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Blondie

Clem Burke: "Los Ramones fueron los Beatles de los 70"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Prensa

07 de Noviembre, 2018

Clem Burke: "Los Ramones fueron los Beatles de los 70"

El baterista, miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll, cuenta cómo fue ser un Ramone y cómo David Bowie le marcó el camino para brillar con Blondie.

"Tocar la batería no es un hobby, no es un trabajo, es su fucking vida...”. Con ese concepto empieza el documental My View (2018) dedicado a la extensa historia que tiene Clem Burke como baterista. Una carrera que arranca después de ser echado de la orquesta de la escuela por tocar demasiado fuerte para años más tarde, tras su llegada en 1975, convertirse en una pieza clave para mantener a Blondie con vida. La partida del bajista original Fred Smith a Television, había instalado la idea de la disolución, pero fue él, quien reclutó su amigo Gary Valentine para tocar el bajo, para después lograr el éxito masivo dejando su toque fino y agresivo en los inmortales clásicos: “Atomic", "Heart of Glass", "Sunday Girl", "Call Me", "Rapture" y "The Tide is High".

Durante el hiato que mantuvo a Blondie fuera de los escenarios entre 1982 y 1997, Burke fiel a su estilo, continuó con su agenda activa, trabajando junto a figuras de primer nivel: Bob Dylan, Pete Townshend, Iggy Pop,The Romantics, Joan Jett y Eurythmics. Y hasta se convirtió en un Ramone bajo el alter ego de Elvis Ramone dando dos conciertos en 1987, después de la repentina partida de Richie Ramone. Desde Los Ángeles, Clem -que acaba de recibir un Doctorado Honorario de Música por la Universidad de Gloucestershire por su innovadora participación en un Proyecto de Batería- , atiende a Revista El Bondi para revivir los highlights de su vida detrás de las baquetas, antes de una nueva visita de Blondie a la Argentina.

-Tu padre también era baterista, ¿eso tuvo algún peso?

-Él fue una influencia muy positiva en mi vida, no tocaba de forma profesional, pero cuando era joven, tenía una banda con mis tíos y mi abuelo donde se presentaban en eventos sociales, como casamientos y fiestas. Eso me dio la chance de poder heredar su batería, que de hecho fue la primera que tuve.

 -Otra persona que te marcó el rumbo fue Keith Moon de The Who…

-Keith era un héroe para mí, fue muy triste ver lo que le pasó, pero también fue como una especie de llamado de atención. Yo no era una persona autodestructiva, pero cuando sos joven, te creés de alguna forma, inmortal. Y ver cómo Keith arruinó su vida y la relación con la banda, fue algo terrible. Era un gran baterista, con una gran personalidad.

-Sos un declarado super fan de los Beatles, ¿cuál de sus discos hizo un quiebre en vos?

-Los primeros dos discos -Please Please Me (1963) y With the Beatles (1963)- fueron los que me hicieron ver cómo era tener una banda con tus amigos. Cuando más tarde los Beatles se pusieron a experimentar, con Blondie siempre seguimos muy atentos esa evolución, porque nunca sabías qué esperar. Lo mismo con David Bowie y Los Rolling Stones, no se quedaron en un estilo. Cuando Bowie pasó de Ziggy Stardust (1972)  a Young Americans (1975), fue una transición muy fuerte. Esa era nuestra fuente de inspiración, y lo que en su momento nos llevó a hacer cosas distintas de lo que veníamos haciendo.

-Recién nombrabas a David Bowie, en una entrevista confesaste que lo veías como una figura paterna, mientras que a Debbie Harry como una figura materna, ¿cómo fue esa gira de 1977 cuando Blondie le hizo de soporte?

-Ese tour fue nuestra primera experiencia, nunca habíamos hecho algo así y no sabíamos qué esperar. Cuando llegamos, muy cansados por el viaje, nos sentamos en el backstage a descansar. Bowie entró junto con Iggy Pop y nos presentó. Nosotros éramos fanáticos, pero él fue muy abierto y nos dio la bienvenida, nos mostró cómo se tiene que ser con las bandas soportes en la carretera, y cómo interactuar con la gente. Si no fuera por David Bowie, quizás nunca hubiera estado en Blondie. Cuando nos conocimos con Debbie y Chris (Stein)- guitarra-, lo que teníamos en común, eran los gustos musicales, y David era una gigantesca influencia para nosotros.

-¿Creés que Blondie fue capaz de capturar el sonido de New York en los 70?

-Estábamos muy influenciados por esa música: The Velvet Underground, The New Dolls, el pop, el dance, el R&B, y sí...creo que logramos reflejar lo que pasaba en la ciudad. Sin vivir ahí, no hubiéramos conseguido simular esa influencia, ese sonido del CBGB tan insignia en New York.

-Hablando del CBGB, hace poco entrevistamos a la fotógrafa Roberta Bayley, quien es muy cercana a Debbie, y nos decía que para ella el CBGB no era legendario, sino que era un club donde conoció gente y vio grandes bandas, ¿vos lo sentís igual?

-En ese sentido voy a tener que hacer una analogía entre el CBGB y The Cavern Club en Liverpool, ya que mucha música genial salió de los dos clubes, pero sólo un puñado de  bandas lograron una gran notoriedad. En la época en la que nos presentábamos en el CBGB, no había mucha gente, la mayoría del público tocaba en un grupo. En los 70, los Blondies íbamos al menos seis veces a la semana. No diría que el era como un workshop, pero ahí podrías cometer errores enfrente de la gente, hay videos viejos de cuando los Ramones se peleaban en el escenario delante de todos. Eso es algo que hoy en día no se ve. La gente quiere todo formado. Por eso el CBGB, en retrospectiva, fue muy significante.

