"Ya no hay un emblema que marque la era musical"

Luego de un año de haber comenzado con el proyecto, Noúmeno decidió publicar su primer disco: Nadie Sabe Nada. “Si bien nunca habíamos tocado juntos, sabíamos exactamente lo que queríamos. La idea era entrar en la escena abriendo la puerta de una patada, a todo o nada”, reconoce Marco Siracusano (voz y guitarras), sobre la banda que completan Sebastián Eugui (bajo y coros) y Agustín Ramos (batería y coros). “Nos seducía el desafío compositivo, ya que había que realizar la mayor cantidad de material en el menor tiempo posible, manteniendo un estándar de calidad. Entonces, cuando nos decidimos salir a tocar, toda la parte musical estaba trabajada en detalle."

-Sabiendo que era su álbum debut, ¿qué buscaron destacar?

-En realidad, hacer canciones directas, con letras claras y mensajes concisos, que cualquiera lograse comprender y disfrutar. No sólo desde el mensaje sino también desde lo musical, ya que son temas breves, que duran entre dos y tres minutos, con una estructura bien definida.

-¿Quedó mucho material afuera?

-Curiosamente, sí. En parte ocurrió porque le dimos chance a todas las ideas, no discriminamos ninguna, ya que, como sabíamos que íbamos a hacer un disco de 10 u 11 canciones, buscamos escribir por lo menos el doble, para filtrar las mejores. Por otro lado, se debió al esfuerzo realizado en ese tiempo: llegó un punto en el que ya estábamos bastante entrados en calor, entonces, cuando venía una idea nueva la armábamos rápido.

-Teniendo en cuenta lo pronto que salió, ¿está en sus planes publicar un nuevo material en lo inmediato?

-Hay mucho nuevo, pero estamos guardándolo para el año que viene, porque no queremos opacar este primer disco. Con el próximo buscaremos irnos para otro lado, usar diversos efectos, desarrollar más los ambientes en las canciones, letras un poco más sofisticadas, llevar al oyente a un lado distinto, a ver qué sucede. Por supuesto, siempre manteniendo una identidad como banda, que no deje de sonar a Noúmeno

-La banda, contaron, pretende reivindicar el rol de la canción en la escena local. ¿Cómo ves el panorama en la actualidad?

-Creo que vivimos una época realmente peculiar. Talentos no faltan, el under está repleto de artistas con propuestas interesantes. Lo que sí, considero es que, a diferencia de otros momentos, hoy falta algo icónico, un artista o canción que marque un antes y un después. Con esto no quiero decir que no haya un mainstream, ni que no haya bandas a las que les esté yendo bárbaro, porque eso sería una mentira. Pero siento que hace años que ya no hay un ícono, un emblema, una cara que genuinamente marque la era musical en la que estamos. El último que recuerdo en este aspecto fue Cerati. ¿Después quién vino? Y no creo que se trate de hacer algo radicalmente nuevo, nunca antes escuchado, sino más bien de una combinación efectiva de armonía, melodía y letra, que inevitablemente se convierta en parte de nuestra identidad como argentinos, y pase a ser como esas canciones que ya son de todos nosotros, como “De Música Ligera”, “Eiti Leda” o “Muchacha Ojos de Papel”.

-¿Qué proyectos actuales destacarías?

-En lo personal, una banda local que me encanta lo que hace es Grillo Matto, tanto en letras como música. Además, el audio que tienen está bárbaro. Después me gustan mucho las letras de Manu Piras, para las canciones de Nene Almíbar, una banda amiga.

-¿Qué podes anticipar de la presentación en Gier?

-Va a ser un show con unas cuantas sorpresas, en donde decidimos agregar canciones que fueron parte del proceso creativo del disco y que queremos que conozcan. También tocaremos una reversión de un tema conocido, que por el momento no vamos a revelar. A diferencia de otros, éste es un show apto para todo público, así que puede venir gente de todas las edades. De hecho, es un festival under muy interesante, con varias bandas de ambiente. Así que, si están con ganas de conocer algo nuevo y ver algo de lo que está sucediendo en la escena emergente, la ocasión es ideal.

*Viernes 25 en Gier, Avenida Álvarez Thomas 1078. A las 20.