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Los Brujos

Gabriel Guerrisi: "Estos años fueron de los mejores para la banda"

Cronista: Dario Kullock | Fotos: Gentileza prensa

27 de Febrero, 2018

 Gabriel Guerrisi: "Estos años fueron de los mejores para la banda"

Luego del rotundo éxito de Brujotecnia, el guitarrista reveló cuál fue su conclusión con respecto al novedoso show que se presentó en diversos recintos a lo largo de 2017.

"Enciende los candiles, que los brujos piensan en volver, a nublarnos el camino”, anunciaba Charly García de forma premonitoria en “Canción de Alicia en el país”, Bicicleta (1980). “Lo nuestro es eso, ir al camino que tiene niebla, a ver qué hay del otro lado”, parece responderle Gabriel Guerrisi, 37 años después. El 4 de junio del 2014, el conjunto que lideró la explosión del “nuevo rock argentino” en los 90’s volvió a los escenarios luego de un impasse de 16 años, con la apariencia de un mito que se exhibe apenas, de forma casi imperceptible, únicamente para demostrar que las leyendas eran ciertas. No obstante, pasados más de tres años y medio, y con el triste fallecimiento de Ricky Rúa, uno de sus dos cantantes, de por medio, Los Brujos siguen girando, tocando, sacando temas nuevos y planeando discos envueltos en un poco de mística y mucho de beatcore.

-¿Cómo surgió la idea de Brujotecnia?

-Teníamos ganas de innovar, y de ahí surgió esta idea de hacer Brujotecnia, que sería una lista de temas habitual de Los Brujos, pero bajo la mirada de la síntesis. Fue una reafirmación de esta nueva mutación, en donde Ricky tiene un lugar súper especial porque lo craneamos con él.

-¿Cómo lo describirías, para el que todavía no pudo verlo en vivo?

-Desde que salió Pong! (2015), ya veníamos incorporando en vivo el Photosizer, que inventó nuestro amigo Juan Bordón (ex bajista de The Tandooris): sintetizadores que funcionan de acuerdo con la cantidad de luz que reciben, o varían el sonido en función de la posición que tienen en el escenario. Pero esta vez queríamos transportarlo a todos los músicos, para eso disparamos sintetizadores con las guitarras, la batería es electrónica y dispara secuencias, pequeños ritmos sintetizados, el bajo también. Todo pasa por ahí.

-¿Cómo fue la devolución del público?

-Nosotros siempre tuvimos un lado B, alguna forma de sublimar lo más extraño de Los Brujos, con eventos especialmente preparados, que sorprendieran a la gente. Por eso sabíamos que iba a estar todo bien, porque era una rareza más de las tantas que hicimos. Pero nos impactó la respuesta del público, que a medida que se desarrollaban los shows iban entrando en el viaje. Viajamos todos al mismo planeta. Así reafirmamos que el sendero que elegimos no estaba equivocado. Porque lo nuestro es eso, ir al camino que tiene niebla, a ver qué hay del otro lado. A la incertidumbre, pero con convicción. Ahí es donde Los Brujos brillan.


-Es un tema viejo, pero ¿no te gustaría ir a reclamarle a Dave Grohl las regalías por el riff de “Kanishka”?

-(Risas.) No, que todo fluya. Interpreto que fueron influenciados por “Kanishka” para hacer una canción, y ojalá lo hayan disfrutado -NdlR: comparar la intro del tema con la de “Very Ape”, de Nirvana-. A mí me llamaron hasta de Londres para preguntarme por eso. Hace poco veía un video en Youtube, donde había un debate en los comentarios, con gente opinando de Estados Unidos, de Inglaterra, páginas y páginas de usuarios discutiendo en inglés sobre eso. Porque, obviamente, así como hay brujólogos, también hay nirvanólogos. Tal es así que me llamaron para prestar testimonio en un libro sobre aquella noche de 1992 en la que teloneamos a Nirvana en Vélez.

-¿Ya te acostumbraste a ser de nuevo “Gabriel Guerrisi de Los Brujos”?

-Nunca dejé de serlo. Cuando tocaba en Juana la Loca, Rodrigo (Martin) sabía a quién había reclutado y las cosas que hacía. Me pedía que toque así. Y yo me nutría de su información y su estilo, y aportaba lo que traía. Siempre llevé la llama de Los Brujos, a El otro yo también. Es algo que se asume. En algún momento luché contra eso, en 1998, cuando dejamos de tocar, estaba como un poco harto, habíamos recorrido mucho camino, era desgastante física e intelectualmente. Hacíamos hasta dos conciertos por día. Era muy demandante, no era fácil entrar en frecuencia, en personaje. Pero ya sé que no puedo hacer otra cosa.

-¿Quedan muchos años de Los Brujos?

-Sí, totalmente. La situación de Ricky la conocimos mientras grabábamos Pong! Podríamos haber frenado todo, y el primero en decir que siguiéramos fue él, y todos afirmamos eso. Por eso, estos años fueron muy especiales, de los mejores de Los Brujos. Fue una prueba de fuego para la identidad del grupo, la dignidad de las personas. Con Ricky aprendimos mucho sobre cómo y por qué uno pasa por este mundo. Eso te hace hermano de por vida. Somos una unidad que no tiene motivos para ser destruida. Aunque nuestra última canción (“El Doctor”) dice que nuestra desintegración ya está programada: Los Brujos se destruyen y reconstruyen permanentemente.

*Viernes 2 de marzo en The Roxy - La Viola Bar, Niceto Vega 5542. A las 19.

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