Barbi Recanati "Sentía que tenía que ser un tipo para poder hacer rock"

Resguardados y ante la atenta mirada de la santa patrona del rock, Patti Smith, que nos observa desde lo alto de un cuadro, Revista El Bondi charló con Bárbara Recanati, cantante de Utopians. Desde el lugar de la mujer en el rock hasta cómo ve a las bandas de hoy e internet, habló de todo con la simpatía y verborragia que la caracteriza. Recientemente, se convirtió en madre por primera vez, volvió a los escenarios y quiere seguir rockeando.

-¿Hay prejuicios con el hecho de ser una mujer y estar al frente de una banda de rock?

-Desde el día que nacemos, las mujeres ya están puestas en un lugar muy inferior con respecto al hombre, salvo en cuidar a tus hijos o la casa. Creo que eso, ahora, se está moviendo un poco de eje. Mi hijo está naciendo con otro mensaje. En la música hay menos prejuicios que en el resto de los espacios. El arte cuenta con esa ventaja. Tienen que ver con otro problema, de raíz, que venimos arrastrando para la mujer. Cuando tenía 13, armé mi primera banda y no tenía Internet ni tampoco era una melómana. En ese momento, lo que yo entendía era lo que estaba en MTV, o en la radio.

-Para los no llegaron a conocer MTV: ¿qué era lo que se veía en esa época?

-Las mujeres que yo veía en la tele eran hermosas, rubias y con una cintura increíble, que bailaban muy bien y cantaban canciones con un contenido limitado al lado de lo que hacían los hombres. A lo sumo, en MTV tengo el recuerdo vago de Shirley Manson (Garbage), PJ Harvey y decir: “Wow, estas minas hacen música más parecida a la de los hombres”. En mi cabeza lo veía así. Sin embargo, te estoy hablando de dos mujeres fatalmente hermosas. Sentía que tenía que ser un tipo para poder hacer rock. Porque no era tan linda y no tenía ese cuerpo. No entendía cómo encararlo si no era con esos atributos. Te puedo decir “la de Alabama Shakes no es una modelo” ¡pero es la de Alabama Shakes! Para ser mujer y tener una banda de rock, y no ser una modelo, tenés que ser una de las personas más talentosas del planeta. En cambio, los hombres no tienen esa presión: pueden salir a tocar sin tener una figura espléndida, una cara increíble, o los atributos de bailar. Y encima sin ser tan talentosos. La mujer la tiene difícil desde el día uno.

-Recién hablabas de Shirley Manson y en las redes se puede ver que las une cierta amistad, ¿cómo empezó y cómo es eso actualmente?

-Es re flashero, Shirley Manson es de esas personas que, cuando era chica, me mostraron que podía tener una banda de rock. Por supuesto, después conocí a Patti Smith, a un montón de gente que en la tele no aparecía. Cuando vinieron por primera vez, nosotros coincidíamos en el mismo festival. Una amiga, Mikki Lusardi, que labura en MTV, tuvo la oportunidad de conocerla y me dijo “te la quiero presentar”. Fue así que me invitó a comer con ella y pegamos re buena onda. Por alguna razón, al otro día, ellos (Garbage) nos golpearon la puerta del camarín y terminamos pasando toda la tarde juntos. Shirley me pidió que la ayude a vestirse y Butch Vig (baterista) se abrió un vino. Fue una situación que no podíamos asimilar. Muy lejos de quedar en un hecho aislado, terminó siendo el comienzo de una relación que me tomó muy por sorpresa. Fuimos a México, volvimos a coincidir y Shirley tuvo una reacción como si se hubiese encontrado con una amiga de toda la vida. A partir de ahí, empezamos a escribirnos por mail y a través de las redes sociales. De repente, Internet tiene eso, que sentís que es un amigo tuyo. Cuando volvieron, en 2016, nos invitaron a abrir su show y fue un lujo increíble.

-¿Cómo fue trabajar con Jimmy Rip, guitarrista de Television, como productor en Todos nuestro átomos (2016)?

-Estuvo muy metido con Gus (Fiocchi, guitarrista) en experimentos guitarrísticos que hicieron a las canciones crecer mucho. Desde el vamos fue un impacto porque es el guitarrista actual de la banda que tal vez fue mi mayor influencia a nivel compositivo e instrumental cuando arranqué con la música. Al ser gringo, ve las canciones desde otro ángulo, por eso la elección que hizo de las canciones que le llevamos (fueron 30 en total) nos llamó la atención, al igual que las sugerencias que nos hizo. Por otro lado, siempre que laburás con alguien de acá tiene la misma información que vos a nivel de rock nacional. Pero Jimmy tiene un ADN muy bizarro, conoce perfectamente a los Ratones Paranoicos y a Pappo, pero tal vez no a los Redondos.

