tomás Grandinetti: -Siempre compañeros salió en formato de single porque es un cierre de etapa. Es una especie de puente entre lo que fue Uniformes y lo que será lo nuevo. La unión con Manu Quieto se dio en Carlos Casares, en un show que nosotros los teloneamos. Ahí nos conocimos y pegamos una onda de esas que parece que te conoces de toda la vida. Manu, al menos para con nosotros, es un tipo que te hace sentir cómodo y que valora lo que haces. La idea de grabar con él Siempre Compañeros surgió bastante después de que nos conocimos. El tema es un tema sencillo, de palabras claras, pero que remite a una realidad obvia. A Manu le encantó el tema y no dudo en aceptar nuestra invitación.

-"Siempre Compañero" sale en un año electoral. Cada persona o cada banda elige posicionarse, no hacerlo o aportar desde otros lados. ¿Ustedes cómo ven el lugar de la música en todo esto?

TG: -Esa fue la pregunta que sirvió de disparador de Uniformes rojos, Uniformes negros (2018). Yo creo que tengas o no la intención de elegir una posición, el simple hecho de esa decisión te posiciona en un escenario político-social. El que calla dice tanto, o más, que el que habla sin tapujos. La historia del arte nos demuestra que esa dicotomía entre intervenir o no socialmente estuvo siempre presente. En nuestro caso, nosotros contamos historias, pero no historias fuera de contexto, historias que nos atraviesan y que sentimos con el corazón. Se puede adornar un poco, se puede jugar con el lenguaje, porque es parte de hacer música, pero la verdad es clara. Si yo elegiría cantar canciones ajenas a lo que sucede, estaría traicionando todo lo que soy y a todos los que están conmigo. Son historias mínimas, de algún personaje en particular, pero que van de lo particular a lo universal.

-Si tuvieran que definir qué deseos tienen en cuanto al futuro de la banda, ¿qué dirían?

TG: -Creo que el sueño de toda banda, ttal vez me equivoque, es ver un lugar lleno de gente que canta tus canciones, que tus canciones le significan algo, lo que sea. Ese sería un sueño. A nivel personal, lo que buscamos para el futuro es ir arriesgando, romper con lo anterior y hacer algo nuevo distinto, jugar con nuevos sonidos, proponer cosas nuevas. Y si en el viaje podemos joder al mercado, mejor.

-Y más en lo concreto y próximo, ¿hay planes?

TG: -Tenemos dos visitas a Bahía Blanca, en agosto y Octubre y un cierre de año que ya está en marcha. Y ya estamos preparando lo que será nuestro nuevo disco.