Marc Gili: "Dorian es un organismo perfecto"

Por muchos motivos, Buenos Aires es una de las ciudades preferidas del español Marc Gili. El cantante de Dorian se halla en sus calles, sus esquinas, sus librerías. Y no resulta extraño: su prosa, atormentada, ambigua y urgente, encuentra asidero en la cultura porteña. De Cerati a Borges, hay una reminiscencia en cada una de sus letras. Y la relación quedó plasmada recientemente en “Llévame”, de Justicia Universal (2018), donde el autor además plantea un recorrido emocional y geográfico por algunos lugares que fueron importantes para la carrera del conjunto (Perú, Chile, México y la Argentina, claro).

Teniendo como premisa la inquietud artística, el quinteto encaró la producción de este nuevo disco de la única manera que conoce: esquivando las fórmulas. La repetición, entienden, es un error y algo poco honesto con su público. Por eso, arrojarse al vacío siempre es la primera opción. O por lo menos la más interesante. “Déjate llevar. No hay otra. Sigue tu instinto creativo, pásalo bien, juega como un niño mientras creas y, tarde o temprano, la magia llegará”, le dice Gili a Revista El Bondi en relación al método que aplicó para componer Justicia Universal, trabajo que incluye colaboraciones de León Larregui ("Duele") y Javiera Mena ("Vicios y defectos") y que presentarán este viernes en The Roxy-La Viola Bar.  

A fuerza de una propuesta más ligada al indie pop de sintetizadores (Love of Lesbian, Vetusta Morla) que al rock clásico de guitarras (Héroes del Silencio, Tequila, Los Rodríguez), Dorian marcó a una generación con temas que trascendieron, contra todos los pronósticos. Un ejemplo es “El temblor”, que fue producto de seguir un instinto y no las leyes del mercado, y que tuvo una gran repercusión sin reflejar necesariamente el sonido característico del grupo.

-De la nueva camada de tracks, ¿cuál creés que perdurará en el tiempo?

-“Cometas”, porque suena fresca y toca muchos temas, como el miedo, el amor, la guerra, o el dichoso muro de Donald Trump. También “Duele”, que es oscura y hermosa y aborda un tópico universal: la soledad y la adicción.

-Admitiste que tenés composiciones brillantes, pero que quedaron encajonadas por falta de algún verso y que nunca saldrán a la luz, a menos que “baje la virgen y nos los cante”. ¿Cuándo fue la última vez que te ocurrió?

-Con “Buenas intenciones”, una de las nuevas. Es una de nuestras favoritas, y fue rescatada. La compuse hace años en la cama, cuando fui ingresado en un hospital a causa de un problema de salud del que, afortunadamente, ya estoy bastante recuperado.

-Tres años atrás, previo al surgimiento del #MeToo y a poco de haber sido creado el #NiUnaMenos, le dijiste a este medio que era necesario reivindicar a las mujeres en la música y en todos los ámbitos. Actualmente, ¿cuál es tu postura frente a la lucha que está ocurriendo a nivel mundial?

-Estoy muy feliz de que el grito de las mujeres cada vez retumbe con más fuerza en el mundo. El cambio verdadero está cada vez más cerca, por lo menos en países como España, Argentina, Francia o Alemania. También en Estados Unidos. Como grupo, queremos un mundo sin machismo, en el que una mujer cobre lo mismo que un hombre cuando desarrollan la misma actividad, entre muchas otras cosas.

-De hecho, también reconociste que “el movimiento feminista ha pillado por sorpresa a algún partido”. De alguna manera, ¿considerás que la respuesta se puede encontrar en la música?

-La música no puede cambiar el mundo, pero sí abrir mentes. La música une. Los políticos, muchas veces, siembran la discordia y poco más.

-¿De quién será el futuro?

-El futuro sigue siendo de los que tienen buenas oportunidades por su origen social, pero también es cierto que, hoy en día, si uno pelea y trabaja duro, puede hacerse un hueco y realizar muchos de sus sueños.

-Ustedes no fueron muy bien recibidos al principio. No encajaban y por mucho tiempo tocaron para muy pocos. Pero hubo un quiebre, entre El futuro no es de nadie, de 2007, y La ciudad subterránea, de 2009. ¿Coincidís en que ése fue el punto de inflexión?

-Sí. Una canción se nos fue de las manos y tuvo un éxito tremendo cuyo eco todavía sigue. Se llama “Cualquier otra parte” (NdlR: está en El futuro no es de nadie). Le permitió a Dorian empezar a llenar salas y acceder a la profesionalidad como músicos, y lo más importante: el público empezó a escuchar nuestra música y a tenernos en cuenta.

-En relación a la trayectoria de Dorian, planteaste que cualquier proyecto musical que supere los diez años de vida ya puede considerarse un éxito. Hoy, con 13 años de carrera, ¿qué valor le das a lo que hacen?

-La clave es seguir siendo muy amigo de tus compañeros, y admirarles a cada uno. En una buena banda, cada miembro sabe hacer cosas que los demás no pueden hacer igual de bien. Es un organismo perfecto. 

*Viernes 7 de septiembre en The Roxy-La Viola Bar, Niceto Vega 5542. Junto a Barco. A las 20.