Emilia Inclán
Emilia Inclán: "El arte trae algo bello al quilombo que es hoy el mundo"
27 de Mayo, 2018
Entre el compromiso y la belleza, la artista lanzó Las Canciones Posibles.
Emilia Inclán estará presentando su primer disco solista, Las Canciones Posibles, el 2 de junio en el Centro Cultural Matienzo. El material cuenta con 11 composiciones originales y surge tras la disolución de su antigua banda, Yo, La Máquina. “Las Canciones Posibles fueron el disparador para hacerme cargo de mi deseo de hacer música y encararlo sola, sin esperar nada”, cuenta la cantante.
-¿Qué sentimiento define al disco?
-Me preguntaron si había una línea que uniera las canciones y dije que no. Después lo escuché y me di cuenta de que cambio o movimiento sirven para eso, para definirlo. En muchas canciones está lo que se va, lo que viene, lo que se mueve. En algún punto, creo que sin ser consciente hablé un poco de eso. Uno está atravesado por las experiencias y me imagino que se filtraron todas esas sensaciones, pero no desde un lugar triste, sino aceptándolo y yendo para adelante.
-En este proyecto, creaste las canciones y después llegó la banda. ¿Cómo fue ese proceso, de pasar de lo individual a lo colectivo?
-Los músicos son personas que realmente admiro mucho. Y si bien ensayamos puntualmente para el disco y las presentaciones, las canciones en vivo siguen manteniendo los dos formatos: con la banda y yo con la loopera.
-Las Canciones Posibles lo trabajaste junto al producto Juan Pedro Dolce, ¿qué rescatas de él?
-Le deposité mucha confianza, aunque el disco fue un trabajo integral de ambos. Su rol fue fundamental, porque, si bien yo estaba con todas las pilas, hay un millón de cosas que excedían mi capacidad. Ayudó, sobre todo, mucho con los arreglos de las canciones, para que puedan ser tocadas por una banda. Estamos muy contentos con el resultado.
-¿Cuánto les llevó todo este trabajo?
-Un año intenso. De lunes a domingo o de lunes a lunes. Arrancamos en febrero del año pasado, con las maquetas que hice en casa, y en base a eso se armaron los arreglos, se convocó la banda y se filmaron cuatro videos, que fueron saliendo poco a poco. Todo lo coordinamos con Juan, en su estudio Haku.
-Decís que la música te trajo la posibilidad de compartir un disco con gente que admirás ¿Qué más te permitió?
-Toco y canto desde los siete años todos los días. Cuando era chica, era un juego, después empecé a ir al coro de la iglesia del barrio en el que vivía, en Tandil, y en la facu estudié música. Me desempeño en muchas áreas, soy docente y a veces me toca coordinar ensayos. También me encanta cantar un standar de jazz. No conozco mi vida sin la música. Es una parte de mí.
-En enero tocaste en un festival en apoyo a los trabajadores despedidos por el cierre de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP). ¿Cómo es ponerle el cuerpo y la voz a este tipo de reclamos?
-Fue un placer dentro de la tristeza. Gente que no hizo más que cumplir, se quedó sin trabajo de un día para el otro. Entre esas personas, estaban una prima y una amiga. Son situaciones difíciles, ya que la energía es intensa y estás enojada. Pero es algo lindo que desde el arte se pueda dar una mano y visibilizar el conflicto.
-¿Qué creés que aporta la música a las cuestiones sociales?
-El arte es una herramienta para generar belleza y reflexión, incluso transformación y resistencia. Si uno es consciente de las cosas que pasan, no hay demasiados motivos para decir que está todo bien, por más que hayas tenido la suerte de nacer de este lado del mundo o de dedicarte un año entero exclusivamente a sacar un disco. En mi caso, me esforcé muchísimo para poder hacerlo, pero entiendo que estoy en un lugar en el que no tengo miedo de que me caiga una bomba. Nosotros, los que no nacimos con todas esas cosas en contra, tenemos al menos la necesidad de saber y registrar qué está pasando. El arte es una herramienta que trae algo bello al quilombo que es hoy el mundo, y eso es un montón.
Ph: Gentileza prensa/Josefina Chevallier.
*Sábado 2 de junio en el Centro Cultural Matienzo, Pringles 1249. A las 21.