Se Va El Camello
"Hoy por lo general las bandas se fijan más en la pilcha"
22 de Agosto, 2017
La banda platense viaja hacia el Roxy de Palermo para festejar sus trece años de vida y charlamos con su cantante y guitarrista, Tomás Rusconi.
Se va el camello festeja sus trece años de vida en The Roxy Live, una fecha más que especial para la banda platense. “Va a estar buenísimo”, anticipa el cantante y guitarrista Tomás Rusconi, y agrega: “Habrá muchos invitados y una linda puesta en escena. Abren la noche los amigos de Brancaleone que son unos grosos y se vienen a compartir el festejo, queremos que los vean todos y disfruten”.
Con dos discos en su haber y un cambio de cantante incluido (Manu Rodríguez se fue y fundó Sueño de Pescado), la banda también fue mutando su estilo, volviéndose más rockero en la actualidad luego de aquellos comienzos con mucho ska y fiesta. “La banda es la misma de siempre, quizás estamos un poco más maduros en cuanto a las composiciones y quizá la banda está mejor definida en cuanto al estilo. De todas formas la unidad del grupo y nuestra amistad se mantiene intacta”.
-¿Qué creen que mantienen de esos primeros tiempos?
-Nosotros no tocamos por trabajo ni por sacar beneficios del proyecto aunque si los trae, mejor, claro. Se mantienen esas ganas y la complicidad de la banda que disfruta de juntarse día a día sin importar mucho el alrededor.
-Tienen muchos videos y también un DVD. ¿Qué papel cumple lo audiovisual en Se Va El Camello?
-Durante nuestra adolescencia comenzamos a crear conceptos visuales y estéticos que acompañaron cada paso de la banda. Nos gusta mucho el arte plástico, la fotografía, los conceptos visuales en general. Hoy día los materiales audiovisuales ganaron mucho campo en el terreno de lo publicitario, por las redes y demás. Nosotros no somos muy amigos de la cámara pero tenemos varios videoclips y un dvd que gestamos con amigos artistas y editores que nos brindaron esas herramientas para terminar de englobar y mostrar lo que es la banda en sí, tanto en lo musical como así también en su propuesta estética.
-Pasan los años y desde aquellos Redondos surgidos en los años ’70 no paran de aflorar bandas platenses hacia todo el país. ¿Qué magia diferente tiene La Plata en el rock?
-Nuestra ciudad es sin duda un semillero de bandas. Hay muchísimas, tantas que no llegamos a conocerlas todas siendo de acá. Lo que tiene La Plata muy a favor para los artistas que vienen a mostrarse, es su calidad de ciudad universitaria, de facultades. Acá viene gente de todo el país a estudiar una carrera, incluso gente de otros países de Sudamérica. Por ende, en los recesos estudiantiles, la gente se lleva a sus pueblos o a su ciudad natal el disco de la banda que vio alguna vez al pasar y le gustó, o las bandas que estuvieron curtiendo en los bares de la ciudad durante el año lectivo. La Plata es riquísima en cuanto a la diversidad de artistas, la pluralidad de formas de expresión. De acá surgieron importantes personalidades y grupos de artistas, y no cabe duda que seguirá siendo fuente de grandes valores de la cultura popular argentina.
-Es una muy buena explicación de que surjan día tras día fenómenos con mucha repercusión a nivel nacional.
-A nosotros nos encanta que las bandas logren sus cometidos y vuelen alto... somos de los que festejan los logros ajenos, de los que piensan que hay público para todos. Creo en lo personal que hay un mercado bastante fuerte de bandas descartables, que quizá se impongan al pueblo por repetición aunque no tengan mucho contenido para mostrar. Se inflan a morir, hasta que no les queda jugo y ya está. Los ‘90 no fueron los mejores años del rock nacional, sin embargo, a mi parecer, hoy en día no surgen bandas como las de esos años. Hoy por lo general las bandas se fijan más en la pilcha, en hacer algo fácil de escuchar y en venderse lo más que puedan con eso. Está bien, que se yo… cada uno tiene sus aspiraciones. Nosotros desde Se va el camello, trabajamos mucho en la producción artística de las obras. Somos amantes de la buena música e intentamos revivir la esencia de los grandes maestros. El rock no es cualquier canción a la que apliquemos distorsión.