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Old Skulls

Old Skulls: "En cada canción nos mostramos a nosotros mismos"

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Gentileza: Prensa

26 de Noviembre, 2018

Old Skulls: "En cada canción nos mostramos a nosotros mismos"

La banda se prepara para el cierre del tour en el que presentan su más reciente disco, en el Club Zum, el próximo 1 de diciembre.

En 2012 cuatro músicos del noroeste del Gran Buenos Aires que participaban hasta entonces en otros proyectos, deciden formar el suyo para poder tocar y decir lo que no podían en sus respectivas bandas. Así nace Old Skulls, en un juego de palabras angloparlantes entre viejas calaveras -su traducción literal- y la vieja escuela -old school, en inglés-.

Más no dejarse llevar por el sentido anticuado del término, sino por el rescate que realizan Rancio -guitarra y voz-, Emi Wayne -bajo y coros-, Matías Rodas -guitarra- y Koko Fontana -batería-, de aquella tradición punk rock propulsada por letras contestatarias, sostenidas mediante riffs y bases enérgicas.

Su debut discográfico quedó plasmado con el EP No hay marcha atrás, publicado en 2014, cuyos cuatro tracks aparecieron posteriormente en el primer larga duración que editaron en abril del año siguiente, titulado con el mismo nombre del grupo.  

Luego de circular arduamente el under durante cinco años, en 2017 llegó un momento bisagra en la historia del conjunto, cuando el guitarrista de Los Violadores los invitó a participar de su banda y realizar una serie de shows en la provincia de Buenos Aires. La agrupación quedó bautizada como Stuka y los Old Skulls.

A principios de 2018, editaron su tercer disco, El Karma Universal, en el que refuerzan su lírica a caballo del presente social, y un sonido propio en las once pistas que conforman esa placa. La producción de Damián “Chino” Biscotti -el responsable de los platos en Cadena Perpetua- y Nicolás Villafañe terminaron de consolidar el trabajo realizado en el estudio, que fue coronado con una intensa gira de presentación en diversos recintos de la Capital Federal y del conurbano; como también del interior del país y, por primera vez, Chile.

 -¿Cuál fue la que idea atravesó este álbum?                           

-Somos una banda que tiene como impronta el rechazo hacia las fuerzas de autoridad y el poder. Al igual que nuestro material discográfico previo, este no fue algo premeditado. La música no tiene que ser lineal, es un arte abstracto, si decimos “vamos a hacer las cosas de determinada manera”, no sería auténtico, sería una mentira. Quizás para muchos funcione o se sientan a gusto haciéndolo, pero para nosotros no. Por eso, en cada canción nos mostramos a nosotros mismos.

 -¿Qué los influenció, tanto en lo musical como en lo lírico?

-Las letras de todo el disco hablan del día a día, tanto en lo social como en lo personal. Hace cinco años no nos hubiésemos imaginado jamás una canción como “Crecer”, donde se habla del nacimiento de un hijo y de algunas vivencias con gente cercana, que nos llevaron a escribir sobre esos hechos.

 -¿Cómo vinculan la música con el contexto social actual?

-El compositor le da el foco que quiere. Nuestras canciones, en su gran mayoría, las relacionamos con el entorno que estamos viviendo porque es el mensaje que queremos dar. Cada uno es libre de expresar lo que quiera y como quiera.

-¿Cómo cambió el trabajo en el estudio desde su primer EP?

-Cada sesión es siempre un aprendizaje nuevo. Ni hablar cuando alguien de trayectoria te da su punto de vista sobre muchos aspectos técnicos o detalles en los que uno nunca se detuvo a analizar. Eso nos pasó con “Chino” Biscotti cuando grabamos este material. Mirándolo en perspectiva, desde el primer EP al día de hoy, antes nos preocupábamos mucho por los adornos de las canciones, mientras que actualmente estamos más concentrados en la canción en sí. Eso nos ayudó muchísimo a encontrar nuestro sonido.

-Luego de su primera visita a Chile, ¿tienen pensado visitar otros países?

-Sí, tenemos un par en mente y ya algunos contactos establecidos para hacer algo el año próximo. En Chile también nos pidieron que volvamos y ya nos pusieron una fecha estimada, seguramente hagamos una mayor cantidad de recitales que en esta oportunidad.

-¿Cómo surgió la posibilidad de tocar con Stuka?

-Él iba a presentarse en San Miguel y quería alguna banda convocante de la zona. Le hicieron escuchar nuestra música, le gustó y nos contactaron para que nos juntemos en una sala de ensayo. No sabíamos con qué nos íbamos a encontrar y ahí se dio todo. Parecía que nos conocíamos de toda la vida, como si fuera un tío lejano o algo así (Risas).

-¿Qué los marcó de la experiencia de tocar y ensayar con él?

-Imaginate que estás con el violero de la primera banda punk de Latinoamérica. Si no te marca eso, no tenés sangre. El tipo, como siempre decimos, es una enciclopedia de rock. Llegó a la sala con su guitarra Jaguar, un cable hecho mierda, conectó y explotó. No hacía falta ningún efecto, compresor ni nada raro. ¡Sonaba a él! 

 

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