Guillermo Coda: "Si no hay libertad, nada funciona"

En los albores de los noventa, se daba en La Plata el surgimiento de Peligrosos Gorriones. Comandados por el siempre frenético Francisco Bochatón, tuvieron su primer LP homónimo (1993) producido nada más y nada menos que por Zeta Bosio. Y en poco más de un lustro, dejaron una marca indeleble en la escena local. Su vuelta como una bandada, en 2009, hizo renacer la llama del grupo y el guitarrista Guillermo Coda nos cuenta su presente lleno de cambios, pero con más pasión que nunca.

-El año pasado editaron Microbio, ¿cómo fue su elaboración?

-Habernos reencontrado en el camino musical, previamente, hizo que al entrar al estudio todo fuera sencillo y fácil. La parte humana estaba intacta y no hubo que forzar ninguna situación. De algún modo, Microbio fue la traducción de nuestro presente.

-El disco tiene dos canciones donde cantás, "Práctica" y "Brillantes", algo que no había sucedido en los 90, ¿a qué se debió?

-Después de separarnos, cada gorrión siguió su camino y su historia. En esos años, compuse canciones en las que canto y toco, la manera de reflajar cómo veo el mundo. Previo a entrar al estudio, mostré algunas canciones y Fran me dijo que había dos que le habían gustado. Claramente, se las ofrecí para que las cante, y me respondió: “No, amigo. Hacelo vos. ¡Son tuyas!” (Risas). Entre que sí y que no, las terminé cantando y el resultado me pareció muy bueno. Además, ofrece una realidad nueva que tienen los Gorriones en lo compositivo y armónico. 

-La tapa de Microbio es llamativa, ¿de quién fue la idea?

-De un amigo que vive en Miami, Claudio Roncoli. Fue enviando por mail las propuestas hasta que nosotros elegimos la que nos gustó. Una cosa muy loca. Como siempre, desprevenido y no pensado.  

-Volvieron oficialmente en 2009 , y recién en 2016 publicaron un nuevo disco de estudio, ¿por qué tardaron tanto?

-Porque no teníamos compañía. Temas había desde hacía rato. Cuando llegamos a tomar contacto con una, nos propusieron hacer en primer lugar un disco en directo, por eso Vivo (2014) fue el resultado de un show en Vorterix, a lleno total. Igual, te digo que tenemos material para un próximo álbum. Estamos en plena grabación de demos, y seguramente saldrá el año que viene.

-La formación clásica de cuarteto se vio afectada por la partida de su tecladista, Martín “Cuervo” Karakachoff, ¿a qué se debió su salida?

-Digamos que se tomó unas vacaciones sin goce de sueldo. Si las necesitaba, ¿cómo negárselas? El último año como trío estuvo buenísimo -la formación se completa con el baterista Rodrigo Velázquez-. Como no planeamos nada, fue bien como nosotros: sin ensayar, a lo que dé, todo rock. Igual, ahora tenemos una sorpresa entre manos y vamos a sumar a un amigo joven que viene a ayudarnos con las teclas. Será como un quinto gorrión.

-Por afuera de la banda, tanto Francisco, Rocky y vos tienen otros proyectos, ¿cómo manejan sus tiempos con los Gorriones?

-Lo llevamos bien porque cada uno de nosotros necesita su espacio y su aire, porque si no hay libertad, nada funciona. En lo personal, siempre que puedo y tengo tiempo me presento con mis canciones en bares o pubs. Hace unas semanas, un amigo me llamó para que tocase en su pizzería, y fui. También estuve tocando un tiempo con Juana La Loca, compartiendo vida y escenarios junto a Rodrigo Martín. Lo hice hasta que me di cuenta que no estaba al ciento por ciento, por cuestiones de tiempos. Si no estoy en esa sintonía, prefiero dar un paso al costado y retirarme en buenos términos, como lo hice.

-¿Y qué crees que le diría el Coda que arrancó al de hoy?

-Que siga así, siempre para adelante, que nunca baje los brazos. Dejando el cuerpo y el alma en la música y poniendo toda la energía concentrada en lo que uno crea que es necesario ponerla.

-¿Cómo sigue lo que queda del año para ustedes?

-Vamos a girar por Mendoza y San Juan, por Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia. Y en al ámbito urbano tenemos programados algunos shows en Capital. ¡Te puedo asegurar que los Gorriones están a pleno!

Ph: Gentileza Fioravanti/Gaisler