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Ciclo

"En Nicaragua no existe la industria musical"

Cronista: Ariel Andreoli | Fotos: Gentileza prensa

13 de Junio, 2017

"En Nicaragua no existe la industria musical"

Impulsados por el afán de dar a lo que hacen, la banda regresó a Argentina, donde conversó con este medio sobre lo que implica llevar adelante un proyecto como el suyo, en un país ajeno a la cultura rockera. 

Ciclos tiene casi 20 años de vida, periodo en el que sufrió cambios y transformaciones. Oriundos de Nicaragua, un lugar donde el rock no juega de local, el trío, que conforman Juan Carlos Ortega, Noel Portocarrero y Bikentios Chávez, le cuenta a Revista El Bondi el orgullo y la pasión que le ponen a lo que hacen.

-¿Cómo nace Ciclo?

-En 1998, Juan Carlos conforma la banda Ciclo de Luna. La alineación sufrió cambios abruptos en sus primeros siete años de existencia, el mismo período que le sirvió a la agrupación para explorar diferentes géneros. Noel se incorporó como bajista en 2002, y en 2005 se publica el álbum Contra el Tiempo, con Juan Carlos (guitarra), Noel (bajo), Juan Montenegro (voz) y Mario Bernheim (batería). Al poco tiempo, estos dos últimos abandonan el grupo. En 2007, se suma Bikentios a la batería. A partir de ahí, decidimos trabajar como power trío y re-nombrar la banda, simplemente como Ciclo.

-Actualmente están presentando Cosas Vanas, ¿cómo fue su realización?

-Ha sido nuestro trabajo mejor pensado y planificado. Nos tomamos casi un año para el proceso creativo. Ahí nacieron los 13 temas. Por recomendación de nuestro productor, nos tomamos el tiempo de tocarlos en vivo. Una vez en el estudio, estábamos completamente decididos de lo que queríamos de cada canción, y del papel que jugarían en su ubicación dentro del tracklist. La mezcla estuvo a cargo de Ken Andrews (Beck, NIN, Paramore) y el master lo trabajamos en Sterling Sound, establecimiento liderado por Ted Jensen (Muse, Alice in Chains, Green Day, Deftones, Paul McCartney, Kings of Leon). Recomendamos tratar Cosas Vanas como un álbum, no como una compilación de sencillos. Escúchenlo de corrido: se disfruta mejor.

-¿Cómo es ser una banda de rock en Nicaragua?

-De entrada hay que aclarar que allá no existe la industria musical. Eso complica todo desde el arranque. Las bandas nos formamos, creamos y salimos a tocar, pero localmente no tenemos mucho a qué aspirar. Existe una radio en la que suenan casi todas las producciones de rock que se hacen en el país y un par de festivales grandes en el transcurso del año, que reúnen a los grupos más importantes de la escena nacional. El resto del tiempo nos dedicamos a presentarnos en pequeños bares de las ciudades de Managua, Masaya, Granada, Estelí, Jinotepe y León, principalmente.

-Pero al igual que otras bandas nicaragüenses, ustedes han tenido la posibilidad de tocar en países vecinos.

-Nosotros tuvimos la chance de visitar Cuba y Argentina, que resultó una bonita experiencia. Aún así, han sido casos muy esporádicos. Nos gustaría hacerlo más seguido, pero es complicado para bandas pequeñas. Tocar afuera es el paso lógico para la proyección de Ciclo, pero no es fácil materializarlo.

-Corvata, de Carajo, dijo que eran una de las mejores banda de Nicaragua. ¿Cómo surgió la relación?

-Hace dos años compartimos escenarios con ellos, en Managua. Allí tuvimos la oportunidad de conversar e intercambiar experiencias sobre la vida y el trabajo que Carajo ha venido realizando en Latinoamérica. Al siguiente año, nos invitaron a la gira Rompiendo Cabezas, en Argentina. Todo resultó de manera.

-¿Tienen pensado volver a Argentina?

-Sí, no descartamos nada. Simplemente se trata de identificar la oportunidad favorable para hacerlo. Nuestra experiencia en Argentina nos ayudó a crecer como músicos y como banda, y nos encantaría poder reeditarla de manera aún más profunda, para conectar más con el público local. Además, creemos que el rock de Nicaragua tiene mucho del argentino corriendo por sus venas.

 

 

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