Santi Grandone: "El mundo va muy para el desastre"

Santi Grandone es un conocedor del under: lleva más de una década en sus entrañas, escupiendo su mirada satírica del mundo con una colección de discos que tiene como último eslabón a Psicotropidelia, publicado este año. “Todos somos freelancers, independientes, hay mucho de eso”, explica el tecladista que, además, acompaña a Tomi Lebrero junto a su banda, el Puchero Misterioso.

Teñido del aura obtenida entre los matices del primer Páez (aquél de La la la, por ejemplo), y el García de La Máquina de Hacer Pájaros, Psicotropidelia esquiva las fórmulas indies del momento, y se encuentra con un arsenal de sintes que reciclan con éxito sonidos de décadas pasadas. Y, este jueves 26, el músico lo estará presentando en el Quetzal, en Buenos Aires.

-Este álbum tiene una complejidad mayor al anterior, Así? (2011). ¿Cómo llegaste a este nuevo sonido?
-Básicamente, fue por el cambio de instrumentación. Pasé de tocar en trío a grabar todo con mi teclado: pianos eléctricos, órganos, cuerdas, campanas, bajos... y sumar a un productor, Guli, que encauzó el caos de forma positiva. Fue un trabajo muy relajado. Nos inspiramos en el último disco de Ariel Pink y la búsqueda fue un sonido lo-fi bien croto.

-Pasaron siete años desde tu primer material. ¿Cuál creés que fue tu evolución hasta el momento?
-Creo que se nota en el aire de la música. Antes, me gustaba llenar todo. Ahora, prefiero espacios cruzados por líneas. Lo mismo con las letras. Son organismos vivos con variedad de dinámicas y matices.





-¿Cómo es trabajar con Tomi Lebrero?
-Es un trabajo de cambio de roles. Además, es tocar en una banda de la que soy fan. Es un placer y el grupo es muy amistoso y productivo. De hecho, ahora se sumaron a la banda psicotropidélica Ala Moro y Lu Pivetta, compañeras del Puchero Misterioso, con las que toco hace casi cinco años.

-Desde tu lugar, ¿cómo ves la movida independiente?
-Llegó a un punto donde no hay mucho más que la independencia. Todos somos freelancers, independientes. Lo que me interesa son las asociaciones. Que la movida sea un mecanismo, que se una en favor del arte y se corra del factor empresarial, que muchas veces reproduce.

-Hay algo político en esquivar el "factor empresarial". ¿Existe una influencia de esa índole en tu música?
-Claro que sí, y no sólo en mi música, sino en quien la escucha. Estamos todos teñidos. Creo que la tendencia del mundo va muy para el lado del desastre. Lo que queda es refugiarse, crear núcleos fantásticos donde nos sintamos felices.

*Jueves 26 en El Quetzal, Guatemala 4516. A las 21