Translúcido, hablando de la libertad

El último latido de Lao (2016), el segundo disco de Translúcido, plantea un escenario apocalíptico, el fin de una era, de la humanidad toda. Pero también su posterior resurgimiento, un pulso vital que crece y se expande. Y todo lo plantean sin cantar ni una sola palabra en todo el álbum. El por qué lo explica Ramiro Rodriguez Goitia, bajista del cuarteto: “No tenemos la necesidad de dar un mensaje en cuanto a lo lírico, aunque si surgiera, lo haríamos. Tratamos de no pensar en cosas absolutas”. La vida y el universos, sostiene, están en constante movimiento, como su grupo, que barre sus límites en cada acto que realiza. “Sería un error pretender que algo sea fijo”, reflexiona el músico.

Más allá del mensaje no escrito, musicalmente El último latido… es mucho más oscuro que su antecesor, Bioma (2014): “Teníamos ganas de exigirnos en lo individual, subir el tempo y la distorsión”, asume el bajista, sobre un trabajo que terminó siendo más rockero, dejando en evidencia su personalidad transgresora y camaleónica. “Es nuestra manera de ser”, reconoce y anticipa que el próximo material será mucho más orquestado. “Queremos agrandarnos sin dejar de ser nosotros cuatro, tenemos ganas de ser flexibles en cuanto a la cantidad de gente que pueda participar de una manera satelital. Tenemos ganas de dejarnos influenciar por la intervención de colegas en el vivo”, dice.

Rodriguez Goitia cuenta que El último latido… tuvo una gran recepción, pero también detractores, que esperaban algo más relacionado al debut. “Si bien muchos aplauden la exploración, otros esperan de vos que refuerces una idea, o que vayas por el lado de lo que ya hiciste”, asume y agrega que la construcción de una identidad es mucho más pregnante si repetís la fórmula. De esa forma, “la gente ya sabe qué esperar”, aunque, reconoce, “lo nuestro no fue un cambio tan radical, pero es cierto que veníamos de un primer disco mucho más soft, o tirado para el lado de las texturas, mientras que el segundo es mucho más agresivo, dinámico”.

La constante, entonces, pasa por no casarse con un estilo determinado. Puede ser space rock, psicodelia, synth pop y hasta progresivo. Todo converge en un género que ellos mismos idearon, el electro go. “No hay límites para la creación, ni estructurales ni estéticos. El grupo es un prisma a través del cual volcamos nuestra creatividad y búsqueda. Es el canal de expresión de cuatro personalidades muy distintas, con influencias muy diversas, pero con puntos en común. Por eso Translúcido, si bien tenes un filtro, podés ver a través de él, tu mirada no queda obstaculizada”, reflexiona y aclara que “en eso tiene mucho que ver que la propuesta sea instrumental: no estamos diciendo que la realidad política está mal y hay que cambiarla con un mensaje escrito, sino que vos, por medio de nuestras canciones, podes interpretar y vivir lo que te surja”.

-Pero, ¿se puede hacer una bajada política de esta manera?

-No lo sé. Me parece, sí, que se puede hacer una bajada poética, ya que en algún punto estamos hablando de la libertad, haciendo lo que queremos y conciencia. El que escuchas las canciones, puede decir que estos pibes no tienen miedo, que se la están jugando y que no están yendo hacia donde va la mayoría de sus contemporáneos. Puede que ahí haya algo político.

La necesidad de transgredir los parámetros establecidos surge de una búsqueda personal y artística que encararon, desde su formación, en 2010. Los cuatro integrantes están en un constante cambio y nunca se quedan con lo anterior, con las formas que pasaron. Eso es algo que aprendieron de Radiohead, “una banda que nunca volvió sobre sí misma”.

En esa exploración, desembarcarán el jueves en La Tangente, donde presentarán el primer volumen de Outter Limits, una suerte de alternativa a los shows que venían realizando. “Elegimos los temas más bailables, dándole uniformidad a la lista, lo que la vuelve más homogénea, algo que se contrapone con lo que solemos hacer”, explica y resume: “Queremos ver hasta dónde podemos moldear esta propuesta”.

*Jueves 24 de mayo en La Tangente, Honduras 5317. A las 23:45.