-¿Tenes una faceta solista? ¿Te gustaría hacer un disco?

-Hago, tal vez, algún que otro tema de Utopians pero elijo canciones que a mí me gustan mucho y las reversiono con la guitarra. Eso me divierte, cantar en inglés y ahí me saco todas las ganas. Temas más folks, o lentas, o raras que no dan para tocar en vivo con los chicos. Un montón de veces tengo canciones, o ganas de componer cosas que quizás con la banda no dan. Siempre fantaseo con el día que tenga otro grupo que me lo permita. Pero solista no, yo no soy una música completa. Por ejemplo, está Marilina Bertoldi que puede grabar, producirse, tocar la batería, el bajo, la guitarra, y funciona muy bien. Vas a ver sus shows y es algo… vos me vas a ver a mí tocar sola y es un fogón.

-Entonces, te es imprescindible una banda.

-Realmente necesito de un buen guitarrista, bajista y baterista, productor e ingeniero. No soy esos músicos como los de ahora, que saben hacer todo muy bien. Lo mejor que sé hacer es estar arriba del escenario, cantar las canciones y escribirlas. Pero después, en el momento de grabar y ejecutar, necesito muchísimo de los otros músicos.

-¿Te gustaría editar los discos de Utopians en vinilo?

-Me encantaría; todas las tapas están planteadas para vinilo, no para CD. Es algo que me re gustaría, lo que pasa es que, al igual que la edición de los CD’s, nunca dependió de nosotros porque jamás tuvimos la posibilidad de invertir de esa manera en la banda. Siempre dependimos de discográficas o de personas. Pero estamos convencidos de que los discos en algún momento van a salir en vinilo y por eso las tapas se hicieron de esa manera, de la mano de Diego Pagani, que es un gran artista.

-¿Cómo se llevan con Internet, las descargas y los servicios de streaming?

-Nosotros somos una banda del 2000: vivimos muy poquito la época de no poder poner los discos online. Nuestra experiencia era salir a venderlos con mucha garra para poder devolver la plata que te prestaron para editarlo. Recuerdo que mi mayor bronca era que Myspace me dejaba subir solamente cuatro canciones, y yo quería subir 12. La modalidad nueva, de cómo la música se esparce por el mundo, me parece fantástica. Hoy las bandas dependemos mucho más de los tickets en un show o de que las canciones se difundan en la tele o en medios que después repercuten en SADAIC económicamente. Esas cosas aumentan muchísimo a partir de la difusión que le da Internet. Entonces, por cómo funciona la industria, hoy sin Internet estás muerto. Es así. Es más, nuestra primera gira fue porque alguien nos escuchó en Myspace.

-¿Cómo ves el under actual?

-Vos podés tener 30 años y armar un grupo por primera vez. Pero hay una diferencia gigante entre esa banda y Perras on the beach, por ejemplo. Es que vos olés a la juventud. Hay algo de los 18 o 19 años, que lo tenés solo una vez. Me acuerdo cuando teníamos esa edad y lo que pasaba con nosotros en vivo era diferente a lo que ocurre ahora. Y estoy muy feliz con nuestro presente. Pero es gracias a eso que pasaba cuando teníamos 18, 19. Creo que es muy importante prestarle atención a las bandas cuando tienen esa edad, porque hay algo que te están dando que es muy puro. Hace años que no me encontraba con muchos músicos de 19 y eso creo que es lo que hay que rescatar de esta nueva generación que está apareciendo.

-¿Dónde ves que está la diferencia entre estas bandas jóvenes y las más grandes?

-¡Son pibes que cuando nacieron ya tenían Internet! No sé si en su casa se escuchaba The Beatles, tal vez ya se estaba escuchando El amor después del amor (Fito Páez, 1992). No, ¡ya era viejo! Cuando nacieron estaba sonando “Oops I did it again” (Britney Spears, 2000). Entonces, es súper interesante ver qué tienen para decir, es un quiebre. Y los quiebres en el arte siempre son buenos. Eso es lo que me llamó mucho la atención: que es la primera vez desde que yo hago música que veo una nueva generación surgir. Yo formaba parte de una nueva hace 12 años. Y ver esto me hace sentir, por un lado, un poco vieja pero también muy bien, porque sigo acá. Sigo haciendo música y sacando discos. Quiere decir que ahora estoy en una nueva etapa, para disfrutar. Ese cruce cultural me parece increíble. Y me da mucha alegría poder vivirlo. Siento que de alguna manera eso es llegar: estar a los 18 sacando un disco, y a los 30 sacando otro.

*Sábado 23 en La Tangente, Honduras 5317. A las 20.