Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Roma

Roma se aburrió del quilombo

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

07 de Mayo, 2018

Roma se aburrió del quilombo

Que sea lo que tenga que ser, que lo demás no importa nada.

En la corta pero prolífica historia de Roma, el The Roxy-La Viola Bar es un sitio emblemático. Seis años atrás, cuando apenas tenían tres meses como grupo, optaron por dar el puntapié inicial de su carrera en el local de Niceto Vega 5542. Tanto fue el hype que tuvieron que sumar una fecha más. Las dos, finalmente, terminarían agotadas. Por eso no sorprende que lo seleccionen para celebrar su sexto aniversario y presentar, además, su nuevo disco, el significativo Lo que tenga que ser. “Elegimos parar la pelota”, reconoce Santiago Munich, guitarrista del cuarteto, sobre el material que sacaron en 2017 y asume: “Nos la jugamos, porque se va a otros ritmos, pero no pierde nuestra esencia, sigue siendo bardero, contestatario y jodón”.

-¿Qué los llevó a tomar esa decisión artística para el tercer álbum?

-Estábamos podridos de gritar tanto, de hacer barullo. A la hora de componer, nos encontramos con que todos nos habíamos cansado un poco de la música tan ruidosa y distorsionada. Los primeros cuatro años fueron muy apasionados y enquilombados.

-Al final, terminó siendo un registro muy variado, con canciones como “2.0”, por ejemplo, que está más volcadas al rock and roll, o "Con ganas de salir", una composición que bien podría ser tocada en un fogón.

-Es más nacional. Más de lo nuestro. Se escucha mucho de eso en el disco. Hubo a quienes les asustó este cambio, que no lo terminaban de entender. Pero de a poco fue cayendo la ficha. Es otra faceta de la banda.

-¿Cómo llegan a este resultado?

-Es que vamos levantando influencias de todos lados. A mi hermano (Sergio Munich, voz) le gusta Viejas Locas y Jovenes Pordioseros; a Lean (Coca, batería) el candombe y la música uruguaya; y yo voy más por el palo de Spinetta, Fito. Sin ir más lejos, a todos nos encanta No te va gustar. Por eso, esta vez decidimos darle un giro a Roma. Porque nos aburrimos del ruido, del quilombo, de hacer ese estilo. No nos estaba saliendo naturalmente.

-Se alejaron de su zona de confort.

-La música la tocamos nosotros, y el crecimiento es personal. Hacemos el rock que nos sale: si la gente nos sigue, bien, y si no, también. Preferimos morir en el intento.



-En el Roxy celebrarán seis años de carrera. ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de Roma?

-Que antes de hacerlo estaba bastante harto de lidiar con una banda en sí, donde algunos ponían lo mejor y otros estaban porque no tenían nada mejor que hacer. De hecho, había encarado una especie de proyecto solista, que llegó a tener un EP. En ese momento Sergio deja Infierno 18 y nos plantea a Lean y a mí que era el momento de hacer algo juntos. Luego se sumaron Rodrigo Ignacio de Cos en bajo y coros y German Yanuzzo en guitarra -NdlR: hoy el grupo está integrado por los hermanos Munich, Coca y Gonzalo Urich en bajo-.

-Y así llega, un año después, el disco debut, Algo qué decir?.

-Claro, donde agarramos lo primero que teníamos a mano, lo que habíamos dejado de lado. Teníamos que sacar algo en el menor tiempo posible.  

-Luego realizan Hijos de padres separados (2014), un álbum más personal.

-Es donde aparece la fórmula Roma 100 por ciento, la más pesada y rockera. Temas que mezclan hardcore, punk, new metal, estribillos melodiosos. Una banda distorsionada con estribillos pop.

-Hablando de hijos, ¿cómo es laburar con tu hermano después de tantos años?

-Está bueno, aunque a veces es el mejor y a veces el peor. Por momentos somos completamente iguales, nos miramos y sabemos lo que el otro piensa. Pero esto es tan pasional, ponemos tanto, que hay días en los que nos queremos matar. Lo adoro, es mi hermano, y lo banco hasta el final. Y si alguien lo bardea, soy el primero en saltar.

*Sábado 12 de mayo en The Roxy-La Viola Bar, Niceto Vega 5542. A las 19.

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