Entre Ríos: "La música pasó a ser secundaria para la sociedad"

Hace cinco años, poco más, poco menos, el grupo Entre Ríos incursionó en el mundo de las instalaciones artísticas, realizando un disco para cada proyecto que presentaba. Comenzó con Catálogo SAGA Intervenciones (2013) y encuentra en Sin (2017) el último desprendimiento, el cual fue compuesto para una intervención homónima. “Más allá de este u otro trabajo, lo que sigue perseverando es que la música que hacemos se basa en canciones”, admite Sebastián Carreras, encargado de los samples, teclados y de crear la banda. “Por eso, está bueno de vez en cuando tocarlas sin el apoyo del concepto audiovisual”, comenta en referencia a la fecha que harán en La Tangente, hoy por la noche. “Es hacer un concierto”, completa. Y lo que suena normal para muchos, para él puede que resulte atípico: “Es para la gente que le gusta la música del grupo, más allá de las decisiones estéticas que tomemos”.

Teniendo en cuenta que las instalaciones llegaron en un momento crucial en la vida de Entre Ríos, en el que era reinvención o muerte, la pregunta obligada a Carreras es: ¿le queda demasiado tiempo a esta dinámica de trabajo? “Es difícil. Supongo que no”, contesta, primero, y agrega, después, que no suele imaginar mucho más para delante. “Fortuitamente”, explica ahora, “pasó bastante tiempo”. Son proyectos difíciles de realizar, suelta: implica llevar a cabo un pensamiento, montarlo y presentarlo. En su génesis, entonces, esto funciona como una muestra de arte que pasó por el Macba, el Planetario y, más recientemente, el Malba.

Son tantas las variables que entran en juego, que emparenta el proceso con la realización de una película, por los pasos que recorre, por el tiempo que implica y la fuerza que insume. “Es mucho más que tener una banda que únicamente toca canciones en una sala de ensayo”, ironiza, pero aclara que lo más importante es tener siempre una idea que te inspire, ya que hacer una instalación artística toma tiempo, y tiene que ser vigorosa, porque se va debilitando el tiempo y se agota. C‘est la vie.

-De la forma en que lo planteas, la música pasaría a ocupar un segundo plano.

-Es que si la comparás con el uso que se la daba antes, la música pasó a ser secundaria para la sociedad. Hoy suena más música que nunca, pero ¿hasta dónde le llega a una persona? ¿Cuánta gente cambia su vida a partir de algo que escuchó? ¿Cuántas decisiones se toman a partir de la música? Creo que la música pasó a un segundo plano, pero no lo digo como algo bueno o malo, es una realidad.

-Entonces, ¿cuál es la contrapuesta de Entre Ríos ante este panorama?

-Tratar de plasmar algo artístico dentro de esa realidad, donde continuamente estamos invadidos por información audiovisual. Instalaciones como las nuestras, buscan dialogar con el código digital, y al mismo tiempo transmitir una obra artística que siga dentro de la cultura popular. Nosotros no es que hacemos unos ruiditos re locos (sic) y unas luces para que la flashees. La idea es entrar en un espacio y a través del discurso de las canciones y de la estética del grupo, alcanzar otro estado de motivación o sensibilidad.

Cuando el grupo empezó, allá por el 2000, analizó los recursos que tenía a mano, para ver qué decir y hacer. A principios de siglo, las computadoras hogareñas ya eran un realidad, y con ellas, los primeros softwares de sonidos. “Se podía hacer música con estas herramientas, sin gastar mucha plata o tener un productor”, recuerda Sebastián. Otorgaba la tan ansiada libertad artística.

La combinación de factores (herramientas y posibilidades) llevó a Entre Ríos a ser una de las bandas precursoras en la implementación del sonido digital aplicado a la canción netamente pop. “Eso lo mantenemos hasta el día de hoy”, dice y concluye: “Ahora, además, se incorporó todo este tema de comunicación o enlace con lo visual”.

Diez años después, la misma revolución ocurrió con el mundo de las imágenes: con una PC o una laptop, se podía editar una película o, inclusive, un video. “Eso es lo que va pasando con la tecnología digital, que todo el tiempo se va incorporando herramientas”, comenta Carreras, pero no todo lo que brilla es un bite. “También hay un problema”, reconoce, “porque los seres humanos seguimos siendo iguales que hace diez siglos: yo no tengo más horas en mi día para consumir más música, ni tengo más ojos ni más oídos; sin embargo, nunca antes hubo tanta información”.

Las respuestas dan paso a las reflexiones, y éstas a más preguntas. Carreras las toma, piensa, y como un alquimista, las transforma en axiomas. “Inspirarse y tratar de hacer algo honesto con el tiempo que vivimos”.

-¿Y qué pretendes legar?

-Lo que a mí me dejaron todos los artistas que admiro, algo nuevo, que antes no existía.

*Jueves 25 en La Tangente, Honduras 5317. A las 21.