-El disco Parallel Lines, que fue muy importante para la carrera de Blondie, está cumpliendo 40 años, ¿qué recordás de las sesiones de grabación? El productor Mike Chapman dijo que trabajar con la banda fue un poco difícil...

-Quizás porque veníamos con una actitud punk rock, pero elegimos a Mike como productor porque era muy consciente de sus conocimientos sobre el bubblegum pop y el glam rock. Él escribió “Can the Can” para Suzi Quatro y "The Ballroom Blitz” y “Little Willy” para The Sweet. Pero Mike vivía en Beverly Hills y nosotros en Nueva York, él quería que fuéramos a California a grabar, pero insistimos en que venga durante una tormenta de nieve en Nueva York. Él podría haber tenido sus pies metidos en la piscina de Beverly, pero estaba estirando sus botas en el lado este de Manhattan. No estaba feliz por eso...

-Y después...

-Cuando empezamos a trabajar juntos, Mike hizo lo que sabía hacer, por momentos fue raro porque él ya era muy exitoso y nosotros no tanto. Igual, en el estudio, Mike era muy gracioso y logró una buena atmósfera. Sin su mano, no hubiéramos sido capaces de grabar un disco como Parallel Lines, pero claro que sin los músicos de Blondie, tampoco. Es una situación de dar y recibir, si todo el mundo está con la cabeza enfocada y abierta para que la música surja, todo está bien. 

-En tu documental decís que tocar con los Ramones fue el show más difícil que tuviste en tu vida, ¿qué pasó cuando Johnny Ramone te llamó y qué pasó en el escenario que hizo todo tan complicado?

-Durante mi tiempo con los Ramones, lo primero que hice fue aclararles que no quería ser un miembro permanente, por la poca armonía que existía entre los músicos de la banda. Cuando me sumé, les pedí que ensayáramos para el show, pero Johnny dijo que no, él quería que todo sea automático, y lo hizo más difícil. A mí me gusta un poco la improvisación, y ellos no son de hacer ese tipo de cambios, tienen un modo de hacer las cosas y sólo ése modo. Y creo que eso fue una de las razones que inhibió su éxito, ya que no tomaron otras influencias. Igual entiendo lo que estaban tratando de hacer. Los Ramones eran una gran banda, los Beatles de los 70, y al analizar cuán famosos son ahora, y más en Sudamérica, es triste ver que ninguno de los cuatro miembros originales estén entre nosotros; quizás, por lo estresante que era ser parte de los Ramones. Para mí fue una gran prueba de fuego: salir y tocar. Y cualquiera que haya intentado hacer un tema de ellos, parece que es fácil, pero no lo es. Ellos eran mis amigos, los habré visto más de cien veces. Antes me habían pedido tres o cuatro veces que me una y les había dicho que no. Por eso, lo mejor para ellos fue haber traído de vuelta a Marky Ramone.



-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Bob Dylan?

-Estuvimos grabando bases por diez días y me sorprendió que no había mucha comunicación verbal, salvo cuando íbamos a comer a un restaurant. El ida y vuelta se hacía a través de la música. No hay nadie como Bob, él es el poeta más fantástico que tenemos hoy en día, y su música trasciende todos los géneros. El hecho de tocar con alguien así de talentoso, me sirvió para seguir abriendo mi cabeza y para crecer como músico. Siempre recuerdo unas pequeñas charlas que tuvimos. Trabajar con él y con Pete (Townshend) me pusieron en el lugar donde estoy hoy como baterista, es una pena que no se haya publicado tanto material de esas colaboraciones.

-Tanto en Blondie como en Eurythmics trabajaste con dos íconos femeninos muy fuertes, ¿cómo ves hoy el rol de la mujer en el rock?

-Todos somos iguales, nadie debería ser visto como inferior, tampoco deberían existir la homofobia, ni la misoginia. Todos deberían ser aceptados como individuos. Debbie y Annie (Lennox) las dos son muy andróginas; Debbie es muy glamourosa, pero en su cerebro era muy andrógina. Y Annie era totalmente así, en el show de los Grammy Award donde tocamos “Sweet Dreams”, ella se vistió como hombre. Siempre quise estar en una banda liderada por un líder carismático, inteligente y divertido, buscando a alguien parecido, en ese sentido, a David Bowie o a Jim Morrison. Alguien fuerte en su presentación y con ese carisma, pero en mi mente Debbie y Annie ambas son andróginas y son grandiosas. Pudiesen haber sido un hombre o una mujer, no había diferencia.

-¿Qué pasó por tu cabeza durante el regreso de Blondie a finales de los ‘90? ¿Alguna vez pensaste que iba a ser así, con tanto éxito como tuvieron con el single “Maria”?

-Mis amigos siempre me decían, “algún día va a volver” y en mi mente se repetía, “quizás sí, quizás no”. Y cuando lo hicimos, dedicamos mucho tiempo a componer canciones nuevas. Buscamos a Craig Leon, nuestro primer productor quien lanzó nuestro single debut “X Offender”, y al reunirnos para crear, y no sólo para salir a tocar nuestros grandes éxitos, empezamos a sentirnos como la primera vez que nos juntamos. Además, cuando volvimos teníamos muy buena ropa, muy buenos trajes y eso fue una gran parte de nuestro éxito, nos hacía ver genial. “Maria” es una una canción con los elementos clásicos de Blondie, bien pop, fue el single correcto para lanzar, pero no sabíamos que iba a ser número 1 en todo el mundo. Habíamos hecho un tour por Inglaterra antes que saliera el disco -No Exit (1999)-, y veíamos a la gente muy excitada. Por eso estoy muy contento de ir a Sudamérica, y si la gente no sabe qué esperar, sólo les voy a decir que ésta es la mejor versión de la banda.

 

 

 

 

 